José Stalin gobernó un país que es por sí mismo una civilización, un vasto continente con muchas naciones y lenguajes, cuyas interrelaciones con Europa Occidental, fueron, en el mejor de los casos, problemáticas. También fue un internacionalista, y los rusos bajo Stalin apoyaron a la República Española y al Ejército Rojo de Mao. Pero fue un internacionalista ruso, y su primer deber fue hacia el pueblo de la URSS. León Trotsky no comprendió la continuidad de la historia rusa. Estuvo implicado en una terrible persecución de la Iglesia, en robos y la destrucción de iglesias. Estuvo implicado en ejecuciones masivas de campesinos y trabajadores, de oficiales e intelectuales. Perdió la guerra con Polonia y no pudo hacer la paz con Alemania. Alienó a los intelectuales y a los trabajadores rusos. En su impulso hacia la revolución permanente no prestó suficiente atención a Rusia; fue su perdición.
José Stalin convirtió a la Unión Soviética en un poderoso estado moderno, aseguró el pleno empleo, los derechos de los trabajadores, la educación y la atención sanitaria gratuitas. Creó la base industrial y una ciencia adelantada. Libró y ganó la más dura de las guerras jamás vividas por Rusia. Bajo su régimen, Rusia socialista sobrevivió interminables ataques del imperialismo de EE.UU. No dejó levantar la cabeza a las fuerzas pro-occidentales y pro-capitalistas del país.
Ahora la gente en Rusia se acuerda de los días de Stalin - no, no con nostalgia, sino con comprensión para lo que fue el período heroico de la vida de sus padres.
Todas las fuerzas comunistas en Rusia y en Europa son descritas como "stalinistas" si no aceptan la Pax Americana. Los trotskistas en Rusia constituyen una fuerza pro- occidental y pro-estadounidense, y son incluso más anti-rusos de lo que era León Trotsky. Lo mismo vale para muchos (aunque no todos) grupos trotskos en Europa.
Por supuesto, interésate por el legado de Trotsky, pero no desdeñes el auténtico comunismo soviético, el que ayudó a Cuba y al que ahora calificas de "stalinismo".
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Ver también:
Otra carta abierta a Celia Hart, por César Augusto Sención (1/11/2004)
En Defensa del Marxismo. Respuesta a Israel Shamir, por Alan Woods (20/10/2004)
La saga de Woods, por Israel Shamir(15/10/2004)
La controversia con Celia Hart. ¿EStalinismo o leninismo?, por Alan Woods (1/9/2004)