¡Ningún recorte ni desmejora para los trabajadores y el pueblo!

A dos meses de la victoria electoral de la MUD la revolución vive su momento más critico. Los planes de la burguesía están claros. Pretenden utilizar su control de la AN para maniatar al gobierno, que éste siga renunciando a tomar medidas revolucionarias (expropiaciones, desarrollo del poder obrero y popular, etc.).e incluso acometa recortes y medidas contra los trabajadores y el pueblo. Quieren desgastarlo lo máximo posible y, en cuanto lo juzguen conveniente, lanzar el asalto definitivo a Miraflores.

Para derrotar estos planes hay que recuperar el rumbo revolucionario de Chávez, acabando con el capitalismo y la burocracia y satisfaciendo las necesidades populares. Eso no sòlo entusiasmarìa a los 5 millones que votamos por el PSUV en diciembre. Muchos de quienes han dejado de votar al chavismo para abstenerse o votar por la MUD, descontentos con los problemas existentes y la falta de soluciones del gobierno, podrìan ser recuperados.

Lamentablemente, las medidas frente a la crisis anunciadas el 18 de Febrero por el Presidente Maduro no significan el golpe de timón a la izquierda que esperàban los trabajadores sino seguir apostando por alianzas con los empresarios privados sin atacar el problema de fondo: el mantenimiento del capitalismo y creciente poder de la burocracia. Con ello, la crisis continuará y la estrategia contrarrevolucionaria tendrà más fàcil seguir avanzando.

Para lograr sus objetivos los empresarios combinan distintas tácticas. Mientras hablan de “diálogo” y acuden a reuniones con el gobierno para pedir concesiones políticas, ayudas, más divisas…, continúan utilizando su poder económico para sabotear la economìa y cargar las consecuencias de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores: despidos, cierres de empresas, recortes de beneficios y salarios…

Ni la MUD ni la burguesía tienen solución a la crisis. Èsta es producto en parte de su sabotaje, pero sobre todo de la crisis del capitalismo mundial y el carácter parasitario del capitalismo venezolano. Si llegasen al gobierno aplicarìan los mismos ataques salvajes que Macri en Argentina, u otros países donde gobiernan: despidos masivos, privatizaciones, recortes sociales, represión. Las exigencias empresariales (eliminar las leyes de Vivienda, precios justos o los aspectos más progresistas de la ley del trabajo), las amenazas y ataques de Ramos Allup, son un anticipo de lo que pretenden.

Revolución dentro de la revolución

Tras el 6D, el presidente Nicolás Maduro cambió la mayoría de ministros y anunció propuestas como el parlamento comunal o el congreso de la patria. Pero si estas propuestas se quedan en organismos meramente consultivos, organizados desde arriba y elegidos a dedo, no servirán para derrotar la ofensiva de la derecha. La fuerza para derrotar a la contrarrevolución está en los trabajadores, en la organización del pueblo a través de una asamblea nacional de delegados revolucionarios, elegibles y revocables en todo momento, que aplique un programa que dé solución a los problemas que sufrimos, haga realidad el poder obrero y acabe con el Estado burgués.

Al mantener la propiedad privada de los bancos y grandes empresas, medidas como subir la gasolina o devaluar nuevamente el bolìvar provocarán nuevas alzas de precios y golpear aún más al pueblo. Otras, como las llamadas “corporaciones socialistas” (que podrían abrir la puerta a empresas mixtas con capital público y privado), zonas económicas especiales, nombramiento como Ministro de Industria de Pérez Abad (representante de los autodenominados “empresarios bolivarianos”, saludado efusivamente por la patronal, incluida Fedecámaras) las declaraciones del Ministro Castro Soteldo o Vielma Mora favorables a devolver a los capitalistas empresas nacionalizadas como Agropatria o las briqueteras, o decisiones como cerrar 10 tiendas de Abastos Bicentenario lejos de avanzar hacia el socialismo, representan medidas contra los trabajadores y el pueblo que sólo fortalecen a los enemigos de la revolución.

Este camino lleva al abismo. Mientras los bancos, la tierra y las empresas sigan en manos de capitalistas o burócratas y no estén bajo administración directa de los trabajadores, ninguno de los problemas que enfrentamos tendrá solución. O todo el poder pasa, de verdad y urgentemente, a manos de los trabajadores, expropiando la banca y las principales empresas, y depurando a todos los corruptos y burócratas, o la revolución será derrotada.

Para acabar con el capitalismo y la burocracia ¡Todo el poder a los trabajadores ya!

Es urgente llevar a cabo una verdadera revolución dentro de la revolución. Los sectores clasistas del PSUV y la CSBT, los sectores revolucionarios de la UNETE, el Frente Nacional de Lucha de la Clase Trabajadora —FNLCT—, deben presentar un plan de emergencia para recuperar el rumbo revolucionario, organizando asambleas de trabajadores en cada centro de trabajo, local y regionalmente, que culminen en un encuentro nacional de delegados obreros para debatir un programa de lucha. Igualmente, debemos construir una fuerte tendencia marxista dentro del movimiento bolivariano. Esta es la tarea en la que está empeñada la CMR. Únete a nosotros para luchar por:

1. Subida de salarios igual o superior a la inflación. Expropiación inmediata de toda la banca, los monopolios, empresas estratégicas y latifundios, no para gestionarlas burocráticamente, sino para que el conjunto de la clase obrera las dirija a través de delegados elegibles y revocables permanentemente, que no cobren más que un trabajador cualificado.

2.- Monopolio estatal del comercio exterior. Todos los productos que sea necesario importar deben ser comprados directamente por el gobierno y distribuidos a precios verdaderamente justos. Ese monopolio estatal no puede estar en manos de funcionarios al margen del control de las masas, sino bajo administración y control de los trabajadores y el pueblo.

3.- Ni un dólar más a ningún capitalista. Todas las divisas deben ir a industrializar el país mediante un plan socialista elaborado democráticamente por los propios trabajadores y el pueblo.

4.- Contra la especulación y el acaparamiento, todos los empresarios y burócratas implicados deben ser expropiados y encarcelados. Condenar a las mafias que crean el problema no al pueblo que lo sufre.

5.- ¡Todo el poder económico y político a los trabajadores! ¡Abajo la burocracia corrupta! ¡La economía y el Estado deben estar bajo dirección de la clase obrera y el pueblo mediante consejos elegibles y revocables en todo momento! Frente a la Asamblea Nacional burguesa, elección desde los centros de trabajo y barrios de una Asamblea de Delegados Revolucionarios de los trabajadores, campesinos y soldados para aplicar un programa revolucionario. Depuración del PSUV de corruptos y burócratas. ¡Fuera los empresarios y cualquiera que explote o reprima a los trabajadores del partido!

6.- Llamamiento a la acción revolucionaria de toda la clase obrera y los pueblos de América Latina y del mundo entero para derrocar el capitalismo. La revolución bolivariana triunfará de la mano del internacionalismo.

 


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