Esto entra en contradicción con la experiencia de casi todo el mundo. No es necesario ser licenciado en estadística para ver que el dato es falso. Basta con ver qué duraban mil durillos antes y ahora.
¿Qué ha pasado? Las primeras explicaciones de los expertos se basan en que la estadística es más fiable que nuestra percepción subjetiva. Pero entremos en cifras concretas.
El INE elabora un índice cada mes, el famoso IPC, que es el que se toma como referencia para medir en cuánto suben los precios.
La primera manipulación consiste en el cambio de sistema para elaborar este índice, justo cuando entra en vigor el euro. Cualquiera estará de acuerdo en que si se desea medir un efecto tan importante como la entrada del euro, lo que no hay que hacer es cambiar el sistema de medir, porque de esta forma se producirán distorsiones que nada tienen que ver con la realidad y sí con el cambio de sistema. Es un intento consciente para ocultar el efecto del euro sobre la inflación.
La medición del INE no es la única. Un organismo tan poco sospechoso de estar preocupado por las economías de los trabajadores como el servicio de estudios del BBVA ofrece otros datos: ha habido un incremento del 0.9% en enero siguiendo el sistema antiguo de elaboración del índice, y lo más llamativo: un 0.3% con el nuevo sistema, contradiciendo al gobierno. La OCU ha elaborado otro, basándose en los productos de mayor consumo y resulta que los precios crecen un 1.6%. Esta es la segunda manipulación. El propio gobierno ofrece el dato, una semana después de publicado el primero, que siguiendo el sistema antiguo los precios crecieron un 0.7%. Al final está claro: los precios subieron y no bajaron en enero, pero el índice "oficial" dice que bajaron.
Cómo se elabora el índice
El índice se elabora tomando una cantidad de artículos fijos de consumo (actualmente 484) y midiendo su variación, atribuyendo a cada uno un peso determinado (en tanto por mil). Hasta los años 90 la muestra era tomada en artículos de consumo de familias medias. Ahora se toma de cualquier hogar.
Lo importante es saber no sólo la cantidad de aumento, sino cómo afecta a cada artículo.
Tomemos un ejemplo. Las llamadas telefónicas han bajado. Pero la mayoría pagamos más en cada recibo. ¿cómo es posible? Sencillo: ha subido la cuota mensual, que pagamos todos y las llamadas locales, las que realizamos la mayoría. Han bajado las nacionales e internacionales. A una empresa que facture millones en llamadas telefónicas, una subida por línea de 1.000 pta de cuota no le supone nada comparado con los miles de euros que ahorra con la bajada de las internacionales, mientras que para un hogar normal la subida es muy importante. La media dará que la telefonía ha bajado de precio, y el índice de precios bajará, aunque para la mayoría suponga un incremento. Hay que explicar por tanto, no sólo el resultado final, sino a qué se debe.
El actual índice
En él se encuentra la tercera manipulación. El cambio consiste en cambiar el peso que tenían los artículos en el índice final, además de introducir otros nuevos como la comida rápida (hamburguesas y pizzas) y la telefonía móvil. Además, introducen como bajada de precios las ofertas y las rebajas. Esto último es particularmente escandaloso. Así las "prendas de señora han bajado un 9%", por ejemplo.
¿Significa esto que las prendas textiles han bajado de precio? Evidentemente no, pasadas las rebajas volverán a su precio normal. En todo caso, si deseamos medir las prendas en rebajas, deberíamos hacerlo comparando con los precios del año pasado. Si un supermercado hace una oferta en un producto, tampoco significa que haya bajado ese producto.
Los artículos que han bajado su peso en el IPC han sido la vivienda, de un 102.8 por mil a un 37.19 por mil. ¿Es que el precio de los alquileres o de las hipotecas suponen un 37 por mil de los salarios de una familia normal?
El transporte pasa de un 138 por mil a un114. ¿viaja menos la gente en autobús para bajar su peso? El transporte urbano en autobús sube un 6.3% según la OCU. Sin embargo, sube el peso del vestido, precisamente el que baja, por efecto de las rebajas, con lo que se multiplica su efecto.
En resumen alguien que gaste la mayor parte de su sueldo en alquiler, llenar el carro de la compra, transporte y ocio (ha subido, por ejemplo el cine) no está en absoluto representado. Para él los precios aumentan, a pesar de que baje el IPC.
La manipulación del IPC no tiene efectos propagandísticos solamente. Se toma como base para fijar las pensiones, convenios, etc. Recientemente los sindicatos firmaron el ANC, según el cual el IPC elaborado por el INE era el único válido y que renunciaban a realizar uno alternativo. A las primeras de cambio, el gobierno comete una manipulación flagrante. Los sindicatos deben elaborar un índice propio, con criterios claros, de cómo afecta a la clase obrera la subida de precios de forma independiente. Tienen los medios y los técnicos suficientes para ello. Así se podría combatir con datos científicos y fiables la propaganda del gobierno Y ofrecer una alternativa económica de clase.