El Militante: En el año 2011 se procedió a la adquisición forzosa de la empresa VIVEX por el gobierno venezolano, pero antes ustedes tuvieron la fábrica ocupada por varios años. ¿Cuál fue el motivo que impulsó a los trabajadores a tomar la empresa?

David: La toma de la empresa VIVEX pasa por tres momentos claves. Primero, en el año 2002, ante la convulsión política-laboral, se constituye un sindicato luchador por los intereses de la clase trabajadora que surge producto de la vulneración de nuestros derechos a sindicalizarnos libres de patronos y sindicatos patronales.

El segundo momento es desde el 2003, cuando somos despedidos varios trabajadores y parte de la junta directiva del sindicato luchador, que obtuvimos providencia administrativa de reenganche y amparo constitucional y el patrono entra en desacato, hasta el año 2006, cuando tomamos los portones de la empresa en una huelga solidaria y que tuvo amplio respaldo de otros trabajadores de sindicatos cercanos por el reenganche de todos los despedidos. Duró 10 días, con discusiones en el Ministerio del Trabajo, logrando el reengancha de los compañeros.

Después de haber ganado el reenganche y una discusión de contrato digno de trabajo y condiciones de vida, de salud y seguridad, el patrono, en el año 2008, asume una plena violación del contrato sobre el beneficio de las utilidades, que eran el pago de 120 días, imponiendo la cancelación de 15 días. Eso hace que los trabajadores reaccionemos en un tercer momento histórico de nuestra lucha, tomando nuevamente la planta como protesta. El patrono abandona las instalaciones y es hasta el 2011 que el gobierno nacional asume la apertura del procedimiento de expropiación.

 

E.M: Frente a esta situación de la toma de la empresa y durante todo este período, ¿cómo asumieron ustedes la organización de los trabajadores?

David: En 2008, cuando asumimos 400 trabajadores la fábrica, quedábamos menos del 50% por el desgaste burocrático de las instituciones al no dar respuesta efectiva. La situación ameritaba subir el nivel de organización, y entre el 2008-2009 constituimos una cooperativa, asumen la dirección algunos trabajadores y directivos sindicales. Con esta iniciativa, a pesar de no tener salario, la cooperativa nos ayudó a resistir durante esos 3 años de la toma de la empresa VIVEX.

 

E.M: Cuando se da la adquisición forzosa de la empresa VIVEX, como los trabajadores se organizan, ¿logran producir vidrios para el sector automotriz?

David: Fue un respiro, a pesar del freno de la burocracia institucional en levantar nuevamente el proyecto que establece la Gaceta Oficial. Con la modalidad administrativa del Ministerio, algunos trabajadores asumieron cargos: el secretario general del sindicato es nombrado miembro de la Junta Administradora, y junto a los trabajadores en una asamblea frente a los funcionarios del estado acordamos que todo procedimiento fuera previamente revisado por el Consejo de Trabajadores.

Esta fue la organización que asumimos para la producción de vidrio para las ensambladoras automotrices y carroceras, pero los patrones no quisieron hacer negocios con nosotros, posiblemente por nuestro proceso de control obrero, donde se debatía y decidía la planificación de la producción. Entonces decidimos vender los vidrios en las ventas de repuesto de vehículo. Levantamos la producción de cero al 40%, conseguimos reactivar 2 hornos muy productivos y reivindicativamente acordamos un acta convenio con muchos beneficios ajustados para los trabajadores de acuerdo a los ingresos que produjéramos.

E.M: ¿Cuál es la situación actual de la fábrica y sus trabajadores?

David: En el año 2016, el Ministerio cambió al presidente de la empresa, colocando a un militar activo que truncó todos los proyectos que habíamos comenzado en el año 2014 con la excusa del bloqueo económico que sufre el país. Reconocemos la gravedad de las sanciones, pero a pesar de todaS esas medidas de bloqueo, en Venezuela no han dejado de entrar grandes recursos económicos.

Ya son 9 años de paralización. Mantenemos una resistencia 25 compañeros en resguardo rotativo día y noche de la empresa, siendo en total 50 que demandamos el ejecute definitivo de la adquisición forzosa y se cancelen las deudas laborales. Estamos sin ningún tipo de apoyo gubernamental y somos trabajadores dispuestos a producir.

E.M: ¿Qué opinan usted del legado de Chávez, la situación actual en Venezuela y qué le propones a los trabajadores de VIVEX para reactivar la lucha?

David: Con el legado de Chávez, hay que explicar pacientemente, como decía Lenin. Pensamos que fuimos reivindicados con la lucha que habíamos iniciado en el 2006-2008 al presentar nosotros el proyecto de expropiación ante tantas violaciones de los derechos laborales, de salud y seguridad y derechos humanos por el patrono, pero las proyecciones sobre el gobierno, con este bonapartismo sui generis, era de un aparato burocrático aguas abajo, con sus ministerios muy corrompidos, inclinados a favor del empresariado.

Actualmente tenemos una mengua de quienes utilizan el legado de Chávez, que tienen ilusionados a las masas. Muchos compañeros esperanzados en que se finiquite el procedimiento de expropiación, pero la realidad es que al legado de Chávez lo enterraron con él. Hacemos el llamado a los trabajadores, nacional e internacionalmente, a debatir y tomar medidas sobre la tarea histórica como clase. La experiencia de nosotros en la empresa VIVEX es una muestra pequeña de lo que podemos hacer. Los trabajadores tenemos que organizarnos, formarnos y movilizarnos por nuestros derechos y luchas.


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