LAS BASES REVOLUCIONARIAS ELIGEN: GLADYS REQUENA CANDIDATA A GOBERNADORA
El Topo Obrero: ¿Con que sistema eligió el pueblo tu candidatura?
Gladis Requena: Realizamos unas primarias completamente democráticas en 127 puntos de consulta de las 11 parroquias del estado Vargas, a las que participaron 14000 personas: preparamos boletas con todos los nombres de los posibles candidatos que se iban a presentar, con Antonio Rodríguez Sanjuán (actual gobernador y candidato oficial del MVR) primer nombre. Yo obtuve 9163 preferencias (66%) y el actual gobernador tan solo 1727 (12%), Jose Vielma Mora (presidente del SENIAT) 1655 (11%), Nelson Merentes 648 (4%), etc. Ninguno de los otros candidatos aceptó los resultados de la consulta popular y además se negaron en hacer una consulta interna al MVR, especialmente Antonio Rodríguez Sanjuán. Esta es una actitud claramente contrarrevolucionaria porque ignora los principios básicos del poder popular. Hasta me llamó el diputado William Lara ofreciéndome la Diputación del Consejo Legislativo y por supuesto le contesté por escrito que no tengo ningún interés en esta nueva candidatura, y que seguiré con mi candidatura en Vargas, que es por voluntad del pueblo. Si hay un candidato que va a restar votos a la revolución, éste es exactamente Antonio Rodríguez Sanjuán, porque insiste en presentarse sin tener el apoyo del pueblo. Aún así, le derrotaremos y por supuesto derrotaremos a todos los candidatos escuálidos.
ETO: ¿Qué clase de revolucionario es el actual gobernador?
Gladys: Tenemos muchos elementos que demuestran que este hombre no es un revolucionario, sino un empresario muy vinculado a los sectores oligárquicos de la región. Mientras que Chávez quiere combatir a la oligarquía, aquí en Vargas tenemos un gobernador que la alimenta y es financiado por el oligarca Carlos Parmigiani, lo más rancio de la oligarquía varguense, que financia un periódico que sostiene su gestión de gobierno. En estos 4 años este ‘candidato’ ha boicoteado las cooperativas, las microempresas, contradiciendo las directrices del propio Presidente Chávez. El gobernador quiere impedir el traspaso del poder al pueblo, con la excusa de que el pueblo de Vargas “no está preparado para la gestión de gobierno”.
Cuando el presidente fue secuestrado en el golpe de estado del 11 de abril y Pedro Carmona se autodeclaró Presidente, Antonio Rodríguez Sanjuán hizo en rueda de prensa un llamando a la calma a todos los militantes chavistas, diciéndoles de irse a su casa, que en Vargas no pasaba nada. Esto nos produjo un profundo choque y reaccionamos con una marcha desde el lugar del funeral del compañero asesinado en Puente Llaguno hasta trancar la autopista: allí tuvimos que enfrentarnos con la policía que el gobernador había mandado a disolvernos y luchamos para mantener la movilización. Hay miles de razones para negarse en aceptar la candidatura de Antonio Rodríguez Sanjuán, que tiene un enorme rechazo social. Si lo apoyáramos, sería traicionar la revolución y la voluntad del pueblo.
ETO: ¿Qué es para ti la revolución dentro de la revolución?
Gladys: Es la lucha de los pobres para profundizar la depuración de todos aquellos elementos burócratas que se han disfrazado de revolucionarios y que en la realidad son unos oportunistas. Esta gente tienen historias personales y políticas contrarias al espíritu de la revolución. Con estos elementos, los riesgos de la revolución son muchos. Estos elementos son en realidad reformistas que quieren moderar el avance del pueblo. Hay que añadir que la Constitución Bolivariana no se logra aplicar porque hay un conjunto de leyes vigentes que vienen de la IV República (Constitución de 1961). Hay un desfase entre la realidad del proceso revolucionario y el marco jurídico, lo cual impide el desarrollo de la revolución en Venezuela. Por ejemplo, en el poder local, el Consejo Local de Planificación no puede funcionar porque toda la normativa municipal se rige en los reglamentos de 1979. De esta manera tampoco se puede aplicar la Controlaría Social y así sucede que los ciudadanos no tienen oportunidad de participar en las decisiones públicas. Es como tener un pié 44 y quererlo meter en un zapato 33, es como una camisa de fuerza que sofoca a la revolución.
ETO: ¿Entonces, cómo vamos a construir el nuevo poder revolucionario?
Gladys: Si el Presidente se da cuenta de la lentitud del trabajo de la Asamblea Nacional, en donde hay muchos falsos revolucionarios, debería tratar de poner remedio. Para resolver el problema de la ausencia de legislación por parte de la Asamblea Nacional, lo que propongo es que el Presidente vuelva a legislar, como lo hizo cuando dictó las 49 Leyes en virtud de la habilitación que le diera la A.N. Propongo que solicite una nueva habilitación para resolver la contradicción que existe debido a que las leyes de la cuarta república no pueden coexistir dentro de la nueva constitucionalidad. Sin embargo, gran parte del aparato del Estado es la vieja estructura de la IV República y está hecho para retardar el proceso, muchos funcionarios conspiran contra la realización de los avances sociales. Tiene que renovarse la estructura del estado y adecuarse a la nueva necesidad de participación popular en todas las decisiones fundamentales del país. Si no se hace esto, la revolución se queda letra muerta. La planificación de políticas generales y locales, la planificación del gasto público y de los servicios, todo está recogido en los Artículos 62 y 184 de la Constitución Bolivariana que prevé la transferencia del poder al pueblo organizado de abajo a arriba. El gobernador de Vargas no ha aplicado ninguna de estas leyes y no ha permitido la instalación de ninguno de los órganos de participación del pueblo (Consejo Local de Planificación y el Consejo de Coordinación de Política Públicas), a pesar de que hace tres años la ley le daba un plazo de 30 días para la creación de los Consejos. Lo mismo hizo el actual alcalde. Para resolver estas contradicciones tenemos que elevar el nivel de conciencia de todos venezolanos y venezolanas, tenemos que aumentar su nivel político.
ETO: ¿Si el Presidente se viera obligado a nacionalizar los bancos y las grandes empresas para hacer avanzar la revolución, estarías tú de acuerdo?
Gladys: Estas son medidas urgentes. Nuestra Constitución consagra un modelo social de tipo nacionalista y de progreso social. Es una quimera pensar que los grandes capitalistas se puedan adaptar a este proyecto. Creo que es indispensable que el gobierno tome algunas medidas en sectores estratégicos. Al nacionalizar bajo control popular, se permitiría al Estado un mayor control de sus ingresos. Aunque las nacionalizaciones y un modelo socialista no están consagradas abiertamente en la Constitución, sería una forma de ir dibujando hacia donde tiene que ir el proceso para consolidar esta revolución. Me parece muy difícil que, con las reglas del juego de la IV República y la institucionalidad que tenemos hoy, nosotros podamos avanzar en el verdadero proyecto revolucionario. No tan solo desde una visión socialista, sino incluso desde la visión de la misma Constitución Bolivariana; es imposible coexistir con los intereses del sector privado y los grandes capitales que son un obstáculo para el desarrollo humano. Para ellos la gente es una cosa, un objeto, hay toda una clase mayoritaria de pobres, de más de un 80% de pobres, que está nadando en ese mar de pura esperanza, que lo que hace es amar, sufrir y esperar.
Por eso yo creo que es urgente y necesario que el Presidente vaya evaluando toda una serie de medidas democráticas: nacionalización REAL de la industria petrolera, nacionalización de la grande industria, incluso de la banca que en manos privadas es un gran peligro de cara al futuro. Serían tres golpes duros que radicalizarían el proceso, que harían avanzar la revolución realmente. También es urgente que se tomen medidas en los medios de comunicación. Por ejemplo hay gente en la Asamblea Nacional que está intentando consensualizar la ley de Responsabilidad social en la Comunicación con los dueños de los grandes medios. Pero yo creo que esto no es posible, no hay nada que consensualizar porque los intereses de los dueños son diametralmente opuestos al derecho a la información democrática de la gente. La Asamblea Nacional debería aprobar la Ley y no negociarlas con los dueños. Si no es así, eso va a ser un maquillaje sin resolver el problema de la democratización de los medios de comunicación.