¡Presidente Maduro, escuche a los trabajadores! ¡Ningún cierre de tiendas! ¡Ninguna destrucción de empleo! ¡Ninguna desmejora!

Tras las dos movilizaciones protagonizadas por los trabajadores de Abastos Bicentenario (19 y 24 de Febrero), el presidente Nicolás Maduro aclaró que él personalmente garantizaba la estabilidad en los empleos. El Viceministro de la Presidencia, César Trómpiz, acudió a la segunda de estas marchas a recibir las propuestas de los trabajadores y reiteró su compromiso y el del Presidente con la inamovilidad y estabilidad laboral de los trabajadores. Esto fue visto como un primer paso adelante por los trabajadores.

En ese diálogo se planteó establecer mesas de trabajo. Los trabajadores presentamos propuestas concretas para mejorar la eficiencia de la red, mantener los 9000 empleos y las 45 tiendas abiertas y garantizar el control obrero y la soberanía alimentaria. Lamentablemente, desde entonces la actuación de la Presidencia de la Red de Abastos Bicentenario (RABSA) ha sido la de acosar a los trabajadores, plantear diferentes desmejoras laborales (cambios arbitrarios de horarios, amenazas y acoso contra representantes de los trabajadores, intentos de dividir y enfrentar a unos trabajadores con otros utilizando medidas como la reapertura los domingos pero planteándola con criterios discriminatorios, etc) Finalmente, el Presidente de RABSA Pedro de Freitas ha presentado un plan que, de no ser frenado por la intervención del gobierno y la propia presión de los trabajadores, supone cerrar a corto plazo 10 de las 45 tiendas y podría significar una reducción significativa de puestos de trabajo. Las 10 tiendas que se plantea cerrar agrupan a 1200 de los 9000 trabajadores que integramos RABSA.

El cierre de tiendas es un ataque a los trabajadores y vulnera el legado de Chávez y el Plan de la Patria

Este plan ha causado conmoción e indignación entre los trabajadores y sus familias ya que, de ejecutarse, representa un primer golpe al futuro de RABSA tal como la concebimos Chávez y los trabajadores cuando fue creada, y a la revolución en materia alimentaria pues viola directamente varios objetivos estratégicos del Plan de la Patria que nos legó el comandante.

El punto 1.4. 6.1 del Plan de la Patria plantea como objetivo estratégico "Expandir las redes de distribución socialista de alimentos, tales como Mercal, Cval, Pdval, Bicen­tenario" Con la medida presentada por Pedro de Freitas, presidente de RABSA, este objetivo es claramente vulnerado y la Red de Abastos Bicentenario en lugar de expandirse y mejorar ve gravemente mermada su capacidad de atender y abastecer al pueblo venezolano. ¿A dónde irán a comprar las decenas sino centenares de miles de usuarios pertenecientes a la clase obrera y sectores populares que hoy encuentran productos a precios más económicos en nuestras tiendas si estas se cierran? El abastecimiento de esas comunidades que hasta hoy (siguiendo el legado del Chávez y los objetivos del plan de la patria) son atendidas por la red pública volvería a quedar en manos de las mismas empresas privadas de distribución que han saboteado la economía a lo largo de este proceso revolucionario y que llegaron a participar en el paro patronal de 2002. ¿No es esto un ataque directo al legado de Chávez? ¿A quién beneficia esta medida al pueblo o a las redes de distribución privadas, que aumentarán sus beneficios a costillas de la clase obrera y los sectores populares y podrán volver a sabotear la soberanía alimentaria cuando lo deseen?

Además de plantear el objetivo de que una red pública como RABSA se convirtiese en la principal red de distribución de alimentos y otros productos básicos del país, el comandante Chávez insistió una y otra vez en que el gobierno bolivariano y las empresas públicas venezolanas, a diferencia de lo que ocurre en los países capitalistas y bajo los gobiernos neoliberales, nunca harían pagar los platos rotos de la crisis a los trabajadores. Hoy nos encontramos con un plan por parte de la presidencia de RABSA que, despreciando todas las propuestas que le hemos presentado los trabajadores (apertura de libros de cuentas e inventarios a la inspección de los trabajadores, junto a colectivos populares, consejos comunales, etc. para conocer la situación exacta de cada tienda y debatir como mejorarla), plantea una estrategia que en poco se diferencia de la que utilizan los empresarios y gobiernos neoliberales cuando quieren cerrar centros de trabajo y recortar empleo y derechos.

La presidencia de RABSA dice en su documento que los trabajadores de las tiendas cerradas que "deseen salir" discutirán individualmente las condiciones pero pone a los trabajadores ante un hecho consumado, publicando la lista de tiendas que serán inmediatamente cerradas, y negándose a abrir los libros de cuentas y discutir con los trabajadores como colectivo nuestras alternativas al cierre, ¿Acaso no es esta la misma táctica que suelen utilizar los empresarios privados cuando quieren desmoralizar y dividir a los trabajadores, anunciando que unos centros de trabajo serán cerrados y otros permanecerán abiertos para impedir una respuesta unificada de la clase obrera?

Según la empresa, esta reestructuración será reevaluada en un año y se garantiza el HCM y los derechos de los trabajadores de las tiendas cerradas que sean reubicados en otras tiendas por ese año. Esto significa, manejando la lógica capitalista utilizada para llevar a cabo este primer cierre de tiendas, dejar abierta la puerta a nuevos cierres de tiendas y reducciones de empleo.

¿Ceder a la presión de los capitalistas y burócratas o escuchar a los trabajadores?

La presidencia de RABSA argumenta (con criterios capitalistas) que estas 10 tiendas no son rentables. Dice que deben ser cerradas, entre otras cosas, porque se encuentran en centros comerciales y le cuestan dinero al estado. Pero ¿por qué no se abren los libros de cuentas a la inspección de los trabajadores y las comunidades para ver cuanto dinero entra y cuánto sale, donde se concentran los problemas financieros y como hacerles frente, si son rentables o no, y no desde el punto de vista capitalista sino socialmente? ¿Por qué, si el problema es su ubicación en centros comerciales privados, no se plantea el traslado de estas tiendas manteniendo los puestos de trabajo a otros espacios que no sean tan costosos, incluidos espacios y edificios públicos que pertenecen al propio estado y que hoy permanecen infrautilizados?

El argumento dado por la presidencia de RABSA es especialmente absurdo cuando una de esas tiendas que se plantea cerrar porque se encuentran en centros comerciales y cuestan mucho dinero es…!Parque Central! ¿Acaso RABSA o Parque Central han dejado de pertenecer al estado venezolano y no nos hemos enterado? ¿No es posible que los ministerios correspondientes se entiendan para que el servicio que hoy presta Abastos Bicententario en un espacio público como Parque Central se mantenga? ¿Qué diría de este despropósito el comandante Chávez?

En el caso de las tiendas que no se plantea cerrar en este momento, el plan es convertir varias de ellas en "tiendas por departamentos". Esto podría abrir la puerta tanto a la tercerización de determinadas áreas y actividades como a la privatización de las mismas. Además, se habla de revisar todo este plan de reestructuración en un año, lo que –viendo la lógica capitalista utilizada para diseñarlo y los criterios también profundamente capitalistas empleados para considerar rentables o no las tiendas- significa que nuevas medidas de cierre o reducciones de empleo no estarían descartadas.

¡En defensa del legado de Chávez, los derechos de los trabajadores y el Plan de la Patria!

Como trabajadores revolucionarios comprometidos con la defensa de este proceso revolucionario desde la llegada al gobierno de Chávez en 1999, que combatimos el golpe y el paro patronal y las guarimbas fascistas, que venimos luchando desde 2010 por hacer realidad el control obrero en RABSA y presentando propuestas concretas para acabar con la corrupción y la ineficiencia resultado de la gestión burocrática de la Red nos sentimos obligados a hacer oír nuestra voz y decir que los trabajadores de RABSA se sienten atacados y pisoteados en sus derechos y piden la intervención urgente del gobierno, empezando por el Presidente Nicolás Maduro, que escuche a su base social, los trabajadores, defienda el legado de Chávez, haga cumplir el Plan de la Patria y frene las medidas de cierre de tiendas, intento de recortar empleos y desmejorar a los trabajadores anunciadas por la Presidencia de RABSA

Chávez no sólo defendió que el gobierno bolivariano debía escuchar a los trabajadores y no tomar medidas contra estos, planteó en numerosas ocasiones que las empresas deberían estar dirigidas por los trabajadores. El Presidente Maduro ha reiterado en varias ocasiones su compromiso con la defensa de los derechos laborales, y repetido que la crisis económica no sería enfrentada en ningún caso cargando su peso sobre las espaldas de la clase obrera. Las medidas presentadas por el Presidente de RABSA significan un paso decisivo en la dirección contraria a estas ideas. ¿Puede el Presidente de una empresa pública tomar decisiones que contradicen los compromisos expresados por el gobierno a su base social? ¿Puede pasar por encima de objetivos recogidos en el plan de la patria, una propuesta de estado presentada al pueblo primero por el comandante Chávez y luego por el Presidente maduro y ratificada con los votos populares?

Como trabajadores revolucionarios llamamos a todos los sindicatos y delegados de prevención y al conjunto de trabajadores de RABSA a rechazar estas medidas y seguir movilizándonos de manera unitaria en defensa del proyecto original para la Red al que nos convocó Chávez, dirigiéndonos a los usuarios y al pueblo para que nos apoyen, combatiendo la campaña de calumnias contra los trabajadores orquestada desde distintos sectores capitalistas y burocráticos y presentando al Presidente Nicolás Maduro, al resto de la clase obrera y al conjunto del pueblo las siguientes propuestas:

1. -Reapertura inmediata de todas las tiendas todos los días de la semana

2-Ninguna reducción de empleo ni desmejora en los derechos o salarios de los trabajadores

3 -Rectificación de la decisión de convertir las tiendas en centros de acopio. Venta directa al pueblo de todos los productos, empezando por los regulados

4-Apertura de libros de cuentas e inventarios al control de los trabajadores, consejos comunales y usuarios para impedir el desvío de mercancías y la corrupción.

5-Elegibilidad y revocabilidad de todos los gerentes y que ninguno cobre mas que un trabajador cualificado

6- Gestión de RABSA por los trabajadores para derrotar la corrupción y el burocratismo.

7- Plan de inversiones del estado para recuperar todas las máquinas e instalaciones deterioradas

¡Defendamos el legado de Chávez, el Plan de patria y los derechos de los trabajadores de RABSA y las demás empresas públicas frente a la ofensiva contrarrevolucionaria, tanto la que viene de la derecha como la que intenta llevar a cabo la burocracia que se disfraza de bolivariana!

¡Que la crisis la paguen los capitalistas y burócratas, no los trabajadores y el pueblo!

Trabajadores de Abastos Bicentenario de la Corriente Marxista Revolucionaria

Si quieres conocer la realidad de los que ocurre en Abastos Bicentenario, las propuestas y denuncias que los trabajadores han venido realizando a lo largo de todos estos años sin que la Presidencia de la empresa y el Ministerio de Alimentación les hayan escuchado visita "Defensores de la Red de Abastos Bicentenario"


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