El año inició con varias protestas de trabajadores, mientras el presidente Nicolás Maduro daba su memoria y cuenta del periodo 2023 y anunciaba un aumento de las bonificaciones. También hubo movilizaciones políticas de la derecha y el oficialismo en conmemoración del levantamiento popular y el derrocamiento del dictador Marcos Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958. Todo ello con un escenario político marcado por las elecciones presidenciales a celebrar este año donde entre las masas sigue predominando el escepticismo.
El “crecimiento económico” será más riqueza para los empresarios
2023 culminó con importantes acuerdos entre los gobiernos de EEUU y Venezuela que se tradujeron en la flexibilización de sanciones y la autorización de licencias para negociar la explotación de petróleo, gas y oro.
Después de negociar en la mesa de Barbados con el imperialismo EEUU y la ultra derecha la liberación de dirigentes que llamaron a asesinar ciudadanos de los barrios a cambio de esos acuerdos, totalmente opacos y que solo benefician a los capitalistas y la propia burocracia, el gobierno presentó la reactivación de la producción petrolera como un éxito de su política que traerá crecimiento y soluciones a todos los problemas.
Importantes multinacionales llegaron a Caracas para hacer negocios. Antiguos golpistas de Fedecámaras y empresarios salidos de la propia burocracia aplaudieron a rabiar. Mientras, las trabajadoras y los trabajadores seguimos condenados a salarios de hambre y condiciones laborales precarias que violan la Constitución bolivariana, la LOTTT y todas las promesas del gobierno.
El salario sigue a años luz de la canasta básica. La economía, tras una caída del producto interno bruto (PIB) de más del 75% en los 8 años, sigue en un estado catastrófico para la inmensa mayoría de la población. La agresión criminal del imperialismo estadounidense y el saboteo de sectores políticos y empresarios de la derecha contribuyó a agravar el desastre, pero no nos engañemos: la causa fundamental del colapso son las políticas anti obreras de la burocracia cívico militar que controla el gobierno y ha reducido a cenizas todos los avances conquistados por la clase obrera y el pueblo durante los gobiernos de Chávez
Los ingresos proyectados por el gobierno para 2024, antes de la amenaza de EEUU reactivar las sanciones, superaban los 11.000 millones de dólares solo por el petróleo. Esto aportaría un incremento al presupuesto anual de $20.521 millones de dólares. Sin embargo, las asignaciones planteadas para los gastos sociales evidencian recortes: como por ejemplo en educación, que recibirá 8,35% menos que en 2023.
La recaudación por impuestos cerró con un incremento del 26% ($ 5.750 millones). El presidente planteó superar la meta a más de 10 mil millones de dólares, sin dar mayores detalles.
La realidad es que mientras a los empresarios se les reparten ayudas y exenciones como arroz se está reventando el bolsillo de las y los trabajadores. El impuesto por IVA fue 267% más en comparación con el ISLR y de 224% sobre la recaudación total. Mientras, el impuesto a los grandes patrimonios lo bajaban a 0,004%.
Los acuerdos con el imperialismo estadounidense o sin ellos, los empresarios y la burocracia siguen llenándose los bolsillos y los trabajadores condenados a la lucha por la supervivencia
…y más migajas y clientelismo para el pueblo
Las instituciones burguesas no pueden ocultar el aumento brutal del índice de la pobreza, como el ingreso per cápita que está marcado por una gran desigualdad. Los ingresos de los más ricos (empresarios y testaferros) son 70 veces los de la franja más pobre (datos del proyecto ENCOVI).
El 15 de enero, “Día del Educador”, los trabajadores en algunas regiones y la capital se movilizaron para exigir un salario digno y la discusión del contrato colectivo. Paralelamente el oficialismo se movilizó en apoyo a Nicolás Maduro, que presentaba informe de gestión en la Asamblea Nacional y decretaba el aumento de $100 dólares como ingreso mínimo integral. Un término legalmente inexistente y que, como siempre, se quedará en nada para el pueblo.
El ajuste realizado fue a las bonificaciones sin incidencia en los cálculos de las principales reivindicaciones históricas de los trabajadores. El “bono de guerra” subió de 30$ a 60$, manteniendo el valor que se dio en diciembre de la cesta ticket en 40 $, mientras que el salario mínimo se quedó en $3,6 dólares, muy por debajo del valor de la canasta básica que está en más 450$.
La burocracia declara que realizará una inversión en gastos sociales de 77,4% del presupuesto para las necesidades básicas del pueblo, sin especificar su distribución, lo que acrecienta la indignación en las masas populares. A los jubilados y pensionados cada vez les alcanza menos el pago de las bonificaciones para su manutención. Las becas estudiantiles son de 6Bs ($0,16 dólares) diarios, menos de 50% del costo de un pasaje de trasporte público.
2024: año de elecciones presidenciales
La apuesta de la burocracia por la reelección presidencial de Nicolás Maduro se basa en garantizar bienestar económico y paz social a los empresarios venezolanos (sean de la oligarquía de siempre o la llamada boli burguesía) y para las multinacionales imperialistas mientras que a los pobres hay “pan y circo”, con un manejo pérfido y arbitrario de los recursos del estado.
Su objetivo es mantener el apoyo de sectores de la derecha conciliadora ofreciéndoles buenos negocios y estabilizar un capitalismo de estado de la mano de los imperialistas chinos y rusos entre otros gobiernos capitalistas “aliados” que oprimen brutalmente a sus pueblos como los de Irán, Turquía, etc.
Recientemente, el Tribunal Supremo ratifico la inhabilitación de María Corina y Capriles. A pesar de los acuerdos de Barbados con el imperialismo para flexibilizar las sanciones a cambio de elecciones con participación libre de sus candidatos, el gobierno -consciente del profundo malestar popular y el riesgo que supondría una avalancha de votos indignados y desesperados a estos candidatos- ha decidido permitir participar en las elecciones solo a la derecha conciliadora.
Su táctica electoral no muestra intención de apoyarse, ni resolver de inmediato las necesidades de la clase trabajadora y del pueblo humilde. Todo lo contrario: utiliza con más ahínco el control de las instituciones para reprimir la movilización obrera y popular valiéndose de la dispersión y la falta de dirección revolucionaria de los trabajadores.
Han intervenido de forma autoritaria y antidemocrática un partido histórico como el PCV y le han quitado la tarjeta electoral por miedo a qué recogiese el descontento por la izquierda con sus políticas. Están amenazando, despidiendo y encarcelando a dirigentes sindicales luchadores
Estás políticas anti obreras, unido a su hipocresía y doble lenguaje (hablando de antiimperialismo mientras venden las riquezas y recursos naturales a los imperialistas que pactan con ellos) son la causa de que una fascista como María Corina Machado obtuviese la victoria en las primarias opositoras.
Machado consiguió no solo la simpatía de la pequeña burguesía más rica, también de capas medias empobrecidas y trabajadores muy desmoralizados, captados por su discurso demagógico denunciando muchas calamidades que sufre el pueblo y la nefasta y corrupta gestión de la burocracia del gobierno.
Pero si Machado llegase a Miraflores su programa sería el mismo plan salvaje contra los pobres de Milei en Argentina: privatización de empresas públicas y servicios sociales, más ataques aún contra el movimiento obrero, sometimiento total a Washington…
En respuesta a la inhabilitación, Machado puede intentar levantar nuevamente las guarimbas. Pero la oposición de derechas financiada por EEUU sigue sin tener fuerza suficiente para doblegar a la burocracia, que se sostiene por el alto mando militar y el control total del estado. Reforzado por el apoyo de los imperialistas chinos y rusos.
Solo una alternativa revolucionaria de los trabajadores bien organizada acabará con la catástrofe que sufrimos
Los sindicatos y las organizaciones de la izquierda deben trabajar con tenacidad en construir unas bases sólidas, coordinando una alternativa de las y los trabajadores para poder romper con esta situación
Una muestra más del pánico que tiene la burocracia del gobierno a las movilizaciones de trabajadores fue nuevamente la realizada por los educadores el 15 de enero. A pesar del saboteo y freno de los dirigentes sindicales, tanto oficialistas como de la oposición de derechas, se vieron algunas marchas masivas, ejemplo en el estado Barinas.
El gobierno respondió de inmediato acusando al dirigente de la federación del magisterio en Barinas de terrorista, aprovechando su vínculo político partidista con MCM, y encarcelándolo como chivo expiatorio para echar un balde de agua fría a los ánimos por luchar que tienen los trabajadores e intentar agravar el escepticismo y terror.
La división y dispersión del movimiento obrero debilita su fuerza. La tarea principal de los dirigentes sindicales luchadores debe ser unificar todas las luchas obreras en una sola batalla coordinada con la incorporación de las comunidades, evitando caer en la hipocresía y manipulación de la derecha, que sigue intentando aprovechar el malestar social para llegar al poder, y combatiendo al mismo tiempo a la burocracia corrupta del gobierno, que nos golpea con su represión y sus medidas patronales, y luchando contra el sindicalismo burocrático que ha frenado y dividido a los trabajadores históricamente.
Hay que levantar un sindicalismo que luche, organizando a las masas trabajadoras y al pueblo humilde, impulsando las asambleas democráticas para recoger todas las propuestas y reivindicaciones que permitan decidir un programa y un plan de acción combativo y explicar al mismo tiempo que la única forma de resolver nuestros problemas es arrancar la riqueza de las manos de los capitalistas, los imperialistas y la burocracia y ponerlas en manos de la clase trabajadora para gestionarlos y planificarlos democráticamente en función de las necesidades sociales