La organización Izquierda Revolucionaria desarrolló el pasado 06 de marzo un conversatorio con las trabajadoras y trabajadores en las instalaciones del comedor de la empresa Vivex, ubicada en la Zona Industrial Los Montones de Barcelona, estado Anzoátegui. En esta ocasión, las presentes compartieron sus experiencias de lucha en empresas como Macusa, Vivex, Tapa Corona, sector comercios, entre otras, al igual que como amas de casa y en la participación política. También expresaron sus perspectivas ante la actual situación que viven las mujeres trabajadoras en el mundo y especialmente en Venezuela.
Se planteó que para muchas de nosotras la pandemia, la crisis sanitaria, los recortes sociales o la falta de espacios para el estudio nos han sometido a una opresión aún mayor. Ahora nos vemos en muchos casos obligadas a vivir con nuestros maltratadores y ser expuestas a una violencia física y psicológica aún más cotidiana y sin espacios de escape, aunque sean temporales.
Muchas asistentes señalamos nuestra preocupación de ver que, aunque los datos no son nada claros al no existir registros oficiales, la alta incidencia de feminicidios que hay en nuestro país. Se conoce por redes sociales y organizaciones afines que el número de mujeres asesinadas tiende al alza en Venezuela: en lo que va de 2021 van más de 37 víctimas. El colapso económico, la fuerte diáspora, el confinamiento, entre otros factores, han disparado a niveles asombrosos la cantidad de mujeres víctimas de explotación sexual, trata, pornografía y otras formas de opresión y explotación de la mujer. Adicional a esto, la justicia patriarcal nos da la espalda, se hace oídos sordos y dejan en libertad a acosadores, agresores y violadores. Y por si todo esto fuera poco, la patronal, la derecha, la burocracia del gobierno y quienes se enriquecen a costa de nuestra explotación han seguido atacando nuestros derechos: nos han despedido, recortado los salarios, arrecian el acoso laboral, nos condenan a medio sobrevivir con bonos de hambre y miserables prebendas clientelares.
Sobran los motivos para levantar con fuerza una verdadera lucha feminista en Venezuela. No podemos olvidar las grandes movilizaciones y los muy importantes pasos hacia adelante que se han conseguido como la Ley Orgánica de Protección de la Mujer, beneficios establecidos en la Ley del Trabajo y la Ley de Prevención y Medio Ambiente del Trabajo, a pesar de que actualmente están siendo ignoradas y violentadas vergonzosamente por la burocracia del gobierno.
Los derechos se defienden batallando. ¡Organicémonos y luchemos!
Se hizo énfasis en que las conquistas alcanzadas anteriormente nos llenaron de confianza y que no podemos permitir que nos engañen con políticas clientelares. Éramos muchas y muchos quienes pensábamos que con la continuidad del gobierno se profundizarían los cambios en pro de garantizar el bienestar de las mujeres trabajadoras. Desgraciadamente, las políticas de Hugo Chávez se quedaron a medias, no se llevó a una transformación profunda y verdadera, lo cual se traduce ahora en un brutal retroceso, en algunos casos a condiciones peores que al inicio del primer gobierno de Chávez. El movimiento feminista y la juventud tenemos la obligación de decir alto y claro a este Gobierno: ¡Basta ya del falso discurso “socialista”! ¡Respeto a la organización independiente de la mujer trabajadora!
Las y los asistentes dejamos claro que la única manera de acabar con la opresión, conquistar la verdadera igualdad y poner fin a tanto sufrimiento es luchando contra el sistema que lo provoca: el capitalismo. Eso comienza por confrontar con quienes nos quieren utilizar, manipular, sumisas y calladas, depurando los tribunales, la policía y el aparato del Estado de machistas y politiqueros reformistas. Es poniendo en marcha de una vez por todas la igualdad salarial, el derecho a una vivienda pública digna, a un puesto de trabajo decente o a un subsidio de desempleo igual a un salario sobre la base del valor de la canasta básica como establece la constitución que nos permita escapar de la miseria y la violencia. Es implantando una asignatura de educación sexual inclusiva y liberadora en nuestros centros de estudios.
El conversatorio finalizo con un llamado a las y los compañeros trabajadoras y trabajadores, así como a la juventud feminista para continuar levantando las banderas del 8 de marzo con mucha determinación, siguiendo el ejemplo de nuestras hermanas en Argentina, Polonia y de todo el mundo, muy particularmente el de nuestras compañeras de Libres y Combativas en el Estado Español y México haciendo un llamado especial para iniciar una organización independiente y autónoma de Libres y Combativas en Anzoátegui, Venezuela.