Entrevista a Freddy Acevedo
Freddy Acevedo: Creo que el Congreso ha sido muy importante y el balance general es positivo. Los más de 1.600 delegados hemos podido debatir durante seis semanas distintos aspectos fundamentales para la revolución y para la construcción del partido. Empezamos discutiendo los principios del partido y cerramos con el debate de los estatutos. Para mi lo más destacable del Congreso fue como los sectores más a la izquierda del partido, que al principio estábamos bastante dispersos hemos podido ir agrupándonos y confluyendo. Muchos delegados pudimos conocernos, intercambiar opiniones e ideas, coordinarnos para defender propuestas e inquietudes comunes...
Respecto a los materiales a debate, en un principio hubo bastantes críticas: los principios no parecían unos principios y el programa más que un programa parecía una declaración de principios. Y lo más importante faltaban elementos como la declaración del PSUV como anticapitalista, o situar al marxismo como un referente imprescindible y claro en el programa del Partido. Eran muy poco concretos. El debate permitió que los delegados que reivindicábamos las ideas del marxismo pudiéramos ir aclarando estos puntos e introduciéndolos.
Uno de los primeros puntos de debate fue el de si el PSUV debe ser un partido policlasista o un partido clasista. Había sectores que no conocían la diferencia entre estas dos propuestas y en un primer momento la propuesta de sectores considerables de la dirección era la de que el partido debía ser policlasista. Algunos se apoyaban en unas declaraciones un tanto contradictorias y confusas del propio Presidente en las que se decía que el PSUV debían representar a todas los sectores de la sociedad venezolana Sin embargo, cuando este debate se dio en las mesas de trabajo e intervinimos toda una serie de delegados planteando que el PSUV debe ser el partido de los oprimidos: de la clase obrera, los campesinos, etc, esta idea fue la que prevaleció.
Otro debate que centró la atención de los delegados fue el de si el marxismo debía ser un componente esencial en la estructura y el programa del Partido. Había sectores en un primer momento que oponían bolivarianismo a marxismo y planteaban que el partido no debía declararse marxista sino solamente bolivariano. Pero en el debate se vio que la mayoría de los camaradas que defendían estas ideas en realidad estaban confundidos acerca de lo que es el marxismo por 150 años de calumnias y tergiversaciones de la burguesía. En realidad cuando los marxistas explicábamos de un modo sencillo y didáctico nuestras ideas, cuando planteábamos que la revolución bolivariana sólo puede cumplir todos sus objetivos y triunfar definitivamente si se convierte en una revolución marxista, es decir genuinamente socialista, y vinculábamos la necesidad de reivindicar el marxismo a las necesidades prácticas de las masas y la propia necesidad de la revolución bolivariana de seguir avanzando y romper con el capitalismo, nos encontrábamos con el apoyo y coincidencia de la inmensa mayoría de los delegados.
Lo que se aprobó finalmente fue que el partido se declara socialista científico y adopta entre los revolucionarios que influyen su pensamiento a marxistas como Marx, Engels, Lenin, Trotsky, Che Guevara, etc. y ello combinado con el pensamiento antiimperialista de Bolívar, Zamora y Simón Rodríguez, lo que se define como "el árbol de las tres raíces". El propio Presidente Chávez en sus discurso en Caracas habló de que estaba pendiente un diálogo entre las ideas de Marx y Bolívar y recientemente reivindicaba en uno de sus discursos el marxismo como un aporte necesario y fundamental para la revolución. Al final del Congreso, en las sesiones de Maracaibo, ya los delegados estaban haciendo balance y pudimos ver como gente que al principio tenía una posición antimarxista estaba mucho más abierta a las ideas del marxismo y mostraba interés por los materiales marxistas: el periódico El Militante, Vocero Marxista del PSUV, los libros y folletos, etc.
Otro aspecto a resaltar fue como a la hora de elegir la dirección del partido hasta el próximo Congreso se evidenció que frente al intento de elegir una dirección más cerrada y continuista respecto a lo que era el MVR, y otros partidos como PPT, PCV, etc. entre los delegados prevalecía la idea de intentar renovar los dirigentes y el rechazo a que se decidieran las cosas al margen de las bases. Había un sentimiento generalizado de querer luchar porque el PSUV esté controlado desde abajo por las bases y sean las bases las que decidan.
EM: ¿Cómo trascurrieron las elecciones de la dirección?
Freddy Acevedo: Finalmente el método para elegir la dirección fue el de que cada delegado proponía tres nombres, entre todos los postulados Chávez elegía 69 y luego el conjunto de delegados al Congreso más los voceros y comisionados nombrados por cada Batallón Socialista que integran las circunscripciones socialistas, elegían mediante voto secreto entre esos 69 a los 15 miembros titulares y 15 suplentes. Aún así la lista de los 69 propuestos por el Presidente fue bastante amplia. Junto a sectores de procedencia militar o a dirigentes provenientes del MVR, PPT o PCV entraron también figuras históricas de la izquierda venezolana o camaradas conocidos por su apoyo público y constante al proceso revolucionario pero que no pertenecían al aparato de ningún partido (periodistas como Mario Silva o Vanessa Davies, el profesor Vladimir Acosta, el propio alcalde de Carora, Julio Chávez, identificado como uno de los dirigentes a la izquierda). E incluso una capa de dirigentes juveniles, populares, etc que tampoco pertenecíamos a ninguno de esos aparatos y que tras ser elegidos delegados por nuestras circunscripciones en el propio proceso del Congreso fuimos apoyados por otros delegados como candidatos.
A pesar de que la mayoría eran dirigentes de los partidos antes comentados o gente vinculada a Alcaldías, Gobernaciones, etc. hubo una tendencia clara a incorporar caras nuevas. Esta tendencia se reflejó claramente el día de la votación. Varios gobernadores y dirigentes tradicionales se quedaron fuera de la dirección y los voceros y comisionados buscaron una renovación dando su apoyo a figuras como los periodistas antes comentados, a dirigentes identificados con la izquierda o a líderes menos identificados con el aparato del estado y los aparatos partidarios. Frente a los "kinos" y listas que se intentaron también se impuso la libertad de los delegados de ejercer su libertad de decisión. Mucha de la gente que está entre los 15 más votados no es exactamente la gente que se esperaba. Varios gobernadores fueron relegados a suplentes o ni siquiera entraron, figuras como Arias Cárdenas también quedaron fuera. Por otra parte, figuras identificadas como la izquierda revolucionaria del Partido como Soto Rojas, el propio Julio Chávez, Vladimir Acosta, Lídice Navas, tuvieron un apoyo muy importante, por encima de los 10.000 votos e incluso muy cerca de los 12.000-13.000 votos que daban acceso a entrar entre los 30 de la dirección. Y esto a pesar de que la izquierda ha llegado descoordinada a este proceso. En mi opinión, todo esto, tanto los puntos políticos como la propia votación de la dirección, refeja un alto nivel de conciencia en la militancia del partido, una voluntad férrea de hacer avanzar la revolución y la búsqueda de una alternativa por la izquierda y de ideas revolucionarias.
EM: Tú llegaste al Congreso como un delegado más elegido en tu circunscripción. Durante el Congreso tu defensa del programa y los métodos del marxismo te valió ser postulado por muchos delegados como candidato y finalmente fuiste incluido por el Presidente Chávez en la lista de 69 candidatos. ¿Qué apoyo obtuviste en la elección y cómo valoras?
FA: Lo considero muy satisfactorio, tanto por los alrededor de 9.000 votos conseguidos como por el hecho de que la propuesta marxista que defendemos ha encontrado apoyo en un montón de zonas, muchas de las cuales ni siquiera pudimos visitar y poder debatir directamente con los voceros y comisionados nuestros análisis y propuestas. Fue una campaña basada en los debates del Congreso y en el apoyo de grupos de delegados que nos conocieron en los debates en las mesas y decidieron apoyarnos. Además del apoyo en Táchira, donde fui el candidato más votado en San Cristóbal tras Aristóbulo (el más votado a nivel nacional), Mario Silva y Vanessa Davies, destacaría los alrededor de 800 votos alcanzados en Mérida, o el apoyo masivo y contundente en zonas como Carora (Edo. Lara) o la Costa Sur y Oriental del Lago de Maracaibo. También me pareció muy destacable el apoyo en el Alto Apure, Valera y los páramos del Estado Trujillo o en el estado Vargas, y fueron muy buenos los resultados en Aragua, Carabobo, Falcón o en Oriente en el estado Bolívar y también hubo un número significativo de votos en Nueva Esparta, Sucre o Delta Amacuro.
Creo que además de la tendencia a apoyar nuevas caras que antes comentaba las ideas que defendimos los sectores que estábamos más a la izquierda en el Congreso gustaron a la gente y atrajeron su apoyo, y eso a pesar de los escasos medios y el mínimo tiempo para poder hacer campaña. En 2 de los centros de votación de la Costa oriental del Lago obtuvimos los mayores apoyos, incluso por delante de los postulados del estado. Esto es resultado del trabajo realizado en los debates del congreso, las ideas que defendimos en las mesas 38 y 44, la propuesta que presentamos de una Corriente más a la izquierda dentro del Partido, la propuesta que realizamos de luchar contra el desabastecimiento expropiando a los principales grupos agroalimentarios...
La gente acogió bien y apoyó estas ideas. No fue un apoyo de votos a cambio de votos sino un apoyo a estas ideas. Esto es también un golpe a las prácticas burocráticas, a la vieja burocracia que sigue acá presente, a la tendencia a anteponer intereses personales a la defensa de las ideas revolucionarias. En el caso del Bloque de los sectores más a la izquierda del partido el apoyo no era por personalismos o amiguismos sino por ideas y por un sentimiento común de que es necesario construir el PSUV con un programa de izquierdas, revolucionario, y que el partido se ponga el frente de la lucha por defender la revolución y completarla acabando con el capitalismo, llevando a cabo una transformación económica y política decisiva.
EM: El Presidente Chávez propuso que el PSUV debe ponerse al frente de la lucha contra el desabastecimiento y por defender la revolución. En ése sentido tu y otros delegados del PSUV, y desde las propias páginas de El Militante, estamos defendiendo que el PSUV debería convocar una Conferencia de Sindicatos revolucionarios, organizaciones campesinas, etc para organizar la lucha contra el desabastecimiento, organizar la toma y ocupación de fábricas cerradas e infrautilizadas, etc. Como primer paso para impulsar esta iniciativa se está planteando un Encuentro de Jóvenes y trabajadores que apoyamos el PSUV para el próximo 5 de abril ¿Por qué esta iniciativa y cómo crees que puede el PSUV organizar la lucha por completar la revolución y derrotar el saboteo de la oligarquía y el imperialismo?
FA: Nuestro planteamiento es el de que estamos en un momento decisivo en el desarrollo de la revolución y en la construcción del PSUV. Los próximos meses van a ser determinantes y nosotros los marxistas si hacemos las cosas bien y defendemos nuestras ideas con un método leal, honesto y camaraderil podemos obtener cada vez más apoyo y tener un éxito contundente.
La lucha por erradicar el burocratismo, acabar con el capitalismo y completar la revolución va a intensificarse en el próximo período. Los marxistas debemos estar en primera línea en esa lucha. Este Congreso es un buen ejemplo. A pesar de que hubo sectores que intentaron controlarlo e impedir un debate abierto ha habido un debate profundo y las bases han expresado su voluntad inequívoca de la revolución siga adelante y su deseo de seguir luchando por convertir el PSUV en el partido revolucionario, combativo y de clase que necesita la revolución venezolana. Como ha dicho el Presidente Chávez el PSUV debe liderar la lucha contra el desabastecimiento, por resolver los distintos problemas sociales y por defender y hacer avanzar la revolución. Esta es la tarea central tras el Congreso.
La lucha contra el desabastecimiento y el saboteo económico de los capitalistas no pude limitarse sólo a comités contra el desabastecimiento sino que debe ir acompañada por la expropiación de las principales empresas de la industria agroalimentaria haciendo prevalecer el interés social sobre la búsqueda del máximo beneficio a costa de los intereses de la clase obrera y los sectores populares. Planteamos la nacionalización de las empresas de interés social, la nacionalización bajo control obrero de la banca, los monopolios y los latifundios para poder planificar democráticamente la economía y resolver los problemas más acuciantes de las masas: déficit habitacional, desabastecimiento, aumento de precios, pobreza, desempleo, inseguridad,...
El pueblo venezolano ha despertado y no dejará que le arrebaten su revolución. Los delegados demostramos que no veníamos a levantar el brazo como en la IV República sino que estamos dispuestos a construir un partido genuinamente revolucionario. Esa es la mejor razón para seguir luchando con más fuerza aún.
El Congreso no ha sido el punto de llegada sino el punto de partida, especialmente para las fuerzas de izquierda. No es el fin sino el principio de la batalla por levar la revolución hasta el final. El PSUV ha nacido, con una dirección de 15 camaradas titulares y 15 suplentes y con el Presidente Chávez elegido por las bases como presidente del partido. Pero lo más importante es que sea quien sea en cada momento la dirección, ha quedado claro que es necesario construir una estructura revolucionaria basada en los trabajadores, campesinos y los oprimidos. Que para que la revolución pueda seguir avanzando el Presidente Chávez no puede estar sólo ni rodado por gente que no cree en la revolución sino que debe estar acompañado por una estructura revolucionaria, surgida y controlada por las bases. Esto es la batalla en la que estamos todos los que participamos en el PSUV.
Si la revolución responde a las necesidades de las masas, si los que estamos al frente de la construcción del PSUV sabemos transformar el discurso revolucionario y la propuesta socialista en hechos la revolución venezolana puede triunfar definitivamente y ser una esperanza de cambio para todo el mundo. Si no lo logramos, si no sabemos hacerlo la revolución bolivariana será recordada como una revolución que no se completó y podría ser derrotada. Estamos seguros de que el presidente Chávez con el impulso de las bases revolucionarias, con el impulso de la clase trabajadora organizada, tomará esas medidas decisivas que necesitamos para completar la revolución.
EM: Tú eres dirigente estudiantil en la UNEFA y uno de los candidatos más jóvenes en las recientes elecciones a la dirección. ¿Cómo ves la necesidad de conformar la Juventud del PSUV?
FA: Nosotros dentro del partido tenemos que los delegados jóvenes representan más del 30% del total y que la juventud en Venezuela representa el 50%. La juventud siempre tiene un espíritu revolucionario y ha sido el motor de numerosas revoluciones. Si la juventud del PSUV se organiza infundirá vida y entusiasmo a todo el partido y fortalecerá a la izquierda revolucionaria. Esa Juventud puede dar un impulso revolucionario decisivo como ha planteado el Presidente y puede ganar espacios. Los jóvenes debemos ponernos al frente de la lucha contra el desabastecimiento, por la defensa, extensión y profundización de la revolución. En ese sentido una tarea central de los revolucionarios y en especial de los delegados jóvenes que hemos participado en este Congreso debe ser la de impulsar la creación de la Juventud Socialista del PSUV.