La dirección de IU ha exigido al PSOE que anule el decreto y restituya las competencias de la Consejera andaluza de Fomento, Elena Cortés, de IU. Pero esta medida es completamente insuficiente. Izquierda Unida debe romper con cualquier política que implique recortes, austeridad, y apoyarse en la movilización social para aplicar un programa genuinamente de izquierdas. Sí eso implica romper el pacto de gobierno con el PSOE en Andalucía, por el empeño de la dirección socialdemócrata de no salirse de las políticas de ajuste, hay que hacerlo y cuanto antes.
Una lucha ejemplar
Ni las campañas de criminalización y calumnias, ni el brutal desalojo policial del pasado domingo 6 de abril, han podido acabar con la justa lucha de las 22 familias de la Corrala la Utopía para conquistar un derecho fundamental como es tener un techo bajo el cual vivir. La saña del gobierno del PP, que finalmente ordenó una intervención policial que se asemejaba a un despliegue militar para echar a las familias, tenía por objetivo doblegar este referente de resistencia y lucha contra los desahucios que cuenta con el apoyo de la clase obrera en Sevilla y en todo el Estado. No lo han conseguido. La indignación por este atropello brutal se extendió a toda velocidad dando cumplida respuesta al desalojo. El mismo día se celebraron manifestaciones y se inició una acampada frente al Ayuntamiento. La lucha dio sus frutos. El miércoles 9 de abril, la Consejería de Fomento y Vivienda, dirigida por IU, confirmaba a los habitantes de la Corrala la entrega de llaves de nuevas viviendas.
Esta victoria ha sido posible gracias a la perseverancia de los protagonistas de esta ocupación y a su capacidad para convertir este conflicto en una movilización que se ha ganado el apoyo y la simpatía de la clase trabajadora. Esta es la causa que ha empujado a la Consejería de Vivienda, con IU al frente, a dar el paso de realojar a las familias de la Corrala a pesar de la negativa del PSOE. La reacción furibunda de la dirección del PSOE y de Susana Díaz, que una vez más traiciona las aspiraciones de su base social, de las familias trabajadoras que les apoyaron en las últimas elecciones, no se hizo esperar. La Presidenta de la Junta compareció inmediatamente anunciando la retirada de las competencias de vivienda a IU. Una posición lamentable que se diferencia en poco de la actitud que ha tenido Zoido (el alcalde de Sevilla del PP) y que le hace el trabajo sucio a Ibercaja. Aún así, IU no ha retrocedido y muchas de las familias ya están realojadas.
Izquierda Unida ha cumplido con su obligación: atender las justas demandas de las familias desalojadas y, como plantea su programa, utilizar las instituciones para organizar la rebelión contra este sistema injusto, que condena a las familias a vivir en la calle mientras los grandes bancos (como el caso de Ibercaja) tienen millones de viviendas vacías. Si estar del lado de las familias desahuciadas y de la clase trabajadora que sufre los recortes del gobierno del PP, pero también de la Junta de Andalucía, supone enfrentarse a la dirección del PSOE como se ha hecho en este caso y abandonar el gobierno de la Junta de Andalucía, los dirigentes de IU deben seguir este camino.
IU tiene que estar del lado de los trabajadores, y rebelarse contra las políticas del capital que dejan miles de familias en la calle. La Corrala la Utopía nos brinda una importante lección, al igual que otros conflictos como el de la marea blanca, la lucha de Gamonal, o las marchas de la dignidad del 22M: ¡Si se puede! ¡Con contundencia, organización y extensión se puede luchar contra las políticas de recortes, de ataques a nuestros derechos y conquistas sociales!
Por eso, ahora que los dirigentes del PSOE han dejado claro los intereses que verdaderamente defienden, no hay que aceptar ni un minuto más ser cómplices de la senda hacia la autodestrucción que han emprendido. A IU le corresponde estar en la calle del lado de la clase trabajadora, organizando e impulsando la movilización. Necesitamos 10, 100, 1000 Corralas. Necesitamos que IU organice en cada barrio a las familias trabajadoras para generalizar las ocupaciones y luchar por la expropiación de las viviendas en manos de los bancos y las grandes empresas. Y usar las instituciones como altavoz de esta fuerza organizada en calle.
Hoy como ayer solo podremos parar los recortes en la calle, e Izquierda Unida debe jugar un papel como impulsor de la movilización, contribuyendo a organizar una auténtica rebelión social que debe empezar por la convocatoria de una nueva huelga general contra el gobierno del PP, y que tiene que tener como objetivo la creación de un gobierno de izquierdas que nacionalice las principales palancas de la economía (la banca, los monopolios, las constructoras, las eléctricas) y las ponga bajo el control democrático de la mayoría de la sociedad.