Por un frente único de la izquierda para defender los salarios, los derechos laborales y democráticos contra los capitalistas y la burocracia

Durante las últimas semanas estamos asistiendo a una ofensiva antidemocrática del gobierno, del aparato del estado y la burocracia del PSUV contra el Partido Comunista de Venezuela (PCV). Utilizando públicamente a figuras que se hacen pasar por dirigentes de este partido, cuando no tienen relación alguna con él, o rompieron políticamente con el PCV hace años.

La burocracia del PSUV intenta acallar a un partido tradicional de la clase obrera venezolana que ha estado al lado de la revolución junto a Hugo Chávez Frías. El PCV hoy está siendo atacado y descalificado por respaldar las luchas de las y los trabajadores en la calle contra los ataques de los empresarios hacia los salarios y los derechos laborales, así como por denunciar las políticas capitalistas y burocráticas que están liquidando las medidas progresistas, anti-imperialistas y los avances conquistados por la clase obrera y el pueblo  durante los gobiernos de Chávez.

Las políticas del gobierno de Nicolás Maduro de buscar un pacto con la burguesía tradicional y la boliburguesía para estabilizar un régimen de capitalismo de estado en Venezuela están golpeando duramente a las masas obreras y populares. El creciente descontento de las masas y de muchos militantes y dirigentes de izquierda, que se viene dando desde el año 2016, está siendo respondido por la burocracia del PSUV con la criminalización de las luchas obreras y sociales y la represión contra cualquier voz de izquierda que cuestione esas políticas capitalistas y burocráticas. Esta política no es democrática ni mucho menos socialista y, desde luego, no se parece en nada a la política que impulsaba Chávez, que siempre defendió el derecho de todas las fuerzas revolucionarias a expresar libremente sus ideas.

Desde Izquierda Revolucionaria rechazamos la persecución que están sufriendo las y los camaradas del PCV, les hacemos llegar todo nuestro apoyo y solidaridad y exigimos respeto a su autonomía e independencia política, que cesen los intentos de retirarles su tarjeta electoral  e intervenir de manera burocrática y autoritaria contra su dirección, suplantándola por elementos controlados por la burocracia del PSUV y del estado.

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El PCV hoy está siendo atacado y descalificado por respaldar las luchas de las y los trabajadores los avances conquistados por la clase obrera y el pueblo durante los gobiernos de Chávez.

El movimiento obrero y popular contra las políticas capitalistas y represivas

A estos métodos burocráticos y demagógicos se le está cayendo la máscara. La propia militancia del PSUV está sufriendo también en carne viva agresiones, represión contra los sectores críticos y una conducta que demuestra la pérdida de apoyo de la dirección del partido como resultado de su abandono del programa, ideas y métodos de Chávez.

Esta actitud totalmente contrarrevolucionaria envía un mensaje al imperialismo y a los capitalistas, que se felicitan por el giro a la derecha que se  está llevan a cabo y, en conjunto con los factores de derecha y ultraderecha que participan en la negociación con el gobierno, están obteniendo avances económicos y políticos mediante la mesa de diálogo “Por la Paz y Unidad Nacional”. Esta mesas está significando una concesión tras otra para los capitalistas y retrocesos en nuestro nivel de vida y derechos para los trabajadores y los sectores populares.

Las amenazas, censura mediática y ataques contra partidos políticos de izquierda se han vuelto en estos últimos 4 años parte de la estrategia de la burocracia del gobierno para intentar controlar el malestar del pueblo. Han sido varios los casos de represión institucional y política contra dirigentes que luchan por defender conquistas históricas de la clase obrera y el pueblo

La burocracia del estado y el PSUV enfilan su ataque contra el PCV y la izquierda combativa

El giro a la derecha que viene dando el gobierno desde el 2016 con su política anti obrera -que empezó con el despido de miles de trabajadores de Abastos Bicentenario que habían desempeñado un papel de vanguardia en la nacionalización llevada a cabo por Chávez y la liquidación de esta empresa considerada estratégica en el Plan de la Patria en beneficio de los capitalistas nacionales y extranjeros- ha continuado con despidos y ataques en otros centros de trabajo e incluso con el encarcelamiento de activistas sindicales de izquierda de diferentes sectores y empresas. Esta ofensiva antidemocrática también ha significado  inhabilitar políticamente candidaturas de izquierda independientes y el desconocimiento de la victoria electoral de dirigentes locales y regionales del propio PSUV críticos con la burocracia.

Mientras se pacta con la burguesía haciendo llamados a sectores de la derecha, criminales y pro-fascistas financiados por el imperialismo para que participen en procesos electorales, justificándose con la bandera de la “reconciliación y unidad Nacional” que planteó Nicolás Maduro en 2018, se ataca y reprime a la izquierda anticapitalista.

En las últimas elecciones a la Asamblea Nacional (AN) la mayor preocupación del gobierno no fue precisamente la derecha sino la real posibilidad de una alternativa de la izquierda combativa que pudiese ofrecer un cauce a la movilización y el voto de la clase obrera y los sectores populares críticos con la política del gobierno y hacerles perder el control de las masas.

Diosdado Cabello, máximo dirigente del PSUV ha amenazado con quitar beneficios como las bolsas de comida y carnet de la patria a los militantes del PSUV que no acaten las líneas de la dirección del partido, tachándolos de traidores. La estrategia de la burocracia del PSUV ha sido hacerse con el control de los partidos que conformaban el Gran Polo Patriótico, impulsado por Chávez y que cuando este vivía siempre respetó la independencia política de cada factor en defensa de la revolución bolivariana.

Estas imposiciones burocráticas y el giro a la derecha del PSUV empujaron a organizaciones como PCV, PPT, Tupamaros entre otros a agruparse en la Alternativa Popular Revolucionaria (APR), opción electoral que abrió la posibilidad de agrupar a la izquierda crítica y combativa.

Desde entonces los ataques han aumentado, dándose intervenciones en varios de estas fuerzas de izquierda que integran la APR mediante el Tribunal Supremo, inhabilitando a los dirigentes elegidos por las bases para imponer otros completamente burocratizados y degenerados afines al gobierno, calumniando e incluso encarcelando a varios dirigentes y eliminando de forma burocrática y arbitraria su tarjeta electoral.

La única opción que quedaba, tras estos ataques antidemocráticos, para expresar los votos de quienes no estamos de acuerdo con el giro a la derecha del gobierno y apoyamos en las elecciones pasadas a la APR era la tarjeta del Partido Comunista de Venezuela. La burocracia ha estado hilando muy fino para evitar que una ilegalización o represión abierta al PCV tenga efectos negativos con sectores de la izquierda que todavía le apoyan internacionalmente frente al imperialismo y la derecha.

Por eso denunciamos  ante todos esos sectores de izquierda la política de la burocracia del gobierno de utilizar a exmilitantes del PCV que forman parte la dirección del PSUV desde hace más de una década y han llevado adelante en la Asamblea Nacional medidas económicas totalmente anti-obreras para imponerlos como dirigentes del partido descabezando a los dirigentes reales. Como parte de esta estrategia, desde programas de televisión como “El mazo dando” de Diosdado Cabello y las redes sociales se ha lanzado una campaña para descalificar a Óscar Figuera, diputado por la APR y Secretario general del Partido Comunista, con calumnias escandalosas como tacharlo de estar financiado por la CIA.

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Desde Izquierda Revolucionaria reiteramos nuestra solidaridad con el PCV y llamamos al conjunto de militantes y partidos de izquierda críticos y combativos a enfrentar unitariamente esta vil agresión.

¡Es urgente construir un frente unitario de la izquierda, asambleario, democrático y combativo!  !Organicemos la lucha contra el capitalismo, la burocracia y la corrupción!

Como venimos señalando desde Izquierda Revolucionaria en diferentes artículos, en nuestra intervención en la IX Asamblea Nacional del Frente Nacional de Lucha de la Clase Trabajadora (FNLCT) del año 2018 y durante los procesos electorales del 2020 y 2021 dentro de la APR, la única forma de enfrentar esta ofensiva antidemocrática es con la construcción firme y decidida de un frente único de la izquierda que no se limite al frente electoral y garantizando dentro de éste la máxima libertad de discusión y debate, al igual que el respeto a la autonomía de todas las corrientes y organizaciones revolucionarias. Esta es la mejor manera de construir sobre bases firmes y combatir cualquier tendencia al sectarismo y las imposiciones desde arriba que vemos en el PSUV.

Debemos impulsar ese frente unitario de Izquierda que esté dispuesto al trabajo de pico y pala, ir a todos los barrios, campos, universidades y fábricas para contactar a todos los sectores de izquierda e individualidades revolucionarias, planteándoles desarrollarlo como herramienta de lucha con métodos asamblearios, democráticos y combativos, que permita el surgimiento de nuevos líderes desde el seno de las y los trabajadores y el pueblo humilde. Un frente de Izquierda que recoja todas las reivindicaciones en un programa común y muestre que se está decidido a acabar con el poder de los capitalistas y la burocracia, y que es posible hacerlo.

Desde Izquierda Revolucionaria reiteramos nuestra solidaridad con el PCV y llamamos al conjunto de militantes y partidos de izquierda críticos y combativos a enfrentar unitariamente esta vil agresión e impulsar este frente único mediante comités y asambleas de jóvenes, trabajadores, campesinos en los centros de trabajo y los barrios donde se tomen todas las decisiones y planteen un programa y un plan de acción que haga confluir todas las reivindicaciones obreras y populares. Todos los dirigentes de este frente deben ser elegidos y revocables por las bases y estar sometidos a su control en todo momento.

Igualmente debemos luchar por un programa que garantice el futuro del pueblo, planteando de manera clara y decidida la confiscación de la banca, las grandes empresas y la tierra para arrancarlas de las manos de los capitalistas y burócratas y ponerlas bajo gestión directa de los trabajadores y el pueblo, planificando democráticamente la economía. Solo así podremos resolver los problemas que sufrimos y evitar las desviaciones, burocratización y corrupción que hemos visto desarrollarse en el PSUV y otras organizaciones de masas obreras y populares en diferentes momentos históricos.

¡Solo el pueblo salva al pueblo!

¡Defendamos la independencia de las organizaciones de izquierda frente a la ofensiva de la burocracia!

¡Impulsemos un frente único de la izquierda combativa para levantar una alternativa revolucionaria!


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