Más de un año después del terremoto, cientos de familias continúan viviendo en la miseria, en tiendas de campaña que no son adecuadas para las duras condiciones climáticas de las montañas. Los habitantes de la región deben soportar estas condiciones a pesar de que el gobierno marroquí ha recibido enormes cantidades de ayuda internacional. La ayuda y la compensación prometidas por el gobierno son insuficientes (1.843 libras aproximadamente para que cada familia pudiera reconstruir sus viviendas) y además no han llegado.
En medio de estas condiciones tan terribles, el 11 de mayo de este año se creó la Asociación de Ciudadanos de Tamassint con la intención de defender los intereses de las víctimas del desastre, esta asociación convocó una manifestación el 19 de mayo desde Tamassint a Al Hoceima, a unos 40 kilómetros de distancia. Tan pronto como se hizo público el anuncio, la policía arrestó a los principales dirigentes de la asociación, Moatassim El Ghalbzouri, Salim Ghallit y Mohamed Aberkan (que tiene setenta años de edad). Al mismo tiempo se desplegó a mucha policía en la zona y se creó una atmósfera de intimidación.
Los tres arrestados de la asociación fueron llevados ante el tribunal el 16 de mayo y les denegaron su petición de libertad. A pesar de las encarcelaciones arbitrarias y la atmósfera intimidatoria, la población de Tamassint decidió continuar adelante con la marcha hasta Al Hoceima y exigir una solución a los problemas creados por el desastre y la liberación de sus compañeros detenidos.
El 19 de mayo por la mañana unas 3.500 personas salieron desde Tamassint hasta Al Hoceima. Después de caminar diez kilómetros los manifestantes se encontraron con la policía dispuesta a detener la marcha. Los manifestantes fueron brutalmente atacados, golpeados salvajemente y perseguidos por las montañas. La política utilizó incluso helicópteros para lanzar gas lacrimógeno sobre la manifestación. Detuvieron a unas veinte personas y varias docenas resultaron heridas, incluidos niños. Después de la salvaje represión de la manifestación, la policía rodeó y aisló Tamassint. Algunos de los policías amenazaron con repetir la masacre de 1958.
La represión de la protesta, un método que el régimen de Mohamed VI supuestamente había abandonado, recuerda a la población de la región del Rif los oscuros años bajo el reinado de Hassan II. Ese fue un período de crímenes de estado, represión, persecución y un período en el cual la población del Rif estaba social y económicamente marginada. Por esa razón la población de la región del Rif recientemente rechazó la farsa de la Autoridad para la Reconciliación, que se iba a hacer cargo de la compensación a las víctimas del régimen de Hassan II. La población del Rif puede ver que no hay una diferencia real entre el reinado de Hassan II y el de Mohamed VI. La población rechazó esta “Autoridad” porque la organización se niega a reconocer que durante medio siglo fue toda la región la que sufrió la violencia, las privaciones y la represión, y no sólo unos pocos.
El 26 de mayo los tres arrestados de la Asociación de Ciudadanos fueron llevados de nuevo ante el juzgado y de nuevo se denegó la petición de libertad. La fecha del juicio es el 9 de junio. Uno de los abogados defensores explicó que la comparecencia ante el tribunal se hizo “en medio de unas draconianas medidas de seguridad, sin la presencia de las familias de los acusados y se prohibió a la prensa entrar en el tribunal”. Unas trescientas personas organizaron una sentada a las fueras del juzgado para manifestarse contra la “terrible represión perpetrada contra los manifestantes de Tamassint”.
Uno de los organizaciones de la sentada explicó que “los miembros de la Asociación de las Víctimas del Terremoto de Al Hoceima son víctimas de arrestos arbitrarios, registro de las viviendas de la aldea y que los habitantes viven en medio de una oleada de terror”. (La Nouvelle République. 29/5/2005).
Cuando Mohamed VI llegó al poder poco después de la muerte de su padre, anunció que transformaría el país, que establecería el dominio de la ley y llevaría a Marruecos al siglo XXI. Marruecos se supone que se dirige hacia una democracia. Los recientes acontecimientos en la región del Rif han acabado con esta ilusión y revelan la corrupción y podredumbre del régimen. Las supuestas reformas propuestas por Mohamed VI crearon muchas expectativas entre la población. Esta expectación ha quedado hecha añicos, provocará más protestas y manifestaciones contra el régimen, impulsado un movimiento a favor del verdadero cambio y la reforma, es decir, un movimiento revolucionario. La población de la región del Rif ha entrado en el camino de la lucha y recuperará las tradiciones antiimperialistas y revolucionarias de la región.