La prueba de la bomba norcoreana del pasado 3 de septiembre, la más poderosa hasta la fecha, y la belicosa reacción de EEUU, subrayan la situación volátil y peligrosa que existe en la península y en toda la región.
El huracán Harvey y la inundación es un desastre natural agravado terriblemente por el capitalismo. Dos embalses construidos hace ochenta años con un mantenimiento insuficiente crónico por parte de los distintos gobiernos no han podido soportar la tremenda cantidad de agua que ha caído, inundando muchas casas que de otra manera habrían soportado la lluvia.