Defender una alternativa que garantice los derechos de los estudiantes de familias obreras y populares y trabajadores de la enseñanza

La UNESCO declaraba que, hasta el 30 de marzo, 166 países -el 87% de la población mundial- habían cerrado escuelas y universidades como parte de los protocolos del llamado ‘distanciamiento social’ para frenar el avance del coronavirus. Sin embargo, estas medidas se están aplicando sin la planificación ni las inversiones necesarias para garantizar los derechos tanto de los trabajadores de la enseñanza como de las familias pertenecientes a la clase obrera y los sectores más humildes de la población, que nos vemos obligados a seguir yendo a trabajar o “rebuscarnos” en medio de la lucha por la supervivencia diaria, en un contexto en el que se está cargando el peso económico de la crisis sobre nuestras espaldas mediante recortes sociales y destrucciones masivas de empleo.

En Venezuela, son más de 10 millones - según cifras oficiales de enero de este año - los estudiantes que el gobierno ha enviado a sus casas. A pesar de haber tomado esta medida prudente para evitar la propagación del virus en escuelas y universidades, plantear la continuidad del año escolar a través de las llamadas tecnologías digitales a distancia es totalmente imposible en las condiciones actuales del país. Millones de familias de los sectores obreros y populares carecen de los medios necesarios o estos resultan totalmente precarios e insuficientes.

La brecha digital entre ricos y pobres impide una educación a distancia igualitaria

Aunque las políticas sociales progresistas impulsadas bajo el gobierno del presidente Hugo Chávez consiguieron avances importantes en el acceso de muchas familias a medios como laptops, PCs y tablets, la brecha digital que existe en el acceso a las tecnologías de la información entre familias ricas y pobres se mantiene e incluso se ha visto agravada por la profunda crisis económica que vive Venezuela desde 2013.

Las políticas capitalistas del actual gobierno ,que ha abandonado las medidas más progresistas y avanzadas de Chávez prefiriendo buscar acuerdos con diferentes sectores de la burguesía nacional y los imperialistas chinos y rusos a responder a las necesidades y reivindicaciones obreras y populares, ha agravado la situación, haciendo mucho más difícil responder a una situación como la actual.

Las políticas de alfabetización tecnológica, el Proyecto Canaima ( asignación gratuita de laptops y tablets conocidas como canaimitas a estudiantes del sistema de educación primaria y secundaria y a muchos universitarios) o los programas de acceso a internet sin costo alguno a través de los Infocentros supusieron un primer paso en el acceso de los sectores populares a la tecnología pero han quedado en el pasado.

Aunque el gobierno venezolano es propietario de la empresa Venezolana de Industria Tecnológica (VIT), que cuenta con la patente para ensamblar los equipos informáticos de todos los programas tecnológicos del país, no ha habido un plan de renovación de laptop y tablets desde hace más de cinco años. Muchos de los repartidos por los gobiernos de Chávez ya han cumplido su vida útil y no son utilizables.

Otro obstáculo enorme es el estado del servicio de internet y telecomunicaciones. La nacionalización de CANTV en 2008, decidida por el gobierno de Chávez para dar respuesta al ascenso del movimiento revolucionario de masas que vivía el país, supuso una oportunidad para ofrecer un servicio de calidad y a precios accesibles a las clases trabajadoras.

Internet no es un lujo sino una herramienta indispensable del mundo moderno. Cualquier proceso educativo debe contar con este recurso, no como canal alternativo, sino como base permanente para la consulta de información y conexión con otras personas. No obstante, la posibilidad de poner este recurso al alcance de todos y todas en las condiciones adecuadas de calidad se desperdició. CANTV no fue puesta en manos de los trabajadores, sino de una burocracia corrupta e ineficiente, que permitió su deterioro paulatino hasta niveles muy lamentables.

El robo de material estratégico, así como la falta de modernización de la plataforma tecnológica y la fuga de personal capacitado ha ido destruyendo la infraestructura que el estado quitó justamente de manos de los capitalistas privados pero no permitió que fuese gestionada por los trabajadores. Actualmente, si bien los precios de la factura telefónica siguen teniendo un coste menor a otros países ,CANTV es incapaz de proveer un servicio de calidad, en ninguna de las modalidades tecnológicas con las que cuenta e, incluso, su plataforma telefónica es apenas útil para sostener llamadas.

Esta situación se ve agravada por las sanciones económicas que pesan sobre Venezuela por la acción de los EE. UU aunque su causa fundamental es la gestión burocrática y con criterios cada vez más claramente capitalistas de CANTV y el resto de empresas y servicios públicos en manos del estado.

El mencionado deterioro de la plataforma tecnológica hace materialmente imposible que ningún plan de educación a distancia se lleve a cabo de forma satisfactoria e igualitaria para todas y todos los estudiantes.

Las medidas del gobierno cargan la responsabilidad sobre los trabajadores de la enseñanza y los estudiantes

Luego de la suspensión de actividades presenciales, los educadores de primaria y bachillerato se mantuvieron una semana más asistiendo a los institutos, ya que les solicitaron garantizar la atención, seguimiento y control de los procesos pedagógicos. Esto se ha combinado con un plan de actividades a distancia sugerido por la burocracia a través de una supuesta comunicación permanente con la familia, estudiantes y comunidad, estableciendo encuentros vía aplicaciones tipo WhatsApp o Telegram, correos electrónicos, videollamadas, entre otros.

Este plan traslada el peso de todo el caos administrativo y económico del país y la educación a uno de los sectores más golpeados por la crisis, como son los trabajadores del sector educativo, y a las propias familias de los estudiantes. Además de evidenciar la desconexión que existe entre la burocracia y la realidad, resulta cínico e inmoral en las circunstancias que vive la clase obrera venezolana.

Hace años que el magisterio venezolano viene demandando mejores condiciones laborales, sin que obtenga una respuesta respetuosa del gobierno. Hoy por hoy, maestros y profesores sobreviven con salarios de miseria que no alcanzan para cubrir una décima parte de la cesta básica, así que mucho menos puede permitirles pagar un servicio de telefonía e internet como el que ameritan las medidas tomadas por el Ministerio de Educación.

En los últimos seis años, al igual que para todos los demás sectores de la clase obrera, la situación de los maestros y profesores se ha hecho insostenible. Los salarios no superan los veinte dólares mensuales. La grave crisis del transporte hace cada vez más difícil asistir a los puestos de trabajo. La renuncia constante de compañeros recarga de tareas a los que quedan. La falta de presupuesto deja al personal sin papelería, equipos informáticos, agua, luz y en muchas ocasiones, sin infraestructura, puesto que muchos edificios en instituciones públicas se encuentran en pésimas condiciones. Muchos maestros y profesores para poder subsistir deben complementar sus ingresos con otras profesiones para permitirse el lujo de seguir enseñando. E incluso se llega al extremo de tener que dedicar parte de sus ingresos a comprar material, como hojas o lápices, y donarlos a los estudiantes que no tienen recursos.

La mayoría de estudiantes no percibe becas y los montos de estas no alcanza para pagar un desayuno o un pasaje, mucho menos para los materiales y recursos que necesitan para asistir a clases. La mayoría de los planes como comedores estudiantiles y universitarios, transporte escolar se encuentran en estado lamentable o, sencillamente, paralizados.

Bajo estas circunstancias, es fácil comprender que son pocos los padres, estudiantes y profesores que tienen teléfonos u otros dispositivos con la capacidad operativa para poder instalar aplicaciones de educación a distancia. Incluso si los tuvieran, está la enorme dificultad de cómo disponer del servicio de internet móvil privado, que funciona mejor que el público ABA, pero resulta infinitamente más caro. Un solo megabyte cuesta Bs. 36.000 (casi 20% del salario mínimo vigente) y una clase a distancia implica usar varias decenas o incluso cientos de megas.

Estudiantes y trabajadores juntos por una educación publica de calidad y condiciones laborales y salarios dignos

A un mes de la suspensión de clase, es evidente que no existe ningún plan coherente que busque dar respuesta a todas estas problemáticas. La orientación dada a los docentes de la educación básica y bachillerato es que contacten por su propios medios a los estudiantes por teléfono, enviando tareas y actividades a través de cualquier medio posible. En el sector universitario se habla de mantener la comunicación, enviar algo de lecturas, actividades y clases pregrabadas o videos disponibles en Internet, un método que el 80% de los trabajadores no garantizan poder.

Otra medida planteada por el gobierno es dictar clases desde el principal canal del estado, VTV, y otras televisoras estatales a los niños de educación básica. Un parche, una acción por salir del paso y decir que se está haciendo algo pero no una solución real.

Otro ejemplo de esta política de poner paños calientes cuando lo que se necesitan son planes de gran calado que resuelvan los problemas han sido los lineamientos a dirigentes comunales del PSUV para que tomen los alimentos de las escuelas, los preparen y suministren a los niños en diferentes horarios. Esto, además de insuficiente para las necesidades existentes se produce sin ningún tipo de control democrático de comités y asambleas, dejando la mesa servida para la desviación de alimentos y recursos, generalizando aún más la corrupción.

Las madres y padres se ven obligados a tener que asistir a sus labores o tomar decisiones drásticas como dejar a sus hijos con algún pariente, abuelos, solos en casa, renunciar al empleo o dejar de rebuscarse el día lo que significa perder el ingreso con el cual poder verdaderamente sostener la alimentación de sus familias.

La derecha intenta utilizar esta situación en su beneficio insistiendo en la defensa de la educación privada para supuestamente garantizar una “educación de calidad y bien remunerada para el personal educativo”. Pero solo hay que ver lo que pasa con la educación privada en Venezuela y el resto de países capitalistas para entender que la privatización representa un desastre para el pueblo. Unos pocos centros educativos con medios suficientes y de calidad al alcance de los pocos que puedan pagarlos y el resto de la población excluida de la enseñanza o empujada a un parasistema de calidad muy inferior a la educación publica y con condiciones aun más precarias para los trabajadores de la enseñanza.

El único modo de hacer frente a una situación como la actual es presentando un programa que sirva realmente para garantizar los derechos de las y los estudiantes, los trabajadores y trabajadoras de la enseñanza y luchar por una enseñanza pública de calidad , gratuita, democrática y que permita el acceso de los hijos de los trabajadores y sectores populares a todos los tramos educativos en igualdad de condiciones. La lucha por una educación a distancia con medios suficientes debe ser una parte más de esta transformación educativa.

Las bases estudiantiles que compartimos este programa debemos organizarnos para luchar por el mismo coordinándonos con los profesores y profesoras y el resto del personal no docente. El movimiento estudiantil y magisterial debe romper tanto con los dirigentes estudiantiles y profesorales vinculados a la derecha golpista y proimperialista y sus políticas privatizadoras y reaccionarias que representan un callejón sin salida, como con esos otros dirigentes que se doblegan ante la burocracia anteponiendo la búsqueda de puestos dentro del aparato del estado o las prebendas a la defensa de las necesidades de los y las estudiantes y del conjunto de la clase obrera y el pueblo

Por un programa revolucionario que garantice los derechos de los estudiantes, profesores y el conjunto del pueblo trabajador

Este contexto plantea a los trabajadores de la educación, jóvenes, estudiantes, padres y representantes la necesidad de crear nuestras propias formas organizativas. , impulsando comités unitarios de estudiantes, maestros, padres y representantes para defender un programa que parta de lo que es necesario para los y las estudiantes, profesores y el conjunto de la clase obrera y el pueblo y no de lo que es aceptable o conveniente para los capitalistas o los burócratas.

Este programa debe incluir en nuestra opinión al menos los siguientes puntos:

  1. Plan de inversión en educación que garantice la recuperación de las infraestructuras educativas, incluido el acceso a Internet , computadoras, etc y condiciones laborales y salariales dignas para profesores y empleados. Plan de inversión para que la empresa estatal VIT fabrique, recupere, repotencie y entregue nuevas Tablet y ordenadores Canaima a los estudiantes y maestros.
  2. Internet debe ser un derecho, no un privilegio! luchemos por la reactivación de todas las redes de internet, wifi y la extensión de esta gratis y de calidad en todo el país. Plan de inversión en CANTV para renovar toda su estructura tecnológica.
  3. Ambas empresas y el resto de empresas públicas deben ser gestionadas democráticamente por los trabajadores para acabar con el desastre que esta suponiendo para el pueblo la gestión capitalista y burocrática
  4. Mientras luchamos por los puntos anteriores el presente periodo escolar, 2019-2020, no debe reprobarse o aplazar a ningún estudiante, en ninguno de los niveles educativos. Suspensión de los exámenes y pruebas académicas pendientes y recuperación de materias y contenidos no vistos este año durante los próximos cursos con una inversión de medios suficientes para ello
  5. No a la saturación y exigencias de actividades y tareas incumplibles en estas condiciones para jóvenes, profesores o padres y madres, colocando en riesgo su salud ante el virus o afectaciones psicológicas, pidiendo puntualidad de trabajos, videos, fotos enviados por correos electrónicos, WhatsApp y otras aplicaciones de las cuales no disponen.
  6. Aumentos de los salarios y bonos por encima del valor de la canasta básica para los trabajadores del sector educativo tomando en consideración los precios existentes en la calle.
  7. Exigir al gobierno el cumplimiento inmediato de la distribución de alimentos, incluyendo proteínas y artículos de limpieza para el pueblo pobre trabajador, los estudiantes, padres y representantes, organizado con participación directa de los trabajadores, a través de los centros educativos de manera planificada que garantice la protección y seguridad contra la pandemia, ya que la cuarentena traerá consecuencias dramáticas a las finanzas de las familias trabajadoras.
  8. Para disponer de recursos suficientes para aplicar todas estas medidas es necesario que desde la izquierda combativa y las bases del movimiento estudiantil, obrero y popular exijamos la nacionalización de la banca bajo gestión directa de los trabajadores y el pueblo para poner todos estos recursos al servicio de las necesidades sociales

Para levantar un movimiento que luche por este programa el primer paso es reconstruir las fuerzas de la izquierda revolucionaria consecuente, antiimperialista, anticapitalista y antiburocrática, en los liceos y universidades, dentro del movimiento sindical magisterial, el movimiento estudiantil y las asociaciones de padres y madres.

Únete a Izquierda Revolucionaria para luchar por estas ideas


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