Vasili Grossman en el Ejército Rojo (1941-145) 

Grossman fue corresponsal del periódico Estrella Roja del Ejército soviético durante la II Guerra Mundial, permaneciendo durante más de mil días en las zonas de combate y en los cuarteles del frente. Aparte de sus artículos recogió en unos cuadernos de notas todas sus impresiones, desde la situación de los soldados en primera línea, hasta la ineptitud de los mandos estalinistas, corriendo un gran riesgo, ya que los diarios personales estaban absolutamente prohibidos, por si caían en manos del enemigo.
Crítico con el gobierno de Stalin, muchos de sus artículos fueron censurados y sólo una serie de casualidades y de buenos amigos impidieron que acabase en manos de la policía política, la temible NKVD.
Sus artículos eran muy apreciados, no sólo entre los soldados sino entre la población en general que obtenía noticias más veraces que en los periódicos civiles. Nunca mentía, según sus propias palabras, escribía la "cruda realidad de la guerra". No introducía loas a Stalin; de hecho, no le nombraba jamás y no dejó de recibir recados en ese sentido, de hecho los estalinistas le consideraban demasiado internacionalista para el gusto de los defensores del "socialismo en un solo país".
Grossman recogió en sus notas el terrible pánico que se desató en la URSS tras la invasión nazi, cientos de miles de soldados soviéticos fueron apresados, la aviación destruida sin despegar y Moscú amenazado por la guerra relámpago de Hitler. El pacto germano-soviético, las terribles purgas en el ejército y la creencia de Stalin de que Alemania no atacaría la URSS, hizo que cuando las autoridades soviéticas quisieron reaccionar casi medio país estaba en manos nazis. Sólo el enorme esfuerzo de las masas soviéticas paró el desastre, miles de personas cavaron trincheras antitanque a las puertas de Moscú, desmontaron todas las fábricas al alcance de los nazis y las volvieron a montar en los Urales, se apuntaron en masa al Ejército Rojo y, en definitiva, fue este enorme sacrificio el que salvó a la URSS.
En sus notas recogía las contradicciones del estalinismo, el fracaso y las terribles consecuencias de la colectivización forzosa agraria, el desprecio de la burocracia militar hacia los soldados rasos, las terribles pérdidas de vidas fruto de la estrategia de Stalin de ataques frontales y las condiciones de vida de los obreros y campesinos.
Podía haber mucho resentimiento hacia el estalinismo, pero detrás de las tropas alemanas venían los comandos SS de exterminación arrasando con todo y con todos. La madre de Grossman, judía como él, fue asesinada junto a otros 30.000 en las cercanías de Kiev en una de las primeras matanzas de judíos. Este hecho le llevó a crear y dirigir la Unión Antifascista Judía, donde escribió junto a otros el llamado Libro Negro donde se recogían todas las matanzas nazis en terreno soviético, colaborando con otras organizaciones judías, sobre todo con la americana dirigida por Albert Einstein. Esto le hizo doblemente sospechoso y el Libro Negro fue prohibido. Este libro contiene uno de los artículos más brutales y estremecedores sobre el campo de exterminio de Treblinka, hasta el punto en que fue usado en los juicios de Nuremberg.
Grossman, como muchos otros, quería ver qué ocurriría después de la guerra, pensaba que podrían volver los primeros días de la revolución, sin el control asfixiante de la burocracia estalinista. Pero ni siquiera la apertura relativa después de la muerte de Stalin posibilitó que se editara su obra cumbre Vida y Destino, que sólo vería la luz en la URSS después de su desintegración en 1990. Grossman murió en 1964 casi en la pobreza, ayudado por antiguos amigos de los tiempos de la guerra.


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