Madrid con 500.000 participantes, fue la más numerosa. Desde prácticamente la plaza de Neptuno, la Puerta de Alcalá y casi todo el paseo de Recoletos hasta la Puerta del Sol, una masa de personas abarrotó todo el recorrido. En la plaza del kilómetro cero no cabía un alfiler y decenas de miles de personas se tuvieron que quedar en las calles aledañas sin posibilidad material de poder acceder a ella.
El 19 de junio, punto álgido de las convocatorias del 15-M hasta esa fecha, ha sido ampliamente superado en este día histórico de movilización.
Las consignas contra la especulación, contra los desahucios, los banqueros y el dinero público que se les regala, contra los recortes sociales y contra el capitalismo en general, dieron a la manifestación un claro e inequívoco carácter de izquierda y volvieron a reflejar el profundo y masivo deseo de la mayoría de un cambio radical de esta sociedad.
Miles de pancartas, caseras la mayoría, reivindicaban el fin de los privilegios de unos pocos frente a los sacrificios que se les exige a la mayoría.
En ese contexto, la manifestación de Madrid, además, reflejó la actual agitación social que desde principios de septiembre llena sus calles. Decenas de miles de profesores, estudiantes y padres, con sus camisetas verdes en defensa de la educación pública, se podían ver por toda la manifestación.
Esperanza Aguirre blanco de las iras
Sin duda una parte importante de las consignas, las pancartas y los gritos iban dirigidos contra el Gobierno de la Comunidad de Madrid y contra su presidenta Esperanza Aguirre y su política ultrarreaccionaria.
El PP en Madrid es visto (y con toda la razón) como la punta de lanza de la profundización de los recortes sociales, de los ataques a nuestras condiciones de estudio y trabajo y de los retrocesos de nuestros derechos democráticos, que tiene preparados la derecha para todo el país; “Espe, especulación”, “Esperanza dimisión”, fueron coreadas con insistencia y rabia por los cientos de miles de participantes en esta inmensa demostración de fuerza.
Inevitablemente los dirigentes del PSOE y el Gobierno de Zapatero tampoco escaparon a las iras de los manifestantes. La política de claudicación y servidumbre a los intereses de los banqueros y grandes capitalistas y los profundos y decisivos ataques que este Gobierno ha llevado a cabo a las conquistas sociales que los trabajadores consiguieron después de años de lucha, están cobrándole al Partido socialista una dura factura.
Desde el Sindicato de Estudiantes (SE) en la mayoría de las manifestaciones en todo el estado, hicimos una amplia intervención. En Madrid, punta de lanza de la lucha contra los recortes en educación, repartimos miles de panfletos convocando la huelga de 48 horas de estudiantes y profesores que convocamos para los próximos 19 y 20 de octubre, haciendo especial hincapié en el llamamiento a participar en la concentración del 19 a las 12 horas frente a la Consejería de educación y en la del 20 en el mismo lugar en la que el SE convoca junto a los sindicatos de trabajadores de la enseñanza.
Una vez más los trabajadores y los jóvenes de este país hemos demostrado en la práctica que somos la mayoría y que tenemos la fuerza para parar los ataques, conseguir que la riqueza que generamos repercuta en la mejora de nuestras condiciones de vida y no en que un puñado de parásitos sigan engordando sus bolsillos y en definitiva, para cambiar el mundo.
El 15-O es un argumento más para exigir a los dirigentes de CCOO y de UGT, que deben romper con su política de pacto social, que ante las agresiones que los jóvenes y trabajadores estamos sufriendo no pueden mirar a otro lado o limitarse a inocuas ruedas de prensa; es necesario movilizar a la clase obrera, preparar la convocatoria de una huelga general que sea el inicio de una dura en intensa campaña de movilizaciones en defensa de nuestros derechos y por un mundo mejor y más justo.
Esta lucha debe y acompañada de un programa que suponga una alternativa real. decisiva a la sociedad en la que vivimos, a como está estructurada.
Como cientos de miles gritamos ayer como un solo hombre a los largo de todo el estado español y millones en todo el mundo “el problema es el capitalismo”, convirtamos la indignación en una lucha organizada y consecuente contra el capitalismo, dotémosla de un programa auténticamente revolucionario, el de poner en manos de toda la sociedad los inmensos recursos hoy existentes y ponerlos al servicio de la satisfacción de las necesidades sociales, arrebatándoselos al puñado de parásitos que hoy los acaparan con el único objetivo de seguir engordando sus beneficios, en definitiva el de la transformación socialista de la sociedad.
¡Otro mundo es posible! Bajo el socialismo
revolucionario