En una importante marcha que demuestra el ímpetu y la energía que caracteriza a los jóvenes, millares de jóvenes revolucionarios partimos desde la Plaza de “Las Tres Gracias” para culminar en la sede del Ministerio del Interior y Justicia ubicado en la Av. Urdaneta el pasado sábado 22. Fue un gran acto lleno de motivación para luchar contra la violencia y una respuesta a las maniobras de la oposición contrarrevolucionaria que intentaban utilizar este problema contra el Presidente Chávez y la revolución.

El imperialismo y la oposición contrarrevolucionaria venezolana ,con la connivencia de los medios de comunicación privados, han desatado un afuribunda campaña mediática intentando utilizar el homicidio del empresario Sindoni y el secuestro y posterior asesinato ,con grandes dosis de brutalidad, de tres hermanos de clase media -los Faddoul- para culpar a Chávez y la revolución de la inseguridad ciudadana. Los dirigentes contrarrevolucionarios de la Federación de Centros Universitarios y las organizaciones juveniles de varios partidos de oposición convocaron un acto para este sábado 22 que intentaba utilizar el impacto causado entre sectores de la población venezolana por estos brutales crímenes para sus propios objetivos contrarrevolucionarios.

Sin embargo, una vez más, la baja asistencia al acto organizado por la oposición contrastó con la masiva asistencia a la marcha convocada por distintas organizaciones juveniles que apoyan el proceso revolucionario tento en condena a los crímenes y contra la violencia como denunciando la manipulación política por parte de la oposición de estos hechos tan lamentables.

Ciertamente este de la violencia y la inseguridad es uno de los temas mas neurálgicos que preocupa a la población venezolana. Pero este problema es solo uno de las muestras de las debilidades que aún presenta nuestro proceso, de que todavía arrastramos el viejo sistema capitalista y cuartorrepublicano heredado por la Revolución Bolivariana. El problema de la violencia tiene sus raíces en la pobreza, que es consecuencia a su vez de un sistema orgánicamente en crisis como el capitalista. La misma dinámica del capitalismo para seguir existiendo se ve en la obligación de atacar cada vez mas los niveles de vida de las familias trabajadoras.

Vemos recortes de los derechos de los trabajadores y aumento de las jornadas laborales, disminución de las plantillas de empleados con la excusa de reducción de gastos, subir impuestos a estos sectores y bajándoselos a los ricos, recortes sociales, etc. Todas estas medidas generan ganancia para las transnacionales, multinacionales y monopolios, luego presentan estas cifras como crecimiento económico (claro solo para una minoría y no para las grandes mayorías excluidas). En la economía capitalista el crecimiento económico se da sobre la base de mas explotación y opresión a la clase obrera, como también la represión hacia las demás capas oprimidas. Allí esta meollo del problema (como decía Ali Primera) de la pobreza y de la miseria. Un sistema que actúa sobre la explotación del hombre por hombre y del máximo beneficio individual que antepone el dinero a la dignidad humana ¡verdaderamente alienante!.
Es toda una critica realidad social de un sistema social en estado critico. Empujados por la necesidad de sobrevivir las personas que viven en estas condiciones, entran en el mundo de la delincuencia y la violencia, en su mayoría por no decir que todos es el sector de la juventud. Además hay que tener en muy en cuenta el papel que juega el narcotráfico de armas y drogas como bases del corrompido sistema capitalista. La única manera de acabar con estos males es profundizando la revolución con mas participación protagónica y poder de decisión de los trabajadores y el pueblo como ha dicho el comandante Chávez. Unificar nuestras luchas entorno a un programa común a todos los revolucionarios con un sistema organizativo desde abajo hacia arriba, que agrupe a obreros, campesinos, jóvenes, estudiantes y comunidades. Con la elegibilidad y revocabilidad en todo momento cuando las bases así lo demanden.

También es imprescindible pasar el poder económico de la burguesía (los monopolios, los latifundios y banca privada en manos de los capitalistas) a los trabajadores y el pueblo. Con esas palancas tan importantes se puede planificar la economía según las necesidades de la población. Esto, unido a las milicias que se deben formar en los centros obreros, campesinos, estudiantiles y comunales, debidamente coordinados al nivel nacional para defendernos de los ataques reaccionarios y mantener las paz. Todo ello puede sustituir la estructura del ejercito por la milicia del pueblo en armas y evitar la conspiraciones como golpes de estados fascistas. La liquidación de la violencia desde sus cimientos solo puede ser realizada si acabamos con la vieja estructura que todavía llevamos a cuestas y su modo de producción capitalista, para ello debemos completar la Revolución Bolivariana en el Socialismo.

¡Muerte al Capitalismo!
¡Por una Venezuela Socialista!

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