Organicémonos por la estabilidad laboral y mejoras de este servicio publico
Las medidas tomadas en estos últimos días en el Metro de Caracas han sido medianamente recibidas con agrado por la población. En principio, la generación de empleo para jóvenes que ingresarán con la esperanza de tener estabilidad laboral, un salario digno y garantizar su futuro. Por otro lado, se plantea nuevamente cobrar el pasaje, con un aumento del 3.000% (40Bs ticket normal y tarjeta 1000 Bs).
A pesar de que las medidas aplicadas son necesarias, se quedan demasiado cortas ante la grave situación de deterioro y la necesaria recuperación del servicio. Muchas encuestas dicen que los habitantes de la ciudad de Caracas plantean que el pasaje debe ser más elevado. Esto en cualquier país de Europa sería un planteamiento insólito, pero el fondo real de esta posición es que el usuario del Metro de Caracas quiere ver y tener un servicio adecuado, con un funcionamiento digno de las escaleras mecánicas, los ascensores, aire acondicionado en las cabinas, más trenes funcionando, instalaciones y vagones limpios, que actualmente están fatalmente deteriorados y la mayoría paralizados. A simple lógica, cualquier persona es consciente que con el actual costo no se puede cubrir los gastos de insumos necesarios para prestar el tan anhelado servicio.
El ingreso de nuevo personal debe ir acompañado de una política que garantice adecuadas condiciones de trabajo. No se puede sustituir las maquinas o insumos por el riesgo de la vida de los trabajadores, aprovechándose de sus necesidades económicas, colocándolos en condiciones de trabajo riesgosas. La administración, así como también la organización sindical tienen el deber de garantizar a los nuevos jóvenes trabajadores la formación técnica y profesional adecuada en los lapsos correspondientes y que históricamente se han tomado. Se deben brindar seguridad y condiciones de medio ambiente de trabajo adecuados, implementos de seguridad, uniforme, agua, atención médica, entre otras.
Es inaceptable el intento de aprovecharse de la inexperiencia laboral y la esperanza que carga siempre la juventud para ofrecerles el actual salario mínimo y cesta ticket, que no alcanzan para cubrir los gastos reales y el valor de la canasta básica. Nuestros jóvenes se merecen condiciones dignas de trabajo, sin explotación. La burocracia es consciente que las medidas tomadas son clientelares y una forma de evitar que las exigencias del pueblo no se expresen con una fuerte posición.
Por estos motivos es cada vez más importante que nuestro pueblo y trabajadores, tanto los ya activos como los nuevos ingresos, se organicen y unifiquen para llevar acabo con sus propias fuerzas el cambio que realmente se merece el Metro de Caracas. No se puede permitir que la burocracia, que ha llevado a nuestro principal servicio de transporte a la actual catástrofe, ahora pretenda enfrentarnos y dividirnos aún más, para mantener su estatus y condiciones privilegiadas de vida económica. Ellos andan en lujosos carros, están en oficinas con aire acondicionado, cobran bonificaciones especiales, entre otros lucros, mientras que nosotros, usuarios y obreros, padecemos las penurias del Metro. Ya basta de miseria, luchemos juntos y organizados por el rescate del Metro de Caracas.