Perseo se envolvía en un manto de niebla
para perseguir a los monstruos.                                     
Nosotros nos topamos con nuestro embozo de niebla,
para no ver ni oír las monstruosidades y poder negarlas.

Carlos Marx. El Capital

En nuestra patria son miles las y los trabajadores que sufren retardos procesales, además de un trato claramente diferenciado entre estos y los empresarios incluyendo al Estado como patrón: justicia draconiana y parcializada para los primeros, laxa y alcahueta para los segundos. Así, las peticiones del mal llamado impulso procesal – que se entienden como "colaboraciones"-, entre otras cosas, para admitir demandas y otras diligencias, la ineficacia para hacer cumplir las sentencias - tanto por razones burocráticas como aquellas deliberadas que tiene su fundamento en la corrupción - los acuerdos y transacciones, a modo de chantaje, se hacen sobre la base de la necesidades vitales de los trabajadores con montos miserables; los procedimientos irregulares más grotescos, cambios sorpresivos de demandas entre tribunales para que los obreros pierdan las causas y otros hechos similares que en nada favorece al débil jurídico y económico de los y las trabajadoras.

Una justicia de clase en contra de los obreros

Mientras le quitan, roban o suspenden a los empleados el pan de cada día (salario o bonos), a los empresarios y burócratas nadie les toca, ni siquiera con el pétalo de una rosa, no son judicializados y mucho menos pagan prisión, a pesar de violentar principios constitucionales, derechos laborales y humanos en general. En cambio un trabajador, que por necesidad de supervivencia intente tomar un alimento o un producto de la empresa, supermercado o abasto, de inmediato es judicializado y condenado expeditamente por los tribunales. En consecuencia, el sistema y sus órganos de “justicia” criminalizan a todo aquel que se atreva a tocar cualquier bien o producto, por el solo hecho de violar la sacrosanta propiedad privada a la cual se le rinde culto al capitalista.

¿De qué justicia se habla?, ¿Cuál apoyo al débil jurídico?, ¿Que indubio preoperario ("lo más favorable para el trabajador")? TODAS SON MENTIRAS. El aparato de justicia funciona como uno de los principales mecanismos para la reproducción de la desigualdad, la  opresión a los pobres, la represión de las mayorías conforme a este sistema injusto que metaboliza el capital.

Muchos hombres y mujeres viven como dehechos humanos después de haber entregado toda su vida al trabajo, de acuerdo a la explotadora dinámica del capital, no se trabaja para vivir, sino que se vive para trabajar mientras haya fuerzas físicas y mentales hasta ser convertido en despojos humano productos de enfermedades ocupacionales, accidentes laborales o del degaste físico y mental de los largos años de trabajo en los cuales no pocas veces fueron sometidos al escarnio, la humillación y la violencia laboral. Ello explica el porque  somos rechazados posteriormente por el resto de los empleadores sin importarle en lo más mínimos nuestras necesidades vitales y la de nuestras familia. Esta penosa situación marca y condena a las y los trabajadores el resto de sus vida a la marginación y humillación por la sociedad en general. Lastimosamente los tribunales y fiscalía laborales refuerzan con sus decisiones, omisiones y trato a los obreros todas las situaciones anteriormente descritas: son agentes fundamentales en la gestación de todo este proceso que va en contra de los intereses genuinos de la clase trabajadora.

Un Gobierno favorable a los capitalistas

Las medidas económicas del Gobierno en estos 12 años para nada han beneficiado a los y las trabajadoras, la reconversión monetaria pulverizó las prestaciones sociales -todos nuestros años de vida laboral se fueron a la basura- el salario es miserable, la imposición de la política de bonificación, aunado a las exoneraciones de aranceles, impuestos y créditos a los empresarios son territorios exclusivos para la explotación obrera 2.0, a la par de consolidar pingües ganancias al empresariado.

 Así mismo se aplican otras políticas económicas antiobreras bajo el secretismo de la ley antibloqueo, nos venden como esclavos a los empresarios, a la vieja y nueva burguesía, como un festín delicioso en que se pisotea la dignidad y los más sagrados derechos humanos de la clase trabajadora. Allí, la burocracia de las instituciones judiciales juega un papel primordial golpeando y negándoles justicia a todos los ciudadanos que viven del trabajo. Estos funcionarios no se reconocen como asalariados al igual que el resto de los trabajadores, porque gozan del “privilegio” de negociar y enriquecerse con el sufrimiento y desesperanza de la clase.

Las distintas fuerzas políticas y candidatos a la presidencia de la República, de una u otra tendencia no hablan para nada de este tema vital para la reproducción de la vida digna de los trabajadores, pues según sus criterios estos y los pobres en general solo existen como votantes que pueden ser arreados según sus intereses. De hecho, en esta campaña electoral ningún candidato hace gala de un programa serio de gobierno que sopese soluciones, inmediatas o  mediatas a las urgentes necesidades, que acabe de una vez por toda con el sufrimiento de los trabajadores y las trabajadoras.

¿Qué es la OTRA CAMPAÑA?

La Otra Campaña, se identifica con las luchas cotidianas de los oprimidos y los trabajadores, no se limita a un evento electoral, a un proceso donde no tenemos ninguna opción que favorezca los intereses de quienes vivimos de un salario. Por tanto, es urgente imprescindible unir nuestras fuerzas para luchar contra la burocracia institucional y la burguesía explotadora y parasitaria.

Hacemos un llamado a todos los y las trabajadoras, a que junto a su familiares nos organicemos en comité de lucha por el derecho al trabajo, al salario igual a la canasta básica, a las convenciones colectivas, utilidades, vacaciones, prestaciones sociales que cubran realmente el valor de nuestro esfuerzo laboral, reenganche y pagos de salarios caídos, reconocimiento inmediato de las enfermedades y accidentes laborales con pagos dignos, y que, en general, se respeten los sagrados principios laborales contemplados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Vamos a las acciones pacíficas en defensa de los trabajadores:

★ Denunciar los problemas laborales y violación de los derechos de los trabajadores en el estado

★ Difundir estas denuncias por las redes sociales y otros medios

★ Diseñar videos de carácter personal y colectivos para revelar ante la opinión publica los atropellos e irregularidades a que son sometidos  

★ Organizar una red comunicacional propia para el acompañamientos de las luchas por sus derechos  

★ Identificar las mafias burocráticas enquistadas en las instituciones que en contubernio con el patrón público y privado menoscaban los derechos

¡Basta de jueces y tribunales parcializados en contra de los trabajadores! ¡Basta de miseria e injusticia! ¡Basta de privilegios para los empresarios y burócratas!


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