Las Cárceles son una radiografía de las sociedades”, Dostoievsky

Hoy en Venezuela se esta desarrollando con mucho mayor continuidad “crisis” en el sector penitenciario. Muchos son los que opinan sobre el tema unos desde la plataforma de las ONG, de DDHH, otros de partidos políticos y por último de instituciones del Estado como el MIJ. Pero hasta ahora no ha existido salvo una que otra opinión acertada un análisis verdadero y aproximado a la realidad venezolana de nuestro sistema penitenciario venezolano. Es por ello que desde la Corriente Marxista Revolucionaria este militante marxista, conocedor de la materia penitenciaria expondré a continuación un análisis sobre la realidad venezolana.

Como es sabido Venezuela tiene una herencia colonial de mas de 500 años que ha influenciado de manera determinante en la estructura socioeconómica del estado la doctrina criminalística y penitenciaria venezolana es dominada por la teoría clásica y el positivismo.

En materia penitenciaria no es solo sino en 1896-1898 cuando bajo las ideas por el generalísimo Francisco de Miranda se promulga una ley de Regulación Penitenciaria la cual sienta las bases para un largo recorrido de reformas lo cual refleja un sistema penitenciario que desde sus inicios esta en crisis. En este sentido comenzaremos este análisis bajo un a cronología histórica de las distintas reformas realizadas a ley RP y por ende “al sistema”.

1896-1898 marca el inicio de la creación jurídica y formal de un sistema penitenciario. Pero es en 1936 “La reforma Chiossone” del gobierno López Contreras (1ª huelga petrolera) cuando el Dr. Tulio Chiosone bajo un estudio doctrinario de las ciencias jurídicas y penales y de la condiciones “zoohumanas” de los centros reclusorios, introduzcan una serie de reformas en al L. RP las cuales hasta el presente se mantiene con algunos cambios y dando inicio a una constitución de un verdadero sistema penitenciario, introduciendo elementos tales como: Colonias agrícolas, Tratamiento y rehabilitación del individuo, Progresividad, entre otras.

Desde allí hasta la LRP del 2000 (vigente) el sistema penitenciario se mantenido igual: La ley por una parte, el sistema judicial por otra, y los centros de reclusión por otro lado.

Venezuela es el único país de América Latina y uno de los pocos del mundo que cuenta con una institución universitaria de carácter civil que forma profesionales específicamente en el área, posee además rango institucional algo inédito, realmente avanzado.

¿Pero que es lo real? Un sistema carcelario producto de una sociedad capitalista , que rinde culto al individualismo ,la corrupción , el burocratismo , la desidia y demás males de un sistema como el capitalista y que no es otra cosa que aunque consta con uno de los marcos jurídicos más completos (RMPTL, ONU 1945, LRP, COPP, LRP: TyE, RIJ) y una institución para la formación del personal penitenciario posee: Hacinamiento carcelario, Violencia carcelaria, Trafico de drogas y armas, Envilecimiento y degradación de la condición humana, Ocio, Condiciones infrahumanas, Instalaciones inadecuadas.

Es cierto en los últimos tiempos se han hecho esfuerzos por “humanizar las cárceles” pero no es suficiente. Mientras se tenga una visión paternalista y demagoga de las instituciones públicas y privadas y se mantengan una posición reformista sin ir más allá del problema seguiremos teniendo depósitos de seres humanos bajo centro de profesionalización del delito.

El sistema penitenciario tiene que ir en sintonía con la construcción de una sociedad socialista. No es con reformas con lo que vamos a construir un nuevo sistema penitenciario, es con una revolución social que va más allá de los centros reclusorios.

1) Es un problema de la sociedad capitalista y del estado que engendra, ese estado burgués de la IV república.
2) El problema no son las cárceles, ni el ciudadano que comete el delito lo estigmatizan o lo ponen la etiqueta de delincuente. Es el modelo de desarrollo político, económico y social que impera en nuestra sociedad donde las mayorías son pobres y excluidas de los derechos sociales y marginados a cinturones de miseria y desprovisto de educación, salud, cultura, deporte, salud, etc.

3) No son las cárceles o los espacios cerrados los que garantizan seguridad y esperanzas de rehabilitación social, el tratamiento adicional según la conducta del individuo y el contacto directo con la sociedad a la cual rechazo por lo que le lleva a delinquir. El ser humano es libre por naturaleza, pero actúa dentro de los limites que le impone esa naturaleza que el mismo modifica y recrea. Actualmente puede que necesite centros de rehabilitación y reinserción, pero no cárceles donde se le esconde todo mecanismo científico-social para su progresividad en el tratamiento. Esto debe ser una medida transitoria ya que “la mejor cárcel es la que no existe” Dr Elisabeth Crillo.

4) Se debe transformar al Instituto Nacional de Estudios Penitenciarios. En un centro científico de altos estudios en materia penitenciaria y criminología bajo una concepción basada en la estructura de un estado socialista.
5) La estructura del Estado, es decir el poder judicial, poder legislativo, poder ejecutiva, poder moral debe transformarse y colocarse en sintonía a las exigencias actuales. Sólo será posible esa sintonía sobre la base del poder emergido de los trabajadores y los sectores populares organizado democráticamente que destruya todo resto del aparato estatal burgués de la IV república que es el que mantiene esta situación en el sistema penitenciario.

Las “reformas” del ejecutivo chocaran una y otra vez contra el aparato del estado burgués de la IV republica que se mantiene aún en pie. Actualmente solo se actúa bajo una improvisación reactiva sin una planificación estratégica para la transformación del sistema. El ejecutivo decretó hace mucho tiempo una emergencia carcelaria y el MIJ convocó unas mesas de trabajo con alguna breve intencionalidad. Pero, ¿dónde está el trabajador que labora en los centros de centros de reclusión, el estudiante universitario de las distintas ramas afines como psicología, derecho, criminología, trabajo social, etc.? ¿O las comunidades organizadas, las organizaciones sociales, y políticas de base? Y sin embargo como hemos visto recientemente la crisis penitenciaria continua.

Esto es sólo una pequeñísima parte de una realidad en la cual estamos todos llamados a debatirla y ofrecer nuestro granito de arena.

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