La historia de esta nueva victoria popular había empezado mucho antes. Con la marcha masiva del domingo 6 de junio, con la explosión de participación social que supuso la extensión de las patrullas y las UBEs por todo el país, con la marcha nuevamente masiva del pasado 8 de agosto y ayer mismo, a las tres de la madrugada, cuando centenares de miles d e personas salimos de nuestras casas a toque de diana siguiendo el llamado del presidente Chávez. Millones de venezolanos llenamos de colas que duraron todo el día los centros de votación. Y la marcha hacia la victoria siguió durante todo el día, con las masas en la calle, manifestando inequívocamente su firme voluntad de mantener al presidente Chávez en el poder y defender y profundizar el proceso revolucionario.
Victoria del pueblo, derrota de la contrarrevolución
4:30 a.m. del 16 de agosto. Caracas estalla en un clamor de cohetes, pitos, gritos y banderas. Fuegos artificiales, ruido de bocinas, consignas, cánticos, alegría, mucha alegría. Hemos ganado y NOs vamos a celebrarlo a Miraflores.
Los partidarios del proceso revolucionario que, desde las doce de la noche, celebrabamos en pequeños grupos la evidente victoria electoral nos hemos convertido una vez más en una riada que inunda las calles caraqueñas. Se van acabando las metáforas (marea roja, tsunami rojo, océano rojo ) y la ola imparable de la revolucion sigue creciendo. Franelas y banderas rojas desbordan una vez mas las calles, esta vez en plena madrugada caraqueña . La imagen de fiesta y victoria contrasta vivamente con la desolación que ,según muestran los propios medios de comunicación opositores, reina en el cuartel general de la llamada Coordinadora Democrática (CD).
Dirigentes opositores como Juan Fernández , de Gente del Petróleo, (uno de los líderes del paro patronal golpista de diciembre) que aún a las doce de la noche se resistían a aceptar la evidencia y anunciaban una fiesta para celebrar una victoria en la que ya era evidente que nadie creía han desaparecido. Lo mismo ocurre con los que anunciaban manifestación y rebelión civil. Todo indica que están divididos y desconcertados y buscan un acuerdo entre ellos que les permita hacer alguna declaración más o menos consensuada para intentar salvar la cara y salir del paso. Lo único que se puede ver durante los minutos siguientes al anuncio de resultados del CNE es el silencio y las caras, también desencajadas y visiblemente afectadas, de los periodistas de distintos medios de comunicación privados. Estan reconociendo la huida de sus líderes, perplejos. De fondo, la soledad más absoluta, el patético decorado de un montón de globos sin explotar, preparados para una fiesta nunca parecio posible y que finalmente se ha convertido en funeral. La imagen absurda de una derrota evidente pero no reconocida.
Un poco antes, a eso de las 3: 30 más o menos, los dos miembros del CNE identificados con la oposición (Sobella Mejías y Ezequiel Zamora -nada que ver con el heroico general campesino de la batalla de Santa Inés excepto el nombre, para desgracia del viejo líder revolucionario del siglo XIX-) anuncian que no reconocen el resultado proclamado. Mientras, los representantes del Centro Carter y al OEA abandonan la sede del CNE y anuncian declaraciones a lo largo del día.
La oposición, perpleja y dividida
Resulta evidente que durante varias horas se han sucedido las reuniones internas entre dirigentes de la oposición y entre estos y los máximos representantes del Centro Carter y la OEA. Los síntomas de división son claros. Como explicamos en varias notas informativas escritas a lo largo de la jornada electoral, al final de la tarde electoral la miembro del Directorio del CNE Sobella Mejías ya intentó utilizar la lentitud del proceso electoral y el descontento que provocaban las colas que se prolongaban desde hacía varias horas para ,con la estúpida excusa de pedir la eliminación de las máquinas capta huellas dactilares, intentar sembrar dudas sobre el proceso electoral y soliviantar los ánimos de los partidarios de la oposición. Un sector de la extrema derecha (Marcel Granier –director del canal RCTV- y otros) parecieron intentar seguirla y cada dirigente opositor que hablaba parecía obsesionado con las dichosas maquinitas. Pero los representantes del imperialismo –la OEA y el Centro Carter- por boca de sus máximos representantes, Jimmy Carter y César Gaviria, se vieron obligados a intervinir rápidamente para decir que el proceso electoral discurría por cauces plenamente democráticos y desmarcarse de este intento. El mensaje fue captado y el resto de dirigentes opositores , si bien seguían pataleando, tuvieron que adoptar al menos durante unas horas un discurso más conciliador.
Este discurso se endureció otra vez visiblemente después de la reunión de dirigentes de la CD a eso de las diez u once de la noche Todo indica que con los datos en la mano un sector debió plantear no reconocer los resultados e intentar ya la desestabilización y otro , comprendiendo mejor cuál es la correlación de fuerzas real, propuso seguramente intentar presionar con el objetivo de negociar un resultado más favorable para ellos. Varios dirigentes endurecieron significativamente el tono. Fue en ese momento cuando a Juan Fernández, ex gerente de PDVSA dirigente del paro golpista de diciembre y especialista en convocar desastres, se le ocurrió la brillante idea de pensar que un entierro se puede convertir en fiesta por el simple hecho de desearlo.
Durante esas horas Carter y Gaviria mantuvieron varias reuniones en las que con toda probabilidad buscaron una negociación e insistieron a los dirigentes de la oposición en que esta era la única vía que les quedaba. Pero las declaraciones de Alfredo Ramos, de la CTV, y distintos dirigentes de segunda fila de los partidos opositores durante esos minutos (en ningún caso los “primeras figuras” que debían estar reunidos con Carter) seguian completamente fuera de la realidad. Si Valle Inclan les hubiese escuchado habria disfrutado de lo lindo . El discurso venía a ser algo así como tenemos nuestras cifras y sabemos que hemos ganado pero no lo decimos porque Jimmy y su amigo colombiano nos han dicho que esperemos hasta que el CNE dé los datos oficiales. Pero como los datos que dé el CNE no coincidan con los nuestros ¡ ay¡, ¡ay como no coincidan¡... se van a enterar. Ya verán ustedes quienes somos.
Y ¡ay¡ no coincidieron. Y ¡ay¡ si alguien no sabía quienes eran los dirigentes opositores venezolanos se pudo enterar.
La impotencia de la contrarrevolución
5:00 a.m. aproximadamente. Rueda de prensa de los dirigentes de la CD. Liderada por la siempre un tanto esperpéntica figura de Henry Ramos Allup , actual líder de Acción Democrática, este evento merece pasar a la historia como ejemplo de patetismo y vulgaridad. El estado de ánimo de los dirigentes opositores se puede resumir en dos frases y una imagen.
Primera frase. Ramos Allup, tras rechazar “contundentemente” los resultados y denunciar un gigantesco fraude, propone una única acción al respecto… ¡que denunciarían ese supuesto megafraude ante los organismos internacionales que corresponda¡ Que tampoco sabe muy bien cuales organismos son exactamente ya que cuando un periodista pregunta al respecto deja al líder adeco muy mal parado. Allup balbucea más que de costumbre, dice varias incongruencias y al final explica que está todo controlado, que tienen unos especialistas jurídicos muy buenos que seguro que saben a quien se puede reclamar.
Segunda frase, digna de figurar en el museo -cada vez más amplio- de estupideces golpistas venezolanas. Sale también de la boca del dirigente adeco, que se ve que ha sido elegido esta noche para la gloria. Otra vez, a un periodista inoportuno se le ocurre preguntar ni más ni menos que qué otras acciones “contundentes” iba a llevar a cabo la Coordinadora para luchar contra el “gigantesco fraude” . Allup responde cariacontecido. Como un niño al que han pillado en el examen. ¡Que mala suerte¡ Justo la pregunta cuya respuesta no conoce. “Permítannos pensar un poco”, dice. Pero, decididamente, pensar no es el fuerte de Allup y los demas dirigentes de la Coordinadora Democratica
Y , como dándose cuenta de que eso no queda demasiado bien, añade que sí, que ya lo verán, que seguro que hacen algo bien sonado, que primero recogerán las pruebas del fraude no vaya a ser que “desaparezcan físicamente” y luego se reunirán otra vez y seguro que ya se les ocurriría algo.
Las frases se ven completadas por una imagen: la retirada, en medio de la alocución de Ramos Allup, de Enrique Mendoza, gobernador del estado Miranda, líder máximo de la CD hasta hace bien poco y, entre las muchas víctimas políticas de este referéndum, sin duda el principal damnificado. Mendoza abandona cabizbajo la escena consolado por alguno de sus compinches. Pocas veces se ha visto expresada de un modo tan claro y simbólico una derrota.
Y es que, más allá de lo que pueda llamar la atención la ridiculez de la actuación los dirigentes opositores en la derrota, esta actitud tiene un profundo significado político. Es la imagen de la impotencia más absoluta. No pueden aceptar su derrota pero no tienen fuerza para intentar otra cosa. El imperialismo y un sector de la gran burguesía, como veníamos explicando en nuestros últimos artículos, comprenden claramente que la correlación de fuerzas en este momento es profundamente favorable al movimiento revolucionario y eso es lo que explica la actitud del Centro Carter y al OEA a lo largo de la tarde
No es que hayan aceptado a Chávez pero saben que en este momento no pueden tumbarlo y que , de intentarlo, sí podrían radicalizar a las masas y empujar a la izquierda el proceso revolucionario. Su opción es intentar una negociación que les permita ganar tiempo, poder frenar o al menos mantener dentro de los límites actuales la revolución y preparar una estrategia a medio plazo para intentar librase de las masas y del propio Chávez.
Si no hacen declaraciones es porque estarán esperando las reacciones de la oposición durante el día (posibles llamamientos a la desestabilización, etc) para decidir cómo actuar exactamente ante ellas (tampoco pueden permitirse romper abiertamente con sus chicos) Al mismo tiempo intentan ganar tiempo para convencerles y buscar una salida digna.
El discurso de Chávez
Y mientras el esperpento de la derrota opositora baja el telón en la Quinta Monte Verde , en la zona más lujosa del Este caraqueño, las masas por supuesto ni pendientes del cero a la izquierda que son los dirigentes de la CD. La celebración continúa por todo el pais. “Uh Ah Chávez no se va” “Que toquen , que toquen cacerolas, que pa sacar a Chavez tienen que echarle bolas” “No volveran” …
4:30 –5:00 am. Chávez sale al balcón de Miraflores, “el balcón del pueblo”. Inicialmente saluda rodeado de sus hijos y varios familiares. Luego levanta el brazo del Ministro de Comunicación e Información, Jesse Chacón. Finalmente empieza a hablar. Se le ve bastante emocionado y su discurso es sencillo pero aun asi se ve que ha sido bastante meditado. En varios momentos le desborda la alegría y hay algún momento en que no puede evitar conmoverse.
Chávez resume el sentido del día: “una victoria del pueblo”. Nunca ningún gobernante venezolano había disfrutado de este apoyo popular: mas de cinco millones de personas. Lo que era evidente para todos los que vivimos este proceso revolucionario se ha hecho oficial esta noche. A continuación se dirige a los que han votado por el sí y les llama a no sentirse derrotados y hace un primer llamamiento al diálogo, en este caso fundamentalmente dirigido a la base social de la oposicion.
El resto del discurso de Chávez repite las líneas de los pronunciados en los últimos días, si acaso con un tono de mayor moderación y salpicado de varios llamados a la reconciliación y a la “unidad nacional”. Hay una crítica al “salvajismo neoliberal” pero sin mencionar el capitalismo y habla de construir un modelo de desarrollo bolivariano. Anuncia que “ a partir de hoy y hasta diciembre de 2006 -cuando acabaría este mandato- se ha iniciado una nueva etapa no sólo para el gobierno sino para la revolución”. Define esta etapa como de consolidación de los logros sociales, las misiones y profundización en la lucha contra la pobreza.
Al mismo tiempo todo indica que se plantea lograr esos objetivos sin cuestionar la propiedad privada de los medios de producción. Esto se hace más evidente cuando llama a todos los venezolanos a sumarse a este esfuerzo, incluida la oposición. Más adelante, llama a distintos sectores, en primer lugar los empresarios (un sector que ha adversado a Chávez desde el principio) y luego añade a los trabajadores, campesinos, estudiantes,… A todos los sectores.
Insiste en que “en Venezuela cabemos todos” y habla brevemente sobre las nuevas batallas que se avecinan. Chávez ha insistido ya en varias ocasiones en mantener la estructura de las patrullas y las UBEs con la que se ha librado esta batalla victoriosa de Santa Inés. En este discurso ha insistido tambien en mantener esta estructura de cara a las elecciones regionales y locales a celebrarse en un mes. Pero , a diferencia de este referéndum, en el que había unanimidad en todos los sectores del proceso revolucionario en luchar por el NO , ratificar a Chávez y defender el proceso revolucionario, en las elecciones han surgido muchísimas críticas y bastante disidencia e incluso un buen número de candidatos alternativos a los oficiales desde la base del movimiento revolucionario. Una reivindicación defendida por cada vez más sectores que apoyamos el proceso revolucionario es la de que los candidatos sean designados por medio de elecciones por la base.
La “revolución en la revolución”
Otra aspiración qure Chavez ha planteado en varias ocasiones es la de hacer “la revolución dentro de la revolución”. Pero esta aspiración para sectores importantes de las masas revolucionarias significa depurar a una buena parte de dirigentes locales, regionales e incluso nacionales y sustituirlos por auténticos revolucionarios elegidos por asambleas populares revolucionarias y que respondan ante estas. En última instancia “la revolución dentro de la revolución” para las masas también significa una transformación revolucionaria de la sociedad y la economía que resuelva problemas como el desempleo, la falta de vivienda, las carencias en salud , educación, etc Problemas a los que la decadencia y parasitismo del capitalismo venezolano y el dominio del país por parte del imperialismo han condenado desde siempre a las masas. La única garantía de que la revolución triunfa definitivamente y es irreversible será resolviendo definitivamente estos problemas y yendo hacia otro modelo económico y social, un modelo que en nuestra opinión sólo puede ser el socialismo.
Esta es la principal contradicción que sigue teniendo este proceso revolucionario. Chávez ha proclamado una vez más como objetivos erradicar la pobreza y resolver los problemas de las masas pero no ha llevado a cabo una transformación económica del país y en varias ocasiones ha dicho que esto puede realizarse sin necesidad de romper con el sistema capitalista. Muchos de los que apoyamos el proceso revolucionario y lo defendemos día a día en la calle coincidimos con estos mismos objetivos de erradicar las lacras sociales que sufrimos las masas pero pensamos que sólo pueden lograrse sustituyendo las estructuras del estado capitalista por estructuras surgidas del propio movimiento obrero y popular (asambleas revolucionarias que elijan comandos de representantes elegibles y revocables en todo momento y que se unifiquen en una gran asamblea nacional revolucionaria). Las patrullas y las UBEs pueden ser el embrión de esta estructura pero para ello es necesario darle todo el poder al pueblo trabajador y que la estructura sea elegida de abajo hacia arriba ,con todos los dirigentes sometidos al control y la revocabilidad en todo momento por parte de las masas y unificando esos dirigentes elegidos desde la base en un gran asamblea nacional revolucionaria.
Tras la victoria del 15 de agosto este debate en el seno del movimiento revolucionario va a crecer. En última instancia este debate refleja la lucha de clases a lo interno del proceso. O la revolución se completa hacia el socialismo y el poder de los trabajadores o , de lo contrario, la burguesía y el imperialismo (independientemente de que puedan tener divisiones acerca de cuáles son las condiciones y el momento para lanzar la desestabilización) seguirán intentando aplastar este proceso revolucionario. Si pasa el tiempo y no logramos resolver los problemas de las masas el apoyo masivo que hoy –como ha demostrado la jornada electoral- sigue teniendo el proceso revolucionario podría erosionarse y llevar incluso a una derrota. Como ocurrio en casos como Chile o Nicaragua
Chávez volvió a denunciar al imperialismo americano y ha llamado a la unidad nacional, pero el imperialismo no es sólo un enemigo externo, el imperialismo y el capitalismo son la misma cosa. Los capitalistas venezolanos nunca tolerarán a un presidente que habla de revolución y que estimule la organización y participación del pueblo. El discurso de Chávez es un primer discurso de celebración. Lo que definirá por dónde va el proceso revolucionario serán las políticas que se apliquen a partir de ahora pero respecto a esas políticas no es posible una unidad nacional, hay diferentes posiciones e intereses en función de qué origen e intereses de clase tenga cada quien. La clave para que el proceso revolucionario se complete y se resuelvan los problemas de los trabajadores y los sectores populares es que el movimiento obrero se ponga al frente de la lucha de los oprimidos y se dote de un programa socialista que sustituya las estructuras burguesas procedentes de la IV República que todavía perviven por un estado de los trabajadores y ponga los bancos, los grandes monopolios privados y las principales fuentes de riqueza en manos de la clase obrera y la mayoría de la sociedad. Esta es la tarea que después de ganar la batalla de Santa Inés debemos afrontar. Esta es la única forma , en nuestra opinión, de poder hacer la revolución dentro la revolución de la que ha ahabldo en varias ocasiones en varias ocasiones el propio Presidente Chávez.
Las próximas horas y días serán de celebración pero esa celebración no puede hacer que nos olvidemos de cuál sigue siendo la tarea central: mantenernos vigilantes contra las maniobras de la contrarrevolución que continuarán, mas pronto que tarde, y aprovechar esta nueva y gloriosa victoria popular para completar la revolución y llevarla hasta el final.