El Topo Obrero: ¿Cómo interpretas tu la "nueva etapa "en la que esta inmersa la revolución bolivariana tras la victoria en el referéndum revocatorio y en las elecciones del 31 de octubre?
William Izarra: Ratificado el Presidente el 15 de agosto, se inicia la nueva fase del Proceso la cual ha sido denominada por el propio Hugo Chávez como “El Salto Adelante”. Esto significa la transformación del Estado capitalista en el modelo endógeno socio-popular. Hace apenas poco más de un mes el Presidente expuso magistralmente la concepción de la nueva fase del Proceso.
Ministros, gobernadores, alcaldes, diputados, Jefes de empresas del Estado y líderes de organizaciones ductoras del Proceso se congregaron en el Fuerte Tiuna a recibir las instrucciones para la acción colectiva y estandarizada. Allí estaba presente el nivel más alto de la toma de decisiones del gobierno. Todos asimilaron la tesis del Presidente y todos el qué hacer para materializarlo de inmediato. En forma mancomunada y bajo los trazos del humanismo que expresa la confraternidad y solidaridad revolucionaria, la alta moral prevaleció en sus metas e intenciones postelectorales.
A mi juicio, destacan tres aspectos globales que sintetizan la brillante exposición del Presidente. El primer aspecto, en lo político, la democratización de la participación popular. El Presidente desterró el dedo del cogollo. Aniquiló a las cúpulas en lo que respecta a las decisiones en el ámbito de competencia de las comunidades. Valga decir, como tarea de acción en el corto plazo, la elección de candidatos a los cargos del aparato de Estado se hará con base en las elecciones primarias. Serán electos por las comunidades organizadas y no más por los cogollos de los partidos. De hecho, el Presidente exigió implementar estos mecanismos de elección de bases a partir de las próximas elecciones para Concejos Municipales y Juntas Parroquiales en el primer semestre del 2005.
El segundo aspecto global es el decido estímulo a impulsar la construcción del modelo de desarrollo endógeno. Con miras a convertirse en el mediano plazo como el nuevo sistema económico de producción, derivado de una de las metas de la revolución como lo es el cambio en las relaciones de producción, el desarrollo endógeno se ubicaría en el primer nivel colectivo para la producción social. A fin de lograr esta meta, el desarrollo endógeno demanda avanzar en la construcción de la nueva estructura social, lo que significa además acelerar la creación de la nueva institucionalidad del aparato del Estado.
El tercer aspecto es la situación geopolítica continental. EEUU, en fase de tregua con respecto a Venezuela, continuará buscando la vía de desestabilizar al gobierno para acabar con la Revolución Bolivariana. La reelección del Presidente Bush, la ampliación de los planes militares para América latina, el predominio de la doctrina de seguridad nacional, la intención de sustituir a las fuerzas armadas de los países latinoamericanos por policías nacionales y la designación de Condoleza Rice como Secretaria de Estado; Porter Goss como nuevo director de la CIA; y, el General Bantz Craddock como Comandante del Comando Estratégico del Sur, son algunos de lo elementos que señalan la nueva ruta del imperio sobre el proceso bolivariano. Agréguese la vigencia del paramilitarismo, la visita de Bush a Colombia y el espacio que ha ganado el Comando del Sur en la toma de decisiones acerca de los asuntos hemisféricos. Se podría decir que el USSOUTHCOM sustituyó al Departamento de Estado en el diseño de las políticas hacia América Latina y el Caribe. Por lo tanto, la comunidad nacional, los revolucionarios y los líderes comunitarios tienen que prepararse para la acción sorpresiva que pueda venir de manera encubierta o directa por parte del imperio. Esto es parte del Salto Adelante.
El Topo Obrero: En este "salto adelante" dentro del proceso revolucionario, ¿no crees que existen sectores dentro del proceso que carecen de conciencia revolucionaria, son reformistas y pueden obstaculizar el cambio de estructuras?
William Izarra: La revolución es cambio de estructura. El modelo político del proceso bolivariano es revolucionario. El cambio de estructura significa la creación de un nuevo sistema político (Estado, aparato productivo y relaciones de poder). La estructura es la dimensión del funcionamiento de la sociedad, donde se dan las relaciones de los factores genéticos que producen los actos visibles (hechos observables). La estructura es la génesis de los fenómenos. Una revolución actúa sobre la estructura. Mientras que su opuesto, la reforma –o reacción-- opera solamente a nivel de los fenómenos (lo visible y verificable). La reforma no transforma la estructura. Reforma es contraria a revolución. El modelo político de la democracia representativa es reforma. No busca el cambio del sistema político. La revolución se dirige a crear un nuevo sistema de relaciones que establezca una nueva institucionalidad. La democracia representativa se fundamenta en la representación del pueblo. Por el contrario, una revolución no tiene representantes, solo voceros. En la revolución las decisiones la toma directamente el pueblo, no los representantes. En Venezuela, la representación devino es cúpulas que se apropiaron del poder y se aislaron del pueblo.
El Estado de la democracia representativa no es revolucionario. Ha sido concebido para satisfacer objetivos de las cúpulas reformistas. Todo el aparato burocrático del Estado de la democracia representativa –-gobernaciones, alcaldías, concejos municipales y demás unidades políticas burocráticas-- es reformista. Su acción está destinada a los reparos inocuos, pero sin tocar la base de sustento (estructura). El Estado reformista impuso una cultura política basada en el funcionamiento clientelar. El Estado reformista, aunque existe la Constitución Bolivariana de 1999, está vigente todavía. En pleno surgimiento del modelo bolivariano, el Estado reformista es el órgano que regula al colectivo nacional. Contradicción que produce la etapa actual de la transición hacia la revolución.
La revolución, para que pueda alcanzar su propio camino tiene que operar a nivel de la estructura de la democracia representativa. Tiene que cambiar y erradicar el Estado vigente. Tiene que sustituir todas estas unidades políticas burocráticas (como por ejemplo, las alcaldías) que dominan al pueblo. En la revolución, las organizaciones del pueblo tienen que reemplazar al aparato burocrático. Los gestores del Estado (burócratas) no serán quienes decidan. Serán solamente instrumentos del pueblo. El poder de las decisiones recaerá sobre el pueblo. El pueblo concebirá la nueva organización del Estado. El pueblo, además de las expresiones de participación instituidas en la Constitución del 99, tiene que inventar otras formas de organización y de decisión para la conducción de su propio destino. La esencia de la revolución se sustenta en el poder creativo del pueblo.
Actualmente la democracia representativa tiene todavía un espacio muy significativo en la realidad venezolana. A la cultura reformista se han asimilado muchos “revolucionarios”. La debilidad ideológica altera la intención de profundizar un proceso. La ausencia de valores, creencias y principios sustentados en la espiritualidad del ser humano, limita el avance de la revolución venezolana. La debilidad ideológica obliga a tomar caminos sinuosos. Retarda el cumplimiento de las fases y etapas del proceso. La garantía de la revolución es la ideología. Esto es el estímulo a las fuerzas interiores del ser para no dejarse seducir por la fascinación del poder reformista. Poder empleado para ser usufructuado (apego al orden material de las cosas). La ideología es la palanca para catapultar el avance de la revolución. Es el canal para construir el poder popular. He ahí el reto de los revolucionarios, construir las vías de la revolución o claudicar ante la ambición del poder. Y eso se logra con la conciencia revolucionaria.
El Topo Obrero: ¿No te parece que el la oligarquía, la gran burguesia en Venezuela y el imperialismo norteamericano intentaran trancar este "salto adelante", trancar toda iniciativa de mejora en las condiciones de vida de la población?
William Izarra: Efectivamente, de hecho esta aparente tranquilidad, esta tregua dictada por EE.UU. al proceso bolivariano se sustenta en dos factores: primero que la oposición no satisfizo las expectativas. Esa oposición no le sirvió al Imperio y, por lo tanto, andan en la búsqueda de una nueva oposición más eficiente. Sin dejar de lado, por supuesto, el camino de la desestabilización y la “autodestrucción” del Proceso Bolivariano. Por ejemplo, el asesinato de Danilo Anderson tiene relación con la CIA. La tregua dada por el Imperio a la revolución bolivariana responde a la nueva situación política del escenario venezolano: (i) triunfo del NO con una diferencia de 20%, (ii) la estabilidad económica que apunta a un crecimiento del 12% del PIB con respecto al año anterior; (iii) el precio del petróleo que ha contribuido al desarrollo de los programas sociales; (iv) el gran respaldo popular que tiene la revolución, (v) el apego del Presidente a la Constitución bolivariana. Todo eso le obliga a EEUU, a tolerar el espacio ganado por el Proceso bolivariano. Pero, a la par de la tregua sus acciones encubiertas continúan su curso. Las acciones encubiertas, especialidad de la CIA, siguen en marcha, latentes, agazapadas esperando una coyuntura más favorable para emerger.
El Topo Obrero: ¿Qué legado deja al pueblo venezolano la figura de Danilo Anderson?
William Izarra: Es un símbolo de la lucha revolucionaria. Danilo Anderson pasa de ser una figura pública, valiente, de arrojo institucional, de comprobada solvencia ética y moral a ser un mártir de la revolución.
Su asesinato nos pone en alerta para esperar lo más ruin del sabotaje imperialista. El Imperio quiere desestabilizar, arrancar de raíz el proceso revolucionario bolivariano. El asesinato de Danilo Anderson significa la adversidad del Imperio. La CIA no descansa, no cesa en su trabajo. Sigue buscando la posibilidad del magnicidio contra el Presidente de la República.
El Topo Obrero: Tú interviniste recientemente en un foro en la empresa papelera Venepal, en defensa de los trabajadores y contra su cierre y los planes de la multinacional Smurfit.
William Izarra: Sí, ese caso hay que tomarlo como bandera. Inclusive podría establecerse un símil con en los años de la independencia; con la batallas libradas en los años que van desde 1810 a 1821, cuando se concentraban las fuerzas de los adversarios para la lucha de frente. Eso equivale a lo que esta haciendo ahora Venepal. Es probable que marque, dentro de un futuro inmediato, la revolución bolivariana en su esencia de darle poder a los trabajadores. Además, en Venepal los trabajadores han demostrado no solamente mover su empresa sino elevar la calidad de la producción. Por otro lado, convertir a Venepal en un núcleo de desarrollo endógeno y así transformarse en bandera y punta de lanza emblemática de la fuerza digna de los trabajadores revolucionarios.
Puede ser que para la historia Venepal sea, dentro de 100 años, lo que hoy representa la Batalla de Carabobo.
Antes eran los lanceros, los que portaban sus lanzas y machetes, hoy en día son los trabajadores esperando, buscando la nacionalización de la empresa y sea dirigida por los trabajadores. Venepal no sólo es importante para la revolución venezolana, lo es también para el resto del movimiento emancipador continental.
El Topo Obrero:¿Está el presidente enterado del problema de Venepal?
William Izarra: El presidente esta enterado de la situación de los trabajadores de Venepal y hay buenas perspectiva para los objetivos que se persiguen. Él conoce el proyecto que entregaron los trabajadores .El presidente Chávez es generador de muchas acciones simultáneas. Es como una especie de fuerza centrífuga que nunca reposa. Es un incansable generador de torbellinos de acciones en beneficio del proceso. Venepal es una de sus metas a alcanzar.
El Topo Obrero: En el terreno de la batalla ideológica, ¿qué crees que pueden aportar las ideas del marxismo a la Revolución Bolivariana?
William Izarra: Creo que fundamentalmente la revolución bolivariana se nutre, sino directamente bajo su contenido conceptual, en esencia del Marxismo. Aunque también del cristianismo primitivo, de las idas originarias de nuestros libertadores y del pensamiento avanzado de las corrientes progresistas que se han inspirado a su vez en el Marxismo. Esto nos obliga a profundizar el proceso y a tener encuentros permanentes con todas las corrientes del pensamiento revolucionario del mundo. Para su materialización contamos con los Marxistas.
Construir la tesis de la democracia-revolucionaria, meollo de la democracia directa, demanda estudiar al Marxismo y tomar de sus postulados los preceptos sostenedores del poder popular. Tomar de sus categorías científicas aquellas que nos indique los mejores caminos para alcanzar el bien común del colectivo.
¿Cómo lograr eso? Una de las tareas que me ha asignado el presidente es seguir avanzando en lo ideológico y una de las propuestas que vamos a hacer en lo inmediato, a principios de año, es un encuentro con los Marxistas del mundo. Aportes del Marxismo a la revolución bolivariana, vista la proyección continental y mundial que comienza a tener el proceso venezolano, dirigido por si líder Hugo Chávez. El aporte que nos pueden hacer los Marxistas, la critica Marxista del proceso, la incorporación de las ideas más viables, todo lo que se pueda incorporar dentro del marco de postulados de la Revolución Bolivariana.
El Topo Obrero: Hablemos del último viaje del presidente Chávez. Un punto importante en ese viaje fue en el encuentro en Madrid con los trabajadores españoles de la central sindical Comisiones Obreras (CCOO). ¿Cuál fue tu impresión esa reunión con los trabajadores españoles en la que estuviste presente?
William Izarra: La respuesta la fundamento en la animosidad del Presidente. Evidentemente que las relaciones diplomáticas pueden estar muchas veces cargadas de serenidad y de frialdad inclusive. Pero cuando un revolucionario se identifica con la masa, con esa simbiosis que se da entre el líder y la masa, ahí se pone de manifiesto lo que es la disposición anímica, el espíritu de cuerpo, la materialización de los sueños. Con los trabajadores españoles el presidente logró un nivel de motivación generado por la percepción de esos instantes. Todo el escenario estaba revestido de un ambiente netamente revolucionario.
El Topo Obrero: Para finalizar ¿Quieres dirigir unas palabras a los lectores de El Topo Obrero y a los camaradas de la CMR?
William Izarra: Yo diría que a partir de los conceptos expresados, las ideas y el rol que ustedes cumplen a nivel de la difusión de El Topo Obrero, es oportuno estimular el surgimiento de la red de Centros de Formación Ideológica (CFI), la cual estamos creando a nivel nacional. Entramos en la etapa del Salto Adelante lo que nos permite ubicarnos en una nueva dimensión de la actitud y aptitud revolucionarias. Es el momento de regresar al pupitre, para estudiar, leer, analizar, confrontar posiciones, discutir ideas, emitir nuevos juicios, en fin, inventar la revolución. Los CFI buscan, entonces, seguir las ideas de Simón Rodríguez y expresar al igual que el maestro del Libertador: “…o inventamos o erramos…”
El Topo Obrero es uno de los instrumentos fundamentales, necesarios desde el punto de vista teórico, de la evolución del pensamiento, de la creación de ideas para toda la militancia revolucionaria. Por lo tanto, desde El Topo Obrero llamamos a los revolucionarios auténticos para que también se incorporen, se sumen, aporten su granito de arena, para crear la red de formación ideológica a nivel nacional.