La crisis ha golpeado muy duramente a los llamados "Tigres Bálticos". Las altas cifras de crecimiento de los últimos diez años superaron con creces la media de la Unión Europea.

La crisis ha golpeado muy duramente a los llamados "Tigres Bálticos". Las altas cifras de crecimiento de los últimos diez años superaron con creces la media de la Unión Europea.

Hasta hace poco, estos países eran el ejemplo que demostraba la superioridad del capitalismo sobre el comunismo, a la vez que se señalaba al FMI como el organismo económico internacional al que debían recurrir los países económicamente atrasados para desarrollarse.

A raíz de la caída del bloque soviético, de la noche a la mañana desaparecen todas las subvenciones del estado: en sanidad, educación, se privatizan desde 1989 en toda Europa central y oriental, incluido los países bálticos, más de 70.000 empresas estatales, lo que llevó al paro masivo y a la reducción de salarios. Las consecuencias fueron letales para la clase obrera, la OIT declaró que este desmantelamiento y privatización de las empresas estatales está directamente relacionado con el 42% de aumento de las muertes en países como Rusia, Kazajastán, Letonia, Lituania y Estonia, donde además aumentó el paro un 305% entre los años 1991-1994. Los trabajadores perdían, no sólo su puesto de trabajo sino también la cobertura de sanidad. Es precisamente en este desmantelamiento y explotación de la clase obrera en el que se basó el poderoso auge económico de los últimos años.

Los bancos y multinacionales entran en estos países donde todo lo tienen de cara para extraer el máximo de beneficios: los bancos empiezan a conceder créditos a constructoras y particulares alimentando también, como en el resto del mundo, la burbuja crediticia.

En el caso de Lituania desde 2005 crece la concesión de hipotecas en un 400%, que ahora será imposible recuperar. Relacionado con esto está por ejemplo el caso de Lituania donde la morosidad alcanza el 10%, cifra de hace unos meses que probablemente ya esté superada.

También las empresas multinacionales encontraron una situación privilegiada para implantarse en estos países, donde las largas jornadas junto con bajos salarios proporcionan el estado ideal para el capitalista. En el caso de Estonia no existe el derecho a huelga para los empleados públicos. La mayoría de estos países están bajo el control económico de la banca y la industria de países como Alemania, Suecia o Francia; y que ahora ante la crisis más aguda que el capitalismo nunca haya vivido regresan el capital invertido o cierran fábricas que han dejado de ser rentables.

La crisis económica está generando protestas contra los gobiernos capitalistas en la región, hasta el punto de que han sido atacados edificios del gobierno en Letonia y Lituania. En Estonia, el ayuntamiento de Tallín tuvo que repartir leña y patatas entre la población ante las protestas enfrente del ayuntamiento. Existe un enorme malestar social en todos los países de la zona.  

La clase obrera durante estos últimos veinte años ha pasado por la dolorosa escuela del capitalismo más brutal y han aprendido muy bien lo que esto significa. Durante la existencia de la URSS y a pesar de lo que supuso el lastre de la burocracia para una economía planificada, los trabajadores en estos países tuvieron puestos de trabajo fijos, educación y sanidad.

En el futuro los trabajadores de Europa del Este se movilizarán para derribar el capitalismo. Sólo existe una salida para ellos, el socialismo o lo que es lo mismo: la democracia obrera.

                                   


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