Reforma de la Ley Federal del Trabajo
El 2009 significó una verdadera catástrofe para México. Su economía se contrajo en un 7%, se destruyeron 700.000 empleos entre octubre de 2008 y mayo de 2009, y otros 186.000 en diciembre pasado. Estas cifras superan por mucho a las de 1995 cuando México vivió una de sus crisis económicas más profundas.

Reforma de la Ley Federal del Trabajo

El 2009 significó una verdadera catástrofe para México. Su economía se contrajo en un 7%, se destruyeron 700.000 empleos entre octubre de 2008 y mayo de 2009, y otros 186.000 en diciembre pasado. Estas cifras superan por mucho a las de 1995 cuando México vivió una de sus crisis económicas más profundas.
El actual presidente, Felipe Calderón (del partido de derechas PAN), es consciente de los costos políticos que pueden tener las secuelas de la crisis y busca desesperadamente una puerta de salida, por ello el pasado 6 de enero lanzó un mensaje "tranquilizante" a la Nación: éste será el año de la recuperación económica, el PIB crecerá un 3,5%. El Fondo Monetario Internacional y otros organismos se han apresurado a hacerle el juego planteando perspectivas de crecimiento de hasta 4% del PIB.
Pero más allá de las declaraciones de Calderón, los inversores están lejos de sentir la misma confianza. A lo largo de 2009 la Inversión Extranjera Directa (IED) alcanzó los 11.752 millones de dólares, lo que representa un desplome del 50,7% respecto a 2008, mientras que para este año la secretaria de Economía plantea captar entre 15 y 17 mil millones. Algo muy difícil de cumplir si tenemos en cuenta que el 50% provienen de inversores estadounidenses y que algo más del 40% se orienta a un sector en franco estancamiento, el sector manufacturero.  
Las exportaciones sustentan un tercio del total de la economía mexicana, el comercio con los Estados Unidos es vital ya que allí van el 85% de las exportaciones totales mexicanas y el 90% de las exportaciones manufactureras. Para colmo, las remesas, otro de los pilares de financiamiento de la economía nacional, continúan cayendo: en el 2009 un 15,7% respecto a 2008; y en enero de 2010 en un 15%, respecto a enero de 2009. El principal estímulo para la reactivación económica mexicana sólo puede venir del mercado externo, en particular del consumo del imperialismo yanqui atrayendo mercancías mexicanas que, de este modo, permitiría la recuperación de la producción. Sin embargo, la recuperación firme y constante de la economía de EEUU aún tiene muchas incertidumbres.

La guerra contra el narco

Otro de los temas centrales a resolver por el gobierno del PAN es el del narcotráfico. En sus tres años de gobierno ha habido 22.000 muertes relacionadas con el narco, sin que haya señales de solución al problema a pesar de toda la militarización que se ha vivido en el país. Es más, toda la red de corrupción que ha infiltrado hasta al ejército y otros cuerpos del Estado ha arrojado una situación cada vez más desgastante para la actual administración (con muertes de personas totalmente inocentes a manos del mismo ejército y policías locales). Este tema se le ha ido completamente de las manos al gobierno panista y, día a día, lo desnuda como un gobierno débil  y en caída libre.
Por otro lado, en octubre del 2009, el gobierno asestó un duro golpe a los trabajadores de uno de los sindicatos más importantes del país: el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), aprobando el decreto de extinción de la empresa estatal Luz y Fuerza del Centro (LyFC) que dejaba a 44.000 trabajadores sindicalizados sin empleo. Esto desató una lucha obrera que aún sigue en pie, a pesar de la tibia dirección sindical y a pesar de todos los ataques del gobierno. La política antiobrera que la derecha ha venido impulsando desde 2006 ha consistido en eliminar derechos como la seguridad social, tomar medidas como el aumento del IVA, que ha traído como consecuencia un espectacular aumento de los precios de los productos de la canasta básica, empobreciendo más aún a los trabajadores. Esta política también ha llevado a la movilización de amplios sectores de trabajadores.


No a la reforma reaccionaria de la Ley Federal del Trabajo

En este marco de luchas obreras, crisis económica y desgaste político del actual gobierno, la bancada panista presentó, 18 de marzo, en el Congreso su propuesta de reforma de 418 artículos de la Ley Federal del Trabajo (LFT) vigente. En realidad, la burguesía ha intentado durante 12 años, sin éxito, llevar adelante esta reforma. El PAN justifica su reforma así: "según el índice Doing Business del Banco Mundial, de 181 naciones, nuestro país se ubica en el lugar 103 en el índice de dificultad de contratación; en el 116 en el costo por despido y en el lugar 98 en el índice de flexibilidad en los horarios laborales" y, amenazan: "de no impulsar una reforma efectiva se traducirán (los costos) en mayores repercusiones económicas para ésta y las próximas generaciones".
En esencia la contrarreforma propatronal del PAN lo que pretende es otorgarle al Estado un control mayor del que ya tienen sobre el ejercicio del derecho a huelga, controlar la vida sindical casi al grado de eliminar su autonomía, despedir libremente a los trabajadores evitando que estos generen derechos y antigüedad, incrementar la explotación laboral, etcétera; el descaro sobre las verdaderas intenciones de dicha contrarreforma es tanto que los anzuelos que hipócritamente lanza el PAN (derechos para la mujer y los minusválidos) no logran engañar a nadie. Ahora queda muy claro que tras el decreto de expropiación de Luz y Fuerza del Centro se encontraba disfrazado el objetivo de desmembrar al sindicalismo mexicano. El SME era el estorbo para los planes de la burguesía debido a su enorme combatividad.
Esta es una iniciativa histórica por lo que significa para la clase trabajadora, ningún otro ataque puede compararse con este. Esta medida no hará sino agitar ampliamente a los trabajadores mexicanos y nos llevará a un nuevo capítulo en la lucha de clases, más convulsiva y profunda que el periodo anterior. De hecho, el 16 de marzo, el SME, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), el Sindicato Minero y diversas organizaciones aglutinadas en la Asamblea Nacional de la Resistencia Popular (ANRP), convocaron a un paro nacional en apoyo a los trabajadores del SME, a los trabajadores mineros y para denunciar la política antiobrera del gobierno de Felipe Calderón.
Los marxistas de Militante en México defendemos la creación de un frente único de toda la clase trabajadora, incluyendo las bases del Partido de la Revolución Democrática (PRD), así como la defensa de un programa que reivindique todos los derechos que nos han sido arrebatado durante décadas. Este Primero de Mayo será una jornada muy importante en la que los trabajadores mostraremos toda nuestra rabia contra el gobierno de derechas de Felipe Calderón. 


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