‘Cuba: la única salida es la extensión de la revolución en Latinoamérica’
El Militante.- ¿Qué destacarías de la situación en Cuba el último año?
Frank Josué Solar.- Lo más importante fue el impacto que provocó la enfermedad de Fidel. Su llamamiento en ese momento va dirigido a que haya calma, a que no sucediera lo que apostaba el enemigo. EEUU jugaba la carta de que se produjera una insurrección o algo por el estilo. La reacción de la comunidad cubana en Miami fue muy ilustrativa para el pueblo cubano. Salieron a la calle como una jauría. Esto nos da una idea de lo que significaría una restauración capitalista en Cuba y que esta gente regrese. Parecían fieras salvajes. Esto a su vez generó cohesión y unidad en Cuba. Por ejemplo la delincuencia descendió.
Este año ha habido calma y tranquilidad que era lo que no quería EEUU. Se repartieron tareas dentro del gobierno, se mantuvieron las relaciones estrechas con Venezuela. Los mejores regalos que recibió Fidel fueron las visitas de Chávez.
Fidel sigue siendo la máxima autoridad de la Revolución, el líder indiscutido. Raúl es visto como una autoridad más vinculada a los problemas de la gente, de los problemas cotidianos (falta de alimentos, transporte, etc.). Por ejemplo, ha dirigido el movimiento de agricultura urbana para crear, en las ciudades y en los pueblos, huertos intensivos de producción que hoy por hoy garantizan la mayor parte de las verduras y vegetales que se consumen en las ciudades. Raúl ha dicho que a Fidel sólo lo puede sustituir el Partido. Para mí esto es muy importante porque creo que una de las garantías de la continuidad de la Revolución será el Partido.
Pero no pienso que es la más importante. La garantía fundamental para la continuidad de la Revolución es la profundización de los mecanismos de democracia popular, de una toma de decisiones colectivas a nivel popular y control popular desde abajo.
Hay que cambiar las cosas que nos han funcionado mal, errores que cometimos, cosas que copiamos del modelo soviético del mal llamado socialismo real. Esta idea de cambio constante y profundización de la revolución entronca con la teoría marxista de la revolución permanente. Y además dijo que estos cambios tienen que surgir de un debate público donde participen los sectores populares de la sociedad cubana, donde se planteen los problemas y ver las soluciones.
EM.- ¿Crees que en Cuba se puede dar una situación similar a China, introduciendo medidas de mercado en una economía planificada?
FJS.- Mi valoración es que en China ha habido un retroceso del socialismo, sobre todo en los niveles de avance que ha alcanzado la propiedad privada. Al principio, cuando comenzaron las reformas económicas en China, había la intención de que los sectores más importantes se mantuvieran en manos estatales y hoy ya están siendo pasto de las privatizaciones. Incluso las conquistas sociales de la revolución han dado retrocesos importantes. Creo que no es un modelo válido. Se da la imagen de una gran potencia que consume grandes cantidades de materias primas (como el petróleo) pero de ese proceso sólo se beneficia una capa minoritaria de la población porque hay otra, invisible, que es la que realmente está sintiendo la carga de todas estas reformas.
En Cuba está asumido que todas estas reformas de mercado han provocado desigualdad en la sociedad cubana, el mismo Fidel ha insistido mucho en esto.
"China no es un modelo válido"
EM.- ¿Cuál es la relación entre la Revolución cubana y los procesos internacionales, sobre todo en América Latina?
FJS.- Cuba viene poco a poco recuperándose y saliendo del "Período Especial", tras la caída de la URSS. No es un proceso lineal sino con contradicciones. Cuba se ha visto muy vulnerable con respecto a las fluctuaciones de la economía mundial, lo que significa una prueba de la imposibilidad del socialismo en un solo país. En este momento Cuba importa la mayor parte de los alimentos y en el último año los precios en el mercado mundial se han disparado. Los proyectos económicos con Venezuela, Bolivia, Nicaragua, etc., han ayudado a plantear medidas ambiciosas como la construcción de viviendas.
Sin embargo, en un escenario de persistencia en el aislamiento de la revolución sin que se extienda el socialismo a otros países y en un contexto de introducción de reformas de mercado, entonces, creo que tendríamos un fortalecimiento de los sectores más proclives a la restauración capitalista. Ahí sí tendríamos una fractura, un rompimiento.
Sin duda, actualmente, hay sectores que desean un regreso al capitalismo aunque aún no se expresan porque la correlación de fuerzas les es muy desfavorable.
El quid de la cuestión es lo siguiente: en una economía de transición socialista que está aislada y bloqueada con recursos materiales limitadísimos (no estamos hablando de la URSS), y con el imperialismo más poderoso a 90 millas, tú puedes mientras sobrevives aplicar reformas económicas de mercado (como hicieron los bolcheviques con la NEP). Pero lo fundamental es hacer esto con la perspectiva de que son medidas salvavidas en un determinado momento, medidas transitorias pero que no pueden ser la solución.
EM.- ¿Cuál te parece que es el escenario más favorable para que la Revolución avance?
FJS.- La verdadera solución es integrarse con otras economías socialistas, es decir la única salida es la extensión de la revolución en Latinoamérica para formar una Federación Socialista, que se complementen y que su cooperación sea no sobre bases de mercado sino sobre la base de la planificación.
Por eso es tan importante Venezuela. Porque lo que pasa en Venezuela es la clave de la cuestión en Cuba. Si avanza el proceso revolucionario venezolano, si se va al socialismo y se completa la revolución, eso significaría un impulso tremendo para Cuba.
Fidel viene alertando desde hace un tiempo de los síntomas de la enfermedad de este sistema capitalista en decadencia que están llevando el mundo al desastre. A la desaparición incluso de la especie humana. Creo que la única salida no sólo para la Revolución cubana sino para el resto de Latinoamérica y del mundo es el socialismo. Siempre ha sido la solución el socialismo. Pero hoy además de este argumento hay que agregar que no tenemos tiempo para experimentar otra cosa. La decadencia senil del capitalismo ha llegado a un punto tal que tiene al borde de la desaparición a la humanidad. Por eso debemos apurarnos en los procesos revolucionarios en Latinoamérica para que vayan al socialismo porque es la única forma de solucionar los problemas. Hoy más que nunca la teoría de la Revolución permanente está vigente. Creo que ése es el escenario ideal para la Revolución cubana y para América Latina.