“No es cuestión reformar la propiedad privada, sino abolirla; no de paliar los antagonismos de clase, sino abolir las clases; no de mejorar la sociedad existente, sino establecer una nueva”

Carlos Marx

En los últimos días pudimos leer en los periódicos la idea de implementar una idea que comenzó en las ciudades de los estados fronterizos, donde planteaba la importación de alimentos de los países cercanos para tratar de apalear la crisis de desabastecimiento que vivimos. En la teoría no es mala idea, el problema es que la importación de estos productos se traen con dólar DICOM, que es un tipo de cambio creado por el ex vicepresidente del área económica Miguel Pérez Abad, donde se creaba una especie de subasta diaria de dólares que eran puestos en este mercado una parte por el estado y otra por los empresarios. Este dólar comenzó a Bs. 205,95 desde marzo del presente año, pero que en estos 6 meses se ha elevado hasta el día de hoy de Bs. 658,95; y cada día se eleva más al no existir una entrada de dólares en el mercado.

Este programa para traer alimentos se llama plan de Abastecimiento Complementario (PAC) donde se puede conseguir todo tipo de alimentos así como productos de aseo personal y del hogar. Pero, como se planteó a precios internacionales, o al valor que estos productos tienen en Colombia o Brasil (que es de donde principalmente llegan los productos) este sistema ha llegado a Caracas en diferentes puntos de la ciudad y viene a bajar la presión de la escasez y los problemas que aun presentan la distribución de alimento por parte de los CLAP. Estos, después de haber sido creados sin participación de las bases en la toma de decisiones, elegibilidad y revocabilidad de los dirigentes, etc. presentan problemas para la distribución ya que hay zonas donde nunca han llegado o no se les distribuye por considerarlos de clases privilegiadas, algo en donde no se tomó en cuenta a través del sometimiento de estos organismos a asambleas de trabajadores y vecinos si todos los que vivan en estas zonas eran de clase privilegiada ni la necesidad de llegar con la distribución de productos a precios accesibles a todos los ciudadanos que no tienen la posibilidad de comprar productos de alto costo.

¿Es realmente una solución la importación de productos a precios del mercado internacional? Veamos: el salario mínimo mensual actual es de Bs. 64.500, que serían como 97,88 dólares al cálculo del DICOM. En Colombia 2Kgs de arroz tienen un valor de 3000 pesos que serían al cambio 1,01 dólares, que en Bolívares serian 665. Pero en los PAC un Kg de arroz cuesta Bs. 1.590. Esto significa que incluso en los PAC ni siquiera se está vendiendo con precios del dólar paralelo que se cotiza actualmente en Bs. 1.209. ¿A quién benefician estos precios y la importación de productos con precios incluso por encima de los precios internacionales? Porque si es cierto que este precio aun es más económico que los que venden los bachaqueros, que son aquellos que compran los productos a precios regulados como el arroz a Bs. 350 y lo venden clandestino en Bs. 2.500

Lo preocupante de esta situación es que se quiere competir con los bachaqueros con precios que para muchos trabajadores son exorbitantes. Se está cometiendo el mismo error que se realiza para destruir el dólar paralelo pero con que parece que más que destruirlo se compite para quedar como nuevo especulador y controlar el mercado.

Igualmente, realizando una investigación a algunos productos que subieron de precio sin que en Gaceta Oficial saliera la resolución de su aumento. Es el caso por ejemplo de una crema para lavar platos que tenía un precio de Bs. 39,44 y esta semana está en los supermercados a Bs. 990. Esto representa un aumento del 400% de su valor, demostrando el fracaso en la política de control de precios que trato de imponer el gobierno vía ley de emergencia y por el contrario pareciera que han optado por liberar los precios de los productos. Esto explica porque algunos productos han vuelto a los anaqueles pero no son comprados por el consumidor por el alto precio. Esto es una política peligrosa y nos vuelve a los escenarios de los años 80, donde había de todo pero no se tenía dinero para comprarlo, y evidencia el carácter del estado que sigue siendo un estado burgués y que quienes terminaran pagando la crisis son las clases menos pudientes

Todo esto acentúa cada día más el panorama para una confrontación de clase que podría llevarnos a conflictos en las calles. Es por esto que como revolucionarios debemos organizarnos y enfrentar a los empresarios especuladores, así como organizar a la clase obrera y el pueblo para luchar por nuestras propias propuestas y reivindicaciones porque esa quinta columna burocrática que busca una alianza con la burguesía no dará el paso cualitativo a la izquierda para enfrentar la crisis. Por el contrario utiliza medidas que ya fueron enfrentadas por el pueblo en el 89.

Debemos organizarnos los trabajadores de los centros de distribución de alimentos y la comunidad organizadas y tomarlo y general una distribución equitativa sin exclusiones sin burócratas que terminen apropiándose de los productos.

Debemos entender   que mientras se impongan medidas reformistas en un estado capitalista atrasado como el nuestro estas tenderán a fracasar y que el camino que nos queda es avanzar al socialismo sino más temprano que tarde volverán los grandes capitalistas y que no tendrán miramientos en imponer medidas que nos harán más pobres


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