chile_estudiantesAunque en los análisis de los dirigentes del Partido Socialista (PS) y Partido Comunista de Chile (PCCh) la posibilidad de un movimiento masivo contra el gobierno derechista de Piñera estaba descartada, y tras la victoria electoral de éste hablaban de giro a la derecha en la sociedad, la acumulación de malestar entre las masas a lo largo de todos estos años se ha expresado a través del canal abierto por la lucha de los estudiantes.

 

El número de huelgas y conflictos laborales en Chile se estaba incrementado en los últimos años. Hemos y habíamos asistido a importantes movilizaciones estudiantiles, luchas radicalizadas como la huelga de los mineros del cobre y duros conflictos en otros sectores. En los últimos meses vimos estallidos sociales en algunas localidades del interior del país.

De la reivindicación de una educación digna y gratuita a la lucha contra el capitalismo

El estallido de la lucha estudiantil tiene que ver, en primer lugar, con un modelo profundamente opresor de la juventud que se extiende internacionalmente y ha tenido en Chile uno de sus bancos de prueba. En la época de Allende el estudiante tenía la educación gratuita. Incluso bajo la dictadura de Pinochet la burguesía no se atrevió hasta casi el final de la misma a plantear un proyecto privatizador. Pero fueron los gobiernos de la Concertación (alianza entre el PS, la derechista Democracia Cristiana y otros partidos burgueses y pequeñoburgueses minoritarios) los que profundizaron esta orientación.
chile_estudiantes_2Hoy, el costo de cinco años de carrera en la universidad para un estudiante chileno es aproximadamente de 80.000 dólares. Como la gran mayoría de estudiantes no los tiene, el Estado financiaba la educación y el estudiante, una vez graduado, quedaba adeudándole el pago de ésta. Incluso en las universidades públicas se paga, y en ocasiones más que en algunas privadas. El gobierno de la socialdemócrata Bachelet eliminó los préstamos del Estado —que tenían un interés bajo— y se los transfirió a la banca privada. Como resultado, el estudiante no sólo sale debiendo el coste de la carrera sino que tiene que pagar bastante más en concepto de intereses.
Eso, y otras muchas cosas (la situación de las escuelas y liceos —institutos—, la falta de perspectivas de futuro de los jóvenes, etc.) han sido el detonante de la lucha estudiantil, que empezó con reivindicaciones educativas básicas y que pronto adquiririó tintes más radicales, expresando anhelos y demandas tanto de la inmensa mayoría de los jóvenes chilenos, hijos de trabajadores, como de la propia clase obrera y otros sectores oprimidos. La propuesta que ha tenido más eco y se ha contagiado rápidamente a toda la sociedad ha sido la de ¡huelga general!
Las movilizaciones han sido tan masivas que su antecedente más próximo serían las que se produjeron en los últimos años de la dictadura de Pinochet y que provocaron su caída. Reflejando la simpatía que la lucha estudiantil despertaba entre los trabajadores, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) decidió convocar, por primera vez en treinta años, una huelga general de 48 horas (desde la caída de Pinochet había habido sólo dos huelgas generales de 24 horas) que ha sido un éxito, ha elevado el movimiento a un nivel superior y ha significado un cambio total en el ambiente político y social.

Constituido el Frente Allendista en el PS

chile_estudiantes_3Lamentablemente, las direcciones de las organizaciones obreras de masas tradicionales (particularmente el PCCh y el PS) están planteando no el objetivo de extender, generalizar y continuar la lucha sino limitar la movilización a reivindicaciones puramente educativas. El presidente del PS planteó un plebiscito respecto a la educación. De tener éxito esa propuesta, sólo serviría para desgastar a las masas y permitir al gobierno y la burguesía ganar tiempo. Por su parte, el presidente del PC expresó que su partido estaba haciendo todo lo posible para que las reivindicaciones no fueran más allá del ámbito estudiantil. El factor principal que hace que el anhelo de cambio que existe entre las masas no haya encontrado una expresión durante estos años es la ausencia de dirección política consecuentemente revolucionaria.
Para que este poderoso movimiento no se desgaste y disperse sino que aumente aún más su poder de movilización es fundamental que el PS y el PC junto a la CUT y las organizaciones estudiantiles continúen la lucha y presenten un programa que recoja las reivindicaciones concretas de todos los sectores, las unifique y las enmarque en la lucha por el socialismo.
El reciente Congreso del PS actuó como una especie de termómetro del sentir de las bases socialistas. Pudimos participar muchos delegados de izquierdas, así como dirigentes sociales, sindicales y juveniles. A pesar de que representábamos la mayoría no pudimos derrotar las posiciones reformistas como consecuencia de que no estábamos organizados y coordinados en torno a un programa de propuestas concretas y una estrategia común. Pero, a raíz del congreso muchos compañeros nos hemos agrupado en una corriente socialista de izquierdas: el Frente Allendista. Un paso adelante muy importante para armarnos ideológicamente y continuar la batalla por que nuestras organizaciones se pongan a la altura de la histórica situación que estamos viviendo.


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