La crisis económica, política y la corrupción estallan  al interior del PSUV

La clase obrera sólo puede apoyar a los candidatos con un programa que impulse la toma del poder por parte de los trabajadores  y no hayan estado  comprometidos con la burguesía.

Las elecciones regionales, que dieron la victoria al PSUV, lejos de estabilizar la situación política en el país han abierto un nuevo conflicto. En la medida en que temporalmente la oposición, tras su arremetida fascista,  fue derrotada en las elecciones a los comicios regionales, la división ha irrumpido  en sus filas,  paralizándola  temporalmente. Las contradicciones  también se han trasladado al interior del PSUV. Ello es debido a que la crisis económica y social, lejos de atenuarse, se acentúa producto del sabotaje de la burguesía en coalición  con la burocracia. Esto ha trasformado el país en un polvorín. La victoria en la ANC, lejos de garantizar la paz como señala el gobierno, prepara nuevas explosiones en la medida que no resuelve los problemas económicos y sociales de fondo.

El proceso venezolano demuestra que es imposible llevar a cabo una revolución basándose en el aparato del estado capitalista, verdad elemental que señaló Carlos Marx hace más de 150 años. Hay que construir un semiestado nuevo, dirigido por los trabajadores y  el pueblo y no por burócratas separados de ésta, basándose en la organización de la clase trabajadora para abolir el capitalismo y sus lacras. Si no, la vieja basura del estado capitalista aflora con fuerza renovada. Y las lacras del burocratismo y la corrupción amenazan con extenderse, facilitando la victoria de la contrarrevolución, ya sea de la mano de la burocracia o de la propia burguesía, que explota la extensión de estas lacras causadas por el mantenimiento de la economía y el estado capitalista para decir que son “producto del socialismo” y la revolución.

Los últimos escándalos son muestra de ello: la huida a Colombia del ex alcalde de Guanta, Jhonnathan Marín, antes de ser aprendido por corrupción es una nueva  muestra de la lista del alcaldes, gobernadores y altos cargos del PSUV  corruptos y de la participación del aparato del estado en esa corrupción, permitiendo una y otra vez la impunidad y fugas de estos criminales que atentan contra los derechos del pueblo

La nueva cruzada del gobierno contra la corrupción no es sino un intento de atajar a los elementos más podridos de la burocracia y disciplinar al resto, pues el robo y el saqueo amenaza con llevárselo todo por delante. Al mismo tiempo, los burócratas utilizan la corrupción como un modo de quitarse rivales dentro del propio aparato burocrático, tal y como vemos en el conflicto entre Lacava y Ameliach en Carabobo, con acusaciones de desviar y recursos para enriquecerse con el CLAP. Esto mismo sucede en Cumaná con la detención del Rojo Acuña. Lejos de representar un intento de sofocar una alternativa de izquierda, como sostienen algunos grupos políticos, supone un intento de la burocracia de esa región de quitarse de en medio a un competidor igual de burócrata que ellos.

Cuando el rio suena es porque piedras trae. Los trabajadores debemos estar atentos en todo el país pues muchos sectores de la burocracia, ante las divisiones internas, van a intentar aprovechar el descontento en la base del chavismo para ganarse una base de apoyo entre obreros y sectores populares que honestamente quieren un cambio revolucionario a través de la demagogia. Todo ello para utilizarlo en su provecho burocrático.

Apoyo masivo a candidaturas alternativas a las designadas por la dirección del PSUV. !Por un frente unitario de la izquierda crítica del chavismo que lucha contra el capitalismo  y la burocracia!

Ese descontento se está manifestando ya en la elaboración de las candidaturas a alcaldías, igual que antes lo hizo en las elecciones a gobernadores. Se están postulando candidatos alternativos a la línea oficial de la burocracia. Por ejemplo, en Caracas Eduardo Saman, que ha aparecido a la izquierda dentro del PSUV, se postula como favorito claro frente a Erika Farias, designada a dedo por la dirección del PSUV.  La base descontenta presiona para un giro a la izquierda

Desde Izquierda Revolucionaria (IR) señalamos que los trabajadores y el pueblo debemos estar vigilantes ante los oportunistas que van a intentar utilizar este descontento para sus propios fines, con discursos demagogos. Los trabajadores debemos impulsar candidatos que reflejen nuestros  intereses de clase, que señalen que hay que terminar con la alianza del gobierno con los empresarios,  que hay que acabar con el burocratismo impulsando la toma del poder por los trabajadores y el pueblo.

Hay  que organizarse desde abajo, allá donde no podamos impulsar nuestras candidaturas, para empujar  a los candidatos que defiendan propuestas a la izquierda de la dirección a no vacilar y llevar estas a la práctica, haciéndoles ir lo más lejos que podamos. Al mismo tiempo esta lucha de la base debe servir para agrupar y organizar un frente de izquierdas de todas las organizaciones y militantes críticos del chavismo que luchan contra la alianza del capitalismo y el burocratismo que está favoreciendo el avance de la contrarrevolución y poniendo en peligro todos los avances y conquistas que hemos alcanzado durante estos años de proceso revolucionario 


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