En la Universidad Politécnica de Barquisimeto los camaradas de la Juventud Socialista Revolucionaria vivimos una experiencia valiosísima de cara a nuestra formación integral y aporte a la responsabilidad de profundizar el proceso social revolucionario que vive nuestro país. En las movilizaciones desarrolladas, nos vimos impelidos a jugar el papel de de dirección de masas al participar y dirigir el estallido – y no precisamente de explosivos- producto de una acumulación de contradicciones en el sector estudiantil, que tienen su origen en el rechazo a las autoridades rectorales y a los representantes del centro de estudiantes, pertenecientes al grupo Sinergia Activa.

El estallido fue producto de la suspensión de clases por parte de las autoridades rectorales que así respondieron a las acciones que sucedieron el día Viernes 26 de Noviembre, en donde un grupo de personas intentó quemar por tercera vez en este año, la Casa del Profesor del politécnico, en donde “supuestamente” resultó herido un estudiante -aunque no se conoce el paradero del mismo y donde también resultaron agredidos físicamente dos profesores.

A raíz de la suspensión de clases, algunos de los miembros del mencionado grupo estudiantil, decidieron tomar la casa del profesor, agravando la situación de caos y anarquía vivida en la Universidad. Fue una acción que no consultó a la masa estudiantil a la cual se deben por la doble razón de ser estudiantes y que su acción afectaba al resto de los estudiantes y por ser dirigentes estudiantiles del Centro de Estudiantes.

El día Lunes 29 de Noviembre los estudiantes al encontrarse con que habían suspendido las clases y que la Casa del Profesor estaba tomada se encolerizaron. Enfrentados los estudiantes a los hechos cumplidos de la suspensión de clases y de los servicios estudiantiles y por iniciativa de estudiantes de algunos departamentos se organizó una primera Asamblea General de Estudiantes, que no funcionó por el alto nivel de descontento y desorganización haciéndose el llamado para el día siguiente. En la JSR, aprovechamos este intervalo para reunirnos de emergencia y discutir la situación. Allí unificamos criterios y decidimos sacar un volante para fijar nuestra posición con meridiana claridad ante los estudiantes, profesores, obreros y empleados.

El día Martes 30 a primera hora, repartimos el volante en el cual dimos una explicación de que toda la crisis que vivíamos era producto de la forma como era gerenciada la universidad, una gerencia antidemocrática, elitesca y excluyente, donde los intereses que se defienden son los del capitalismo y la burocracia que administra la misma. No es posible resolver los problemas universitarios sino democratizamos totalmente la toma de decisiones en el politécnico, es decir que estudiantes, obreros, empleados y profesores tenemos que ejercer el poder por medio de la representación proporcional de todos los sectores.
Para lograr esta democratización de la gerencia de la universidad, los estudiantes teníamos que dar un primer paso construyendo una estructura organizativa estudiantil por especialidad, que permita canalizar opiniones y respuestas de todos los estudiantes, no solo en los problemas inmediatos sino en la raíz de los mismos e involucrar a toda la comunidad unexpista.

Solo con una organización estudiantil democrática, con participación desde las bases de cada especialidad se podrá enfrentar de manera efectiva los problemas que sufre la universidad como la elitización, la exclusión y la inseguridad, aparte del autoritarismo en la gerencia del rectorado y vice-rectorado. Propusimos que los delgados por especialidad debían congregarse en una Asamblea General de Delegados que invitase a los gremios de obreros, profesores, empleados administrativos unirnos y empezar a sentar las bases de la democratización de la universidad, lo que sería una contribución al proceso de profundización de la revolución.

El desarrollo de la asamblea del Martes, fue bastante dinámico, con los estudiantes radicalizados y confundidos, queriendo dirigirse hacia los tomistas y sacarlos a la fuerza, incluso con la Guardia Nacional. La radicalización fue debida a la acumulación de todos estos problemas, por la suspensión de las clases por parte de las autoridades y la participación de algunos miembros del Centro de Estudiantes en la toma.

Allí fue importante nuestra participación logrando orientar ese descontento contra la toma, centrándolo en emplazar a las autoridades a que reanudaran las se clases y se avocaran a la problemática, y de solo rechazar la toma por no haber sido consultada a la asamblea de estudiantes. No fue tarea fácil, ya que los tomistas hicieron presencia en la asamblea y no pudieron dar un argumento político claro del porque de su toma.

En esa hermosa Asamblea General de estudiantes y con una participación de unos 700 estudiantes presentamos nuestras propuestas de realizar Asambleas por Especialidad y que luego se constituyese en Asamblea General de Delegados. La votación fue unánime. De los propios estudiantes salió la propuesta de desconocer al Centro de estudiantes, lo que también se aprobó por aclamación. Allí mismo se planteó el rechazar la toma de la Casa del Profesor por ser externa al sentimiento del movimiento estudiantil lo que por su puesto se votó a favor del rechazo.

Luego de esto, y en vista de la impresionante participación de los estudiantes, los tomistas y los representantes estudiantiles del grupo ya conocido, al ver que eran desconocidos y rechazadas sus acciones se retiraron; luego se pasó a realizar las asambleas departamentales, en donde reiteramos la importancia de elegir a estos nuevos representantes y la importancia de incorporar a los otros sectores que hacen vida dentro de la universidad para poder darle solución a los problemas de inseguridad y de burocracia dentro de la universidad. Pero también debimos hacerle frente a las amenazas de agresión por parte de los miembros del Centro de Estudiantes, ya desconocidos, que desesperados ante la situación generada por la participación y movilización estudiantil, creían poder frenar su descrédito con métodos violentos.
Una vez realizadas las Asambleas en todas las especialidades y electos los delgados, se constituyó la Asamblea General de Delegados, la cual después de discutir, elaboró un remitido y le pidió a las autoridades que de ahora en adelante, ella era la única representante de los estudiantes.

A la hora de escribir esta nota, los delegados estudiantiles se están reuniendo con el Consejo Directivo del vice rectorado. Tenemos que decir que debido a la suspensión de clases y de los servicios estudiantiles, del clima electoral nacional, y de que no había claridad de alcanzar el objetivo de reanudación de clases esta semana, la mayoría determinante de los estudiantes se ha desmovilizado, pero ello no significa que las cosas han vuelto a la normalidad.
Esto no es posible. Los estudiantes por primera vez en años realizaron una movilización que sintieron su fuerza. Por primera vez se rebelan contra una dirigencia estudiantil incapaz hasta de comunicarse con sus bases y también por primera vez aplican un revocatorio de carácter revolucionario, eligiendo un organismo paralelo al legal existente.

La resolución del problema de la inseguridad y del autoritarismo como se manejan las autoridades, no se ha de resolver de una vez por todas, pero lo que si es cierto, es que si los dirigentes de SINERGIA ACTIVA no renuncian a sus cargos, como algunos lo plantearon en la Asamblea del martes, los estudiantes, una vez reanudadas las clase, retomarán la senda de la lucha para rescatar la organización estudiantil y la consolidación de una estructura realmente democrática, que sirva para desarrollar la participación en la búsqueda de soluciones de los problemas, pero ya no solos, sino conjuntamente con los otros sectores que hacen vida en la universidad como son los profesores, empleados y obreros y como muestra que esto es así, están las tareas que se empezaron a dar, partiendo del movimiento estudiantil de conversar con los profesores, los empleados y los obreros.

La situación es muy dinámica. Las autoridades lo han entendido y es por ello que han aceptado conversar con los delegados de curso. Las autoridades no quieren dar su brazo a torcer y seguirán buscando que los estudiantes nos enfrentemos entre nosotros. Las autoridades también intentarán que la estructura antidemocrática de la universidad politécnica siga funcionando tal cual. Pero los estudiantes hoy ya no son los mismos de hace una semana. Entre los obreros, empleados y profesores empiezan a surgir puntos de vista críticos que de desarrollarse, sentarán nuevas bases para continuar la lucha desde un estadio superior.

La Juventud Socialista Revolucionaria y la Corriente Marxista Revolucionaria, tendrán que hacer un buen análisis de los acontecimientos, del papel jugado y del que deberemos jugar en futuro inmediato y mediato, para seguir ayudando a fortalecer la capacidad de lucha de los estudiantes y demás sectores universitarios ganables para la lucha democrática y revolucionaria y para orientar esa capacidad para alcanzar la solución al problema de inseguridad y el de la democratización total de la universidad, que como hemos dicho está ligada indisolublemente a la lucha revolucionaria en Venezuela por la consecución de un gobierno de los trabajadores y el pueblo en una Venezuela Socialista.

window.dataLayer = window.dataLayer || []; function gtag(){dataLayer.push(arguments);} gtag('js', new Date()); gtag('config', 'G-CWV853JR04');