¡Contra la criminalización de las luchas obreras y en defensa de la revolución!

Continuando el auge de la movilización y organización de la clase trabajadora en Venezuela, la Unión Nacional de Trabajadores (UNETE) ha convocado para el 7 de noviembre una marcha nacional en Caracas entre cuyas demandas se halla: en defensa de la revolución, por una Ley del Trabajo “Revolucionaria”, por la gestión socialista, el control obrero y las nacionalizaciones, por el aumento general de salarios y discusión de contrataciones colectivas vencidas, así como contra la criminalizacion de las protestas y el sicariato.

Este proceso de reorganización de la clase obrera se inició hace un año con las marchas nacionales del 9 de noviembre de 2010 y el 31 de marzo de 2011, ambas convocadas por la citada central sindical y el movimiento de delegados de salud laboral. Continuando este proceso de movilización el 7 de junio de este año se desarrolló la marcha de campesinos, pobladores y trabajadores y el 26 de ese mismo mes, la movilización nacional por el control obrero, así como el encuentro y marchas por el control obrero realizados en Guayana. Todos ellos son ejemplos de que los trabajadores venezolanos están dispuestos a luchar por hacer avanzar la revolución y a hacerlo unificadamente.
Estas movilizaciones se dan en un contexto de creciente inquietud por parte de los trabajadores y las bases revolucionarias ante el creciente ataque de los empresarios coaligados con la burocracia reformista que, desde el Estado, trata de frenar el avance de las bases en la lucha por el socialismo.

Los trabajadores de Mitsubishi continúan su lucha

Existen numerosos conflictos en toda Venezuela en que los trabajadores chocan con esta alianza entre empresarios y burocracia estatal. Particularmente destacado es el de los trabajadores de Mitsubishi (MMC Automotriz) en el estado Anzoátegui, que llevan tres años en lucha por la defensa de los puestos de trabajo, la salud laboral y contra el despido de 400 trabajadores de 1.400 en plantilla, incluida toda la directiva de Singetram (Sindicato Nueva Generación de Trabajadores de MMC), sindicato mayoritario en la planta. La política antisindical y contra el desarrollo del control obrero de la producción de la multinacional nipona sólo ha podido llevarse a la práctica en la medida en que sectores derechistas del PSUV (Gobernación del Estado, Ministerio del Trabajo) se han puesto al servicio de la multinacional, violentando los derechos de los trabajadores. Situaciones similares se encuentran en el resto del país, incluyendo en estos conflictos a las empresas nacionalizadas por Chávez y que luchan por el control obrero.
El ejemplo de lucha obrera de los trabajadores de Mitsubishi es un síntoma de la polarización a izquierda y derecha dentro del movimiento revolucionario encabezado por Chávez. Una polarización entre las bases, que quieren llevar a la práctica el discurso del socialismo, y el sector derechista, anclado en el aparato del Estado y cada vez más coaligado a los capitalistas. En medio de esta lucha se halla Chávez que sigue gozando en un enorme apoyo popular, pero cuyas vacilaciones de cara a llevar hasta el final una política contra los capitalistas generan desconcierto y malestar entre la vanguardia y sectores de las masas, que de mantenerse en el tiempo podría aprovechar la oposición contrarrevolucionaria, que es todavía muy débil.
Que la clase obrera entre de un modo organizado con su propio programa en esta lucha es clave para el triunfo del socialismo en Venezuela. Es por ello que la marcha del 7 de noviembre es importante en el camino de reagrupar a la clase obrera en torno a un programa de lucha contra el capitalismo y el burocratismo que sirva de punto de referencia al conjunto del movimiento revolucionario en la lucha por tomar el poder.


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