Hace sesenta años de las últimas escenas de la Segunda Guerra Mundial y por primera vez en Gran Bretaña un partido trotskista se presentaba a las elecciones parlamentarias. Fue en las elecciones parciales de Neath el 15 de mayo de 1945.

Los trotskistas en aquella época estaban organizados en el Partido Comunista Revolucionario, un pequeño partido creado en marzo de 1944. A diferencia de los grupos “revolucionarios” de hoy que suavizan su programa de una manera oportunista y reformista, el PCR no hizo tal cosa para ganar votos baratos, sino que planteó las tareas fundamentales de la clase obrera de la manera más clara, profunda y con principios. El programa del partido era incuestionablemente revolucionario:

“Durante toda la guerra”, decía el periódico del partido, Socialist Appeal, en enero de 1945, “no se ha celebrado ni una sola elección donde se haya hecho un llamamiento directo revolucionario al electorado. El Partido Comunista Revolucionario hará de estas elecciones una prueba de los verdaderos sentimientos existentes en las filas de la clase obrera. Nuestro candidato luchará con un programa decididamente hostil a la guerra imperialista, por la ruptura de la coalición, por el derrocamiento del gobierno Churchill y para que el laborismo tome el poder basado en un programa socialista...
“El candidato trotskista se presentará en estas elecciones basándose en el socialismo internacional; dirigirá su lucha siguiendo las tradiciones de los grandes maestros socialistas de nuestra época, Marx, Lenin, Liebknecht y Trotsky. Por el derrocamiento del nazismo y también de los traidores capitalistas y monárquicos, de los gobiernos instalados por el imperialismo anglo-estadounidense en los territorios ‘liberados’. ¡La tierra para los campesinos y las fábricas para los trabajadores de toda Europa y el mundo! No al dominio militar de Europa por parte de los ejércitos imperialistas aliados, sino a favor de los Estados Unidos Socialistas de Europa. En particular, haremos un llamamiento compañero y fraternal a la clase obrera alemana por el derrocamiento de Hitler y el establecimiento de la hermandad socialista de naciones europeas. Contra el Vansittartismo, contra las reparaciones de guerra, contra el bloqueo y por la venganza de la clase obrera alemana”.

El Partido Comunista Revolucionario se formó a partir de la unificación de dos grupos trotskistas, los restos de la ineficaz Liga Socialista Revolucionaria (sección oficial de la IV Internacional) y la Liga Internacional de Trabajadores, bastante más grande que la anterior que tenía una base industrial importante. Su congreso fundacional eligió deliberadamente el nombre de Partido Comunista Revolucionario, para diferenciarse del Partido “Comunista” de antes de la guerra al que denominaban: “El Partido Comunista de su Majestad”.

Desde su nacimiento, este joven partido estuvo sometido a la caza de brujas de los medios de comunicación y a la persecución de las fuerzas del estado. Encabezada por el reaccionario Daily Mail, que sólo unos años antes había sido un enérgico seguidor de Sir Oswald Mosley y su sindicato fascista, la prensa acusó al recién formado PCR de ser responsable del “actual descontento en las minas y otros sectores industriales envenenando” las mentes de los mineros en contra de sus propios dirigentes y el gobierno. Hacían referencia a los trotskistas como “aborrecedores de Stalin”, después de que el Daily Mail hubiera cambiado a Hitler para convertirse en un ferviente admirador de Joseph Stalin, urgía al gobierno a que emprendiera una acción firme contra estos “agitadores” militantes.

El gobierno Churchill rápidamente ordenó a la Sección Especial hacer redadas en los locales del PCR y registraron las casas de sus militantes en Nottingham, Glasgow y Newcastle. En aquella época el partido estaba ayudando a los aprendices en Tyneside en su lucha contra el plan Bevin Boy, que afectaba a los jóvenes trabajadores mineros. Cuatro dirigentes del PCR, incluido su secretario general Jock Haston, fueron detenidos acusados de organizar, conspirar e incitar a una huelga ilegal. Fueron encarcelados bajo el Trade Dispute Act de 1927, aprobada después de la traición de la huelga general de 1926, la primera y única vez en que se ha utilizado esta ley en Gran Bretaña.

Finalmente, fueron liberados el 23 de agosto de 1944 después de una exitosa campaña del movimiento obrero en la que participaron los parlamentarios Aneurin Bevan, James Maxton, S. O. Davies, Sydney Silverman y otros. Fue tal el éxito de la campaña que las protestas, para alarma del gobierno, incluso llegaron a las fuerzas armadas.

Durante la guerra los trotskistas plantearon de una manera consistente y heroica un programa revolucionario en las páginas de su periódico Socialist Appeal. Su título era: “Nuestro programa por el poder”:

“Por el final de la coalición con los empresarios. Los dirigentes sindicales y laboristas deben romper con el gobierno capitalista e iniciar una campaña por el poder con el siguiente programa:
1. Envío inmediato de armas y material a la Unión Soviética bajo el control de los sindicatos y comités de fábrica.
2. Nacionalización de la tierra, las minas, los bancos, el transporte y toda la gran industria sin indemnización.
3. Confiscación de todos los beneficios de guerra, todos los libros de cuentas deben ser abiertos para su inspección sindical.
4. Control obrero de la producción ejercida por comités de trabajadores para poner fin al caos y despilfarro en la industria.
5. Distribución equitativa de la comida, ropa y otros bienes de consumo, bajo el control de los comités obreros elegidos en los centros de distribución, en las fábricas, comités de amas de casa y pequeños comerciantes.
6. Escala móvil de salarios para compensar el coste de la vida con un mínimo garantizado.
7. Derogación de la Essential Works Order y otras leyes antiobreras y antihuelgas.
8. Limpiar el ejército y la guardia nacional de toda la casta de oficiales pro-fascistas reaccionarios. Los oficiales deben ser elegidos por los soldados. Salarios sindicales para todos los trabajadores de las fuerzas armadas.
9. Establecimiento de academias militares por los sindicatos costeadas por el estado para la formación de oficiales obreros.
10. Armamento de los trabajadores bajo el control de comités de trabajadores elegidos en las fábricas, sindicatos y en las calles para luchar contra el peligro de invasión o petainismo.
11. Libertad para Irlanda, India y las colonias.
12. Un llamamiento socialista a los trabajadores de Alemania y Europa basado en este programa en Gran Bretaña para que se unan a la lucha socialista contra Hitler y por los Estados Unidos Socialistas de Europa”.

Este programa era una aplicación de la “política militar proletaria” de Trotsky que permitió a los trotskistas reorientarse ante la nueva situación creada por la guerra mundial. Trotsky explicó que en ese contexto era incorrecto defender la vieja consigna del derrotismo revolucionario, la derrota del “propio” imperialismo, de una manera tan desnuda. Explicó que, aunque Lenin había defendido esta posición en la Primera Guerra Mundial, se trataba de un contexto diferente y estaba destinada a la vanguardia y no a las masas. La vanguardia obrera era completamente consciente de la traición de los dirigentes de la Segunda Internacional y su capitulación ante sus distintas burguesías nacionales. Lenin, por lo tanto, estaba intentando combatir el chovinismo y educar a los cuadros revolucionarios en el espíritu del internacionalismo.

En las circunstancias de la Segunda Guerra Mundial habría sido una total equivocación dar la impresión a los trabajadores de que los trotskistas apoyaban de alguna manera al imperialismo “enemigo”, sobre todo por el odio justificado de los trabajadores británicos hacia Hitler y los nazis. Esto habría constituido una transformación ridícula del chovinismo, una posición defendida por la Liga Socialista Revolucionaria, condenada al sectarismo vegetativo.

Mientras que el PCR se oponía a la guerra imperialista, a la que consideraba una continuación de la Primera Guerra Mundial, al mismo tiempo se negaba a defender un programa pacifista o por la “paz” que no hacía ningún llamamiento a los trabajadores a enfrentarse a los ejércitos de Hitler. En su lugar, los trotskistas desenmascaraban los objetivos bélicos de los imperialistas que apoyaban a Hitler cuando les convenía, en su lugar defendían una verdadera revolucionaria “guerra contra el fascismo”. Esta guerra no se podría realizar bajo la dirección de Churchill y los capitalistas, sólo se podría llevar a cabo cuando fueran derrocados los capitalistas y la clase obrera estuviera en el poder. Este programa militar servía para conectar con las capas de la clase obrera más avanzadas y con mayor conciencia de clase que desconfiaban de Churchill y que querían luchar contra el fascismo. Especialmente este era el caso después de la caída de Francia en 1940 y la traición de la clase dominante francesa.

El programa del PCR también contrastaba profundamente con el del Partido Comunista que, después de la invasión alemana de la URSS a mediados de 1941, se había convertido en un seguidor abierto de Churchill y los esfuerzos de guerra. En el frente industrial los estalinistas se oponían a todas las huelgas y se convirtieron en los rompehuelgas más descarados. Todos los paros laborales eran denunciados como una traición al esfuerzo de guerra, mientras que la colaboración de clase se convertía en el programa clave de los “comunistas”. Como consecuencia, los trotskistas eran catalogados por los estalinistas como agentes de Hitler que debían ser expulsados de los centros de trabajo. En el plano electoral, los dirigentes del PC se convirtieron en los más fervorosos chovinistas (“el único alemán bueno es el alemán muerto”) además de ser los más entusiastas animadores del gobierno de coalición.

“Para el laborismo el camino no es luchar en las elecciones allí donde el candidato del gobierno es un tory”, esto es lo que decía el Partido “Comunista”. “Todo el laborismo debe estar dirigido hacia el fortalecimiento de la unidad nacional. Luchar en las elecciones laborismo frente a tory sería suscitar cuestiones que dividen”. Los estalinistas apoyaban totalmente la tregua política en tiempos de guerra, por esa razón, si se celebraban unas elecciones el partido simplemente debería apoyar al candidato propuesto por el gobierno.

Los trotskistas estaban decididos a desenmascarar el mito de la “unidad nacional”. A principios de 1945 llegó una oportunidad importante cuando se celebraron las elecciones parciales en Neaht, Gales del Sur, después de la muerte del parlamentario que ocupaba el escaño. Esto permitió al PCR entrar en el terreno electoral y hacer un trabajo de masas para contrastar su programa con el programa de los otros partidos partidarios de la guerra.

Gales del Sur era considerada una zona fértil para el PCR por varias razones. En primer lugar, la zona tradicionalmente era un feudo tanto del laborismo como de los partidos comunistas. Pero con el laborismo formando una coalición con Churchill y el Partido “Comunista” guardando lealtad a la coalición, una capa de los trabajadores más avanzados podía ser atraída hacia una alternativa revolucionaria. Las tradiciones militantes de la clase obrera del sur de Gales también se reflejaban en alto nivel de huelgas no oficiales, sobre todo en la industria del carbón. De treinta pozos del sur de Gales, que durante la guerra experimentaron más de cinco paros, veinte estaban en el distrito de la antracita de Gales occidental. En estas circunstancias, las acciones rompehuelgas de los “comunistas” servían para repeler a los mejores militantes. Aunque el PCR no tenía ninguna ilusión en conseguir el escaño (el laborismo tenía una amplia mayoría), sí esperaba conectar con las tradiciones socialistas y con conciencia de clase, y también socavar la posición del Partido “Comunista” en el sur de Gales.

El anuncio del PCR de presentar a Jock Haston, su secretario general, como su candidato en Neath sentó muy mal al Partido “Comunista”. El PC de Gales occidental envió una carta al Evening Post denunciando al PCR: “Frente a su política de desunión y huelgas, el Partido Comunista defiende la unidad nacional de todas las personas que están por la derrota de Alemania y por una paz popular... Pedimos a la población que rechace la política de estos demostrados enemigos de los trabajadores, porque su política se opone a los intereses actuales y futuros de la clase obrera”.

El PCR desafió al estalinizado Partido “Comunista” a través de la prensa a un debate público para contestar a sus calumnias, pero ellos se negaron. A esto siguió la gira de Haston por el distrito electoral, comenzando en el Welfare Hall de los mineros en Gwaun-Cae-Gurwen, el corazón de las minas de antracita. Presentado por el minero local John “Crown” Jones, un nuevo militante trotskista, Haston desenmascaró el papel contrarrevolucionario de Churchill, el laborismo británico y los dirigentes sindicales de Grecia y Europa. “Los trabajadores de Gran Bretaña”, dijo Haston, “deben demostrar que su internacionalismo está basado en la consigna ‘trabajadores del mundo unios’, estrechando las manos de los trabajadores de Europa y Alemania y obligando a sus dirigentes a romper la coalición”. El artículo publicado en Socialist Appeal hablaba de una “magnífica respuesta” y una “creciente demanda de nuestros panfletos”. A principios de febrero habían vendido ya 150 copias del ABC del trotskismo. Se planificaron más reuniones con Haston, Ted Grant, editor de Socialist Appeal, Ajit Roy y un revolucionario griego.

El Partido “Comunista” mantuvo su campaña de mentiras sobre los agentes fascistas y justificación de los Juicios de Moscú. Sin embargo, el PCR contrastaba por su papel orgulloso dispuesto a sufrir todo tipo de presión por su clase, en un momento en que el PC estaba participando de la colaboración de clases y en romper las huelgas.

Prácticamente, toda la militancia del PCR, unos 400 compañeros, fue movilizada para ayudar en la campaña, se trasladaron a Neath, dormían en el suelo y dieron todo el dinero que pudieron. Se alquiló una pequeña oficina en Alfred Street, Neath, que era un hervidero de actividad. Fue tal el impacto de la campaña que los militantes del PLI local ayudaron voluntariamente y algunos entraron al PCR después de las elecciones.

El PC se ofreció voluntario para ayudar en la campaña laborista pero fue rechazado. Sin embargo, continuaron con sus ataques contra los trotskistas. “Los trotskistas no están luchando por el socialismo. Su lucha es para salvar el fascismo. Son agentes del fascismo en las filas de la clase obrera. Son lobos con piel de cordero. Son la mayor amenaza y más peligrosos que los paracaidistas fascistas”. Lanzaron toda una serie de calumnias en un panfleto titulado: Derrotar a los trotskistas.

La feroz respuesta del PCR a estos ataques concluía siempre con un desafío al PC para tener un debate público. Con el tiempo esto tuvo un gran efecto dentro de las filas estalinistas. Los mítines electorales del PCR eran muy grandes, pero sobre todo en comparación con los del Partido Laborista y los nacionalistas galeses que también se presentaban. “Cada vez más trabajadores están comenzando a hablar de nuestro programa. En cualquier café o pub la discusión es la campaña electoral y la diferencia entre los trotskistas y los estalinistas”, esto es lo que decía el Socialist Appeal.

El PC celebró un mitin público a finales de abril con el título: Derrotar a los trotskistas, asistieron 300 personas. Una semana más tarde a una reunión del PCR en Gwyn Hall asistieron 750 personas. Fue el mitin más grande de la campaña electoral y en él participaron Ted Grant, Bob Condon, el representante minero Cannock Chase y Jock Haston. “Nosotros nos opusimos desde el principio a la guerra. Es una guerra por el beneficio. La clase obrera sólo puede luchar contra el fascismo tomando el poder en sus manos”, estas eran las palabras de Haston.

Dentro de las filas del PC era incesante la presión a la dirección para que realizara un debate con los trotskistas. Finalmente no tuvieron otra alternativa que aceptar. El debate se celebró en la víspera de las elecciones. Según informaba el Socialist Appeal: “En Gwyn Hall se ha celebrado el mayor mitin de masas de los trabajadores de Neath desde 1929, cuando Ramsay MacDonald se dirigió a la reunión, el domingo 13 de mayo, salió en apoyo del compañero Jock Haston, el candidato del Partido Comunista Revolucionario”.

Unos 1.500 trabajadores presenciaron el debate, Alun Thomas, dirigente del PC de Gales occidental, frente a Jock Haston. Cientos de personas estaban fueran del recinto porque no cabían. Thomas, detrás de una gigantesca pancarta en la que ponía: ¡Larga vida a la Cuarta Internacional!, abrió el debate diciendo que debatir con los trotskistas no era la política habitual del PC. Desgraciadamente, continuó diciendo, hay algunas personas políticamente atrasadas en Neath que se han dejado convencer por la demagogia de Haston. Continuó defendiendo la política colaboracionista del PC y explicó que los Juicios de Moscú habían demostrado de manera concluyente que los trotskista eran fascistas. “Haston quiere acelerar las cosas. Nunca ha dijo que Hitler estuviera equivocado. Nunca dijo nada contra Hitler... Haston y Hitler son los únicos que tienen razón... Haston se ha presentado a las elecciones para confundir y dividir a los trabajadores”. Y concluyó, ante la sorpresa de los presentes: “En Rusia derrotaron al fascismo porque ejecutaron a todos los trotskistas y a su quinta columna canalla, y si fuera por nosotros estas personas que están en el estrado serían ejecutadas”.

Haston inició su respuesta diciendo que las declaraciones de Thomas sobre la política del PC de no tener debates con los trotskistas era lo único verdadero de todo su discurso. Sin embargo, el PC tuvo que aceptar el debate.

Después continuó con los Juicios de Moscú, la política del PC de “paz en los términos de Hitler”, el Pacto Hitler-Stalin, el tercer período estalinista donde el PC defendía la aniquilación física de las reuniones laboristas, la expulsión de los trotskistas por defender un frente único para derrotar a Hitler, la burocratización de la URSS y la capitulación del PC ante Churchill y el reformismo.

Durante todo el debate, Haston contó con la ayuda hábil de Ted Grant que estaba ocupado entregando a Jock citas relevantes de la prensa estalinista utilizadas para aplastar la argumentación de Thomas.

“En el transcurso de esta campaña”, afirmó Haston, “hemos intentado plantear las cuestiones política fundamentales ante la clase obrera”. Cualquier que haya estudiado el material distribuido por el ‘Partido Comunista de su Majestad’ o asistido a sus reuniones, encontrará la calumnia concentrada pero no un ataque político”.

El día de las elecciones el PCR consiguió unos magníficos 1.781 votos para el comunismo revolucionario. El suplemento de Socialist Appeal publicado inmediatamente llevaba el título: El trotskismo echa raíces en Gales.

“El sector avanzado de los trabajadores de Neath demostraron con su voto que quieren el final de la política de colaboración de clase y reformismo aplicada por sus dirigentes, que están exigiendo una política combativa contra la clase capitalista.

“En un momento en que la política del socialismo internacional sufre el ataque violento no sólo de la clase capitalista, sino también de sectores del movimiento laborista y estalinista, el hecho de que en una pequeña zona de Gales 1.781 trabajadores hayan votado por la política del socialismo revolucionario, representa una gran esperanza para el futuro del movimiento de la clase obrera. Esto voto fue un bofetón para la campaña histérica de calumnias más grande y amarga vista en unas elecciones desde hace muchos años”.

Como esperábamos, el Partido Laborista consiguió más de 30.000 votos, este resultado reflejaba la gran lealtad de los trabajadores hacia el laborismo, mientras que los nacionalistas consiguieron unos 6.000 votos. El voto del PCR era cualitativamente diferente, representaba a los trabajadores con mayor conciencia de clase que buscaban una dirección trotskista clara. Incluso entonces, el PCR nunca tuvo una posición sectaria hacia las organizaciones de masas, a diferencia de las sectas actuales. “Las discusiones con los militantes del Partido Laborista siempre están en el plano de cuál es la mejor forma de cambiar la política del Partido Laborista luchando desde dentro”, esto es lo que decía el Socialist Appeal. “Explicamos que en las elecciones generales cuando el Partido Laborista se presentaba en una plataforma independiente pediríamos a los trabajadores que votaran al Partido Laborista y el voto laborista. Nunca crearíamos ilusiones en que el Partido Laborista podría resolver los problemas de la clase obrera con su programa de reformas. Durante la campaña planteamos nuestra alternativa como la única solución a los problemas de la clase obrera”.

Vendimos más de 130 libras en literatura -una cifra importante en términos actuales- en los tres meses de campaña. Vendimos también unos 7.500 ejemplares de nuestro número especial de febrero del Socialist Appeal, aproximadamente en uno de cada tres hogares. Se vendieron cientos de copias del ABC del trotskismo, realmente lo agotamos, además de cientos de nuestros panfletos. Vendimos cada una de las 2.000 ediciones del Socialist Appeal que publicamos además de repartir unos 30.000 panfletos. Pegamos carteles, vendimos periódicos, hicimos campaña, organizamos mítines y un trabajo intenso de contactos.

El PCR concluía de la siguiente manera su informe interno: “1.781 votos para una política audaz de lucha de clases e internacionalismo a pesar de las celebraciones del V. D. Day, de las campañas de horror de Buchenwald, de la enorme presión de las calumnias de los estalinistas y de las fuertes tradiciones laboristas de los trabajadores galeses son una prueba suficiente de la existencia de esta... (revolucionaria) tendencia... hemos conseguido votos contra el programa del Partido Laborista y a favor de la política del comunismo revolucionario”.

En el suplemento del Socialist Appeal el partido resumía toda su experiencia: “¿Cuál es la conquista duradera de seta campaña? Ya se puede ver en la elevación de la conciencia política del laborismo organizado en esta zona. Para la generación más vieja de trabajadores, amargada y desilusionada por las repetidas traiciones del reformismo y el estalinismo, nuestra campaña por el socialismo revolucionario les ha llevado nueva inspiración y recuperado su voluntad de lucha. Los jóvenes trabajadores de las minas y las fábricas, cientos de ellos han escuchado con gran atención al compañero Haston y a nuestros oradores, nuestra campaña ha llegado como un llamamiento caluroso para prepararles para estudiar y comprender las grandes batallas de clase de nuestra época. El trotskismo ha encontrado sus raíces en Gales. Pero la cosecha más rica se recogerá en los años venideros. Nuestra campaña ha comenzado el proceso de unificación de la poderosa fuerza y capacidad de lucha del movimiento obrero galés con las ideas y principios del socialismo militante, una torre de fuerza para el conjunto del movimiento obrero en Gran Bretaña en la futura lucha por el poder”.

Aunque el trabajo heroico del PCR no haya llevado a la creación de un partido trotskista de masas, principalmente por razones objetivas, el partido si basó en grandes tradiciones. Hoy, nos apoyamos sobre los hombros de aquellos compañeros que hicieron tanto. En particular, el trabajo del compañero Ted Grant, el secretario político del PCR así como su teórico clave, que durante estos años y hasta el día de hoy, representa el hilo irrompible del trotskismo. Incluso ahora, a pesar de su avanzada edad, Ted ayuda a formar y educar a la nueva generación de compañeros. Hoy podemos encontrar inspiración en la campaña electoral de Neath y en las luchas pasadas del movimiento trotskista. Por citar las palabras finales de Jock Haston en el mitin electoral de masas previo a las elecciones: “¡Larga vida a la solidaridad internacional de la clase obrera! Trabajadores de todos los territorios uníos, no tenéis nada que perder excepto vuestras cadenas. ¡Tenéis un mundo que ganar!”

Abril 2005



Traducción de Trotskyism in May 1945: Down with the Churchill Coalition! Labour to Power on a Socialist Programme!

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