En 1927 fue destinado al cuerpo consular chileno, con destino en Rangún (Birmania) donde permanecerá cinco años. El desarraigo, el extrañamiento y la soledad del poeta en el continente asiático, tendrá su reflejo en Residencia en la tierra (publicada en dos partes en 1930 y 1935), obra surrealista de las mejores de Neruda, donde mezclando lo real y lo imaginario, lo abstracto y lo concreto, nos ofrece la visión de un mundo caótico donde el futuro del hombre es incierto.
La superación de esta etapa en la vida y obra de Pablo Neruda se hará por la vía de su toma de conciencia revolucionaria. Nombrado cónsul de Chile en España en 1934, trabará amistad con los poetas de la “generación del 27”: Lorca, Alberti, Aleixandre… También lo hará con Miguel Hernández.
En 1935 funda y dirige la revista Caballo verde para la poesía, cuyo manifiesto inicial, “Sobre una poesía sin pureza”, es una clara ruptura con la idea del arte desligado de la vida real. Su estancia en España durante el período revolucionario marcaría profundamente la trayectoria vital de Neruda, como ya es claro en su libro Tercera residencia, al que sigue en 1937 España en el corazón, donde canta al pueblo revolucionario.
Miembro del Partido Comunista Chileno, es senador por el mismo entre 1945 y 1948.
En 1950 publica Canto general, extenso poema épico-social donde nos habla de la geografía y de los pueblos de América, de sus avatares históricos, como la conquista por los españoles y la terrible herida que produjo, de la miseria y la explotación a que son sometidos, apostando al final por un futuro de esperanza.
En 1960 publica Canción de gesta, homenaje a la revolución cubana, habiendo dado a la imprenta en años anteriores, Odas elementales y Cien sonetos de amor, entre otras.
Siendo embajador en Francia en 1971, recibió el Premio Nobel. Regresó a Chile, gravemente enfermo, falleciendo en 1973, en medio de las trágicas circunstancias del golpe de Estado de Augusto Pinochet contra Salvador Allende. A título póstumo se publicaron sus memorias Confieso que he vivido.
A pesar de que Pablo Neruda apoyó incondicionalmente la política contrarevolucionaria de Stalin y jamás levantó su voz contra los juicios y asesinatos de comunistas a manos de los estalinistas, su obra ocupa un lugar excepcional en el panorama de la literatura en lengua castellana en el siglo XX. Puso la alta calidad de su poesía al servicio de los humillados y ofendidos, de cuantos nada tienen.