En su programa semanal de televisión Aló Presidente, el presidente venezolano Hugo Chávez anunció que unas 136 fábricas cerradas serán inspeccionadas con el objetivo de expropiarlas. “Es como el caso de la tierra sin utilizar. De la misma forma que no podemos permitir la tierra ociosa tampoco podemos permitirlo con las empresas”.

El programa del pasado domingo se emitió desde Cumaná, donde Chávez participaba en la inauguración de la Unión Cooperativa Agroindustrial de Cacao, una planta procesadora de cacao que llevaba cerrada nueve años y que ahora ha sido adquirida por los trabajadores organizados en una cooperativa, con un préstamo a bajo interés del gobierno. El presidente Chávez explicó que el tipo de cooperativismo promovido es el que “genera riqueza colectiva a través del trabajo conjunto, que va más allá del modelo capitalista que promueve el individualismo”.


“Hemos identificado unas 700 empresas cerradas. Esto no se puede permitir”, dijo Chávez, quien leyó una lista de empresas donde ya ha comenzado el proceso de expropiación. Hay otras 136 que van a ser inspeccionadas y también hay muchas empresas que están parcialmente paralizadas. El número total de empresas que están siendo investigadas es de 1.149.

Mencionó el caso de una planta procesadora de pescado en el puerto de Guanta que ya ha comenzado a producir: “Si los empresarios no quieren abrirla, habrá que expropiarla y la abrimos nosotros”. El presidente Hugo Chávez repasó la lista y mencionó varias empresas que están cerradas pero que tienen toda la maquinaria y activos necesarios para comenzar a producir, incluida una planta de textil, una maderera, una fábrica de muebles, un hotel, una planta de leche, una fábrica de zapatos y una acería, entre otras.

Parafraseando un refrán popular venezolano Chávez declaró que: “El que tenga la bodega, que la atienda o que la venda. Y si no la atiene ni la vende, se la expropiamos”. Claramente no se estaba refiriendo a pequeñas empresas porque la mayoría de las empresas mencionadas en la lista emplean entre 100 y 500 trabajadores.

Añadió que para aquellos empresarios que quieren mantener abiertas sus empresas el Estado está dispuesto a ayudarlos con créditos a bajo interés, con la condición de que “los empresarios den a los trabajadores participación en la gestión, la dirección y en las ganancias de la empresa”.

María Cristina Iglesias, ministra del trabajo, también intervino en el programa haciendo un “llamado a los sindicatos y a los trabajadores y ex-trabajadores de estas empresas a recuperarlas. Sólo con la fuerza de los trabajadores podremos derrotar a este enemigo interno que es la dependencia que nos aleja de lograr nuestro objetivo de luchan contra la pobreza”.

El socialismo

“Esto es la revolución. Esto es el socialismo”, añadió Chávez quien también dijo que: “la democracia revolucionaria es la transición, el puente, el camino hacia el socialismo del siglo XXI, que es bolivariano, venezolano y latinoamericano”. Apeló a la población para que “deje a un lado los fantasmas del pasado con los que ha sido asociada la idea del socialismo”. El jueves el presidente había revelado los resultados de una encuesta según la cual la mayoría de los venezolanos prefería el socialismo. La encuesta, elaborada por una empresa privada a finales de mayo y principios de junio, demuestra que el 47,9 % de los venezolanos prefiere un “gobierno socialista”, mientras que sólo el 25,7 % apoya el capitalismo.

Chávez explicó que todavía había casi un 25 por ciento de la población que no había respondido a la pregunta y que la ofensiva ideológica debía ser fortalecida. Desde que Hugo Chávez declaró que el camino hacia delante de la revolución venezolana era hacia el socialismo, éste se ha convertido en el debate principal dentro del movimiento bolivariano revolucionario y en la sociedad en general. Incluso el presidente de la federación empresarial, FEDECAMARAS, tuvo que decir hace unos meses que no era cuestión de elegir entre socialismo y capitalismo, sino más bien “tomar los mejores aspectos de ambos sistemas”.

Más recientemente, un general de división retirado, Alberto Müller Rojas, en su discurso ante la Asamblea Nacional en una sesión especial del 5 de julio, Día de la Independencia, hizo un llamado a crear una nueva Sociedad Patriótica (la organización que inició la lucha por la independencia hace casi doscientos años), pero que en esta ocasión debería ser “una Sociedad Patriótica por el Socialismo”. En su discurso a los oficiales del ejército, el propio Chávez les pidió que lleven el debate sobre el socialismo incluso “a los barracones” para desechar las viejas ideas y prejuicios que se han enseñado en el pasado sobre el socialismo.

Dentro del movimiento obrero estas ideas han sido recibidas con entusiasmo. La discusión principal ahora es qué significa el socialismo, cómo aplicar la “cogestión” y qué papel tienen los trabajadores en el proceso revolucionario y la economía. Está claro que aún hay muchas interpretaciones de cuál es el significado del socialismo. Para los sectores más moderados dentro del movimiento bolivariano el socialismo significa básicamente socialdemocracia, o como ellos dicen, “el socialismo de Zapatero”, haciendo referencia al presidente español.

Pero para los trabajadores y los pobres está claro que el socialismo significa una ruptura radical con el capitalismo. El mismo Chávez ha explicado que “dentro de los límites del capitalismo los problemas de la miseria, la pobreza y la desigualdad que sufren los venezolanos no se pueden solucionar”.

En la enorme planta de aluminio propiedad del Estado, ALCASA, donde se ha producido la experiencia más desarrollada de lo que es conocido como “cogestión”, está bastante claro que la “cogestión” de los trabajadores significa precisamente control y gestión de los trabajadores. En un cartel publicado por ALCASA aparece su consigna principal: “Control obrero”. (Ver http://www.alcasa.com.ve/images/Pruebas/CG/Afiche01.htm)

Edgar Caldera, uno de los dirigentes sindicales de ALCASA, lo dejó claro en un artículo del 29 de mayo: “Si algo tenemos que tener claro los trabajadores de Alcasa es que nuestra cogestión no se puede convertir en un arma para profundizar el modelo de producción capitalista de explotación. No podemos repetir la triste historia europea, en donde el sistema de cogestión término eliminando conquistas y derechos de los trabajadores”. (E. Caldera, El Topo Obrero No. 15, Junio 2005, Alcasa: Cogestión, Control Obrero y Producción)

En ALCASA son los mismos trabajadores los que eligen a los gerentes. Estos gerentes mantienen el mismo nivel salarial que tenían antes de ser elegidos y están sometidos al derecho de revocación. En el mismo artículo, el camarada Edgar Caldera da un ejemplo de cómo el control obrero significa al mismo tiempo hacer más eficiente la producción y librarse de la burocracia, la mala gestión y la corrupción. Explica cómo en la Línea de Reducción III, una empresa externa estaba a cargo del mantenimiento y las reparaciones. Pero en realidad esta era una fuente de corrupción y en la práctica significa que durante aproximadamente siete años, el 10 % de las celdas reductoras en la línea habían estado sin utilizar. En una reunión masiva los trabajadores decidieron echar al contratista externo y contratar los trabajadores necesarios para hacer el mismo trabajo dentro. Como resultado de esta medida, las reparaciones se han hecho en un tiempo récord y ahora la línea está funcionando a plena capacidad.

Esta experiencia ha elevado enormemente el nivel político de los trabajadores implicados en ella. Del 16 al 18 de junio hubo una reunión nacional de trabajadores que participan en las experiencias de cogestión y control obrero y las conclusiones fueron muy profundas y apuntaban en la dirección correcta. Había una comprensión clara de lo que es conocido en Venezuela como “cogestión” y que es un paso adelante en la construcción de una sociedad socialista. Uno de los puntos acordados deja esto muy claro:

“Incluir en las propuestas de cogestión revolucionaria que las empresas sean del Estado, sin repartición de acciones, y que los excedentes se distribuyan en función de las necesidades de la sociedad por intermedio de consejos de planificación socialista; entendiendo estos consejos de planificación socialista como instancias que viabilizan las decisiones que toman ciudadanos y ciudadanas en asambleas”.

Contradicciones

Este proceso global de discusión y acción política de los trabajadores y los pobres no está exento de contradicciones. Por ejemplo, en la antigua papelera VENEPAL, ahora INVEPAL, la primera empresa expropiada por el Gobierno Bolivariano, los dirigentes del sindicato han dado el paso de disolver el sindicato y están esperando comprar la parte de la empresa que pertenece al Estado para que sea propiedad sólo de los trabajadores y quedarse con los beneficios de la producción. Otros dirigentes sindicales les han advertido contra este paso, insistiendo en que esto significaría el mantenimiento del capitalismo y que podría incluso en el futuro llevarlos a un enfrentamiento con otros grupos de trabajadores.

En INVEVAL, la antigua empresa Constructora Nacional de Válvulas (CNV), que fue expropiada por el Gobierno el 1º de Mayo, las dificultades no están surgiendo de los propios trabajadores sino más bien de la burocracia estatal. Durante la firma del decreto de expropiación, Chávez dejó claro que los trabajadores tenían que tener la mayoría de los representantes en la Junta Directiva y que el organismo máximo de decisiones debería ser la Asamblea General de Trabajadores. Pero cuando los representantes del Ministerio de Economía Popular (MinEP) leyeron la propuesta de estatutos de la empresa a los trabajadores el pasado 27 de junio, no se mencionaba para nada la participación de los trabajadores. La asamblea rechazó esta propuesta y comenzó un proceso de movilización para exigir el control obrero. Ahora están vinculándose con trabajadores de otras empresas donde hay experiencias de participación de los trabajadores para extender su lucha más allá de INVEVAL.

Finalmente, en la empresa estatal de generación y distribución de electricidad, CADAFE, desde el principio la implantación de la “cogestión” (que fue cuando los trabajadores ejercieron el control obrero para impedir el sabotaje durante el cierre patronal de diciembre de 2002), ha habido todo tipo de tensiones con los directivos y gerentes de la empresa. Primero querían limitar el poder de los trabajadores a la hora de tomar decisiones en aspectos secundarios (un ejemplo de esto fue cuando se abrió una discusión sobre ¡la decoración de Navidad en el edificio de la empresa en Valencia!). Los trabajadores y su sindicato han tenido que luchar por cada pedazo de control obrero que ahora tienen en la empresa. Ahora los directivos han salido con otro argumento: “No puede haber participación de los trabajadores en las industrias estratégicas”.

Este argumento choca de manera frontal con la realidad. Fue precisamente durante el paro patronal cuando los trabajadores petroleros recuperaron la producción en PDVSA, y los trabajadores del aluminio y el acero de las enormes plantas de Guayana lucharon físicamente en las instalaciones de gas y reanudaron el suministro a sus fábricas. También fue en esta ocasión cuando los trabajadores del Metro de Caracas lo mantuvieron abierto y los trabajadores eléctricos de CADAFE mantuvieron el suministro eléctrico y evitaron el sabotaje de la industria.

El movimiento obrero venezolano está experimentando una masiva transformación y está comenzando a ser consciente de su propia fuerza. En esto reside la esperanza para el futuro de la revolución bolivariana.

Una cosa que tienen muy clara los trabajadores es que, como dijo Chávez en su Aló Presidente, una revolución es un proceso en que nacen nuevas ideas y modelos, mientras que las viejas ideas mueren, y “en la Revolución Bolivariana ¡es el capitalismo el que será eliminado!”

Traducción de Chavez announces expropriation of closed factories – Venezuela debates socialism



Vea en APORREA:

Chávez anuncia expropiaciones de empresas cerradas: Gobierno identifica 1149 empresas cerradas o parcialmente paralizadas


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