Luchemos por un plan de choque que ponga toda la riqueza en manos de los trabajadores y el pueblo
La tremenda crisis sanitaria, social y económica que sufrimos esta poniendo de manifiesto el carácter absolutamente decadente y reaccionario del sistema capitalista y la incapacidad de la respuesta de los gobiernos burgueses en todo el mundo. Las medidas que están tomando consisten en aprobar paquetes de estímulo de miles de millones de dólares para los grandes bancos y empresas y permitirles despedir a millones de trabajadores mientras se niegan los recursos necesarios para garantizar hospitales, material sanitario, pruebas de diagnostico de la enfermedad suficientes y un plan que permita combatir con efectividad la pandemia, garantizando la salud, el empleo y los derechos de los trabajadores y el pueblo.
Con medidas capitalistas y burocráticas no se puede hacer frente a esta crisis
Los gobiernos capitalistas hablan de una guerra de todos contra el virus pero como en todas las guerras que provoca este sistema los primeros en pagar las consecuencias somos los trabajadores y las trincheras se llenan con nuestros muertos. Un ejemplo especialmente escandaloso de ello lo vemos precisamente en el país más poderoso del planeta: EEUU.
La crisis del coronavirus esta poniendo en evidencia ante millones de personas la total decadencia y parasitismo del imperialismo estadounidense y el carácter criminal del gobierno de Donald Trump. En la principal potencia capitalista, la privatización y los recortes, empezando por la ausencia de un sistema público de salud, están condenando a miles de trabajadores a la enfermedad y la muerte. Mientras, Trump y sus amigos de las grandes corporaciones solo piensan en proteger sus beneficios.
¡Abajo el bloqueo asesino de Trump y Guaido contra el pueblo de Venezuela!
Ese mismo gobierno al servicio de las grandes corporaciones que deja totalmente desprotegidos a los trabajadores estadounidenses ante la pandemia ha decidido mantener e incluso intensificar el bloqueo económico contra el pueblo venezolano ¡Todo les vale a estos criminales para defender sus intereses imperialistas! Esperan que el bloqueo, que impide al estado venezolano acceder a millones de dólares correspondientes a las exportaciones de petróleo y otros bienes que le pertenecen, provoque un agravamiento de esta crisis sanitaria en Venezuela y les sirva para revivir a la moribunda oposición de derecha y ultraderecha.
Guaido y el resto de oligarcas de la derecha venezolana vuelven a mostrar su desprecio por los oprimidos y su carácter de lacayos del imperialismo, como ya lo hicieron en los fulanos intentos de supuesta ayuda humanitaria. Mientras apoyan el bloqueo asesino y todos los ataques y agresiones de Trump, intentan rentabilizar políticamente el sufrimiento de millones de personas y se frotan las manos esperando el colapso de las medidas capitalistas y burocráticas con que está respondiendo a la crisis el gobierno de Nicolás Maduro. Estas medidas que están en las antípodas de las aplicadas bajo los gobiernos de Chávez en otras situaciones de crisis intentando responder a las masas.
Una primera tarea de los activistas de izquierda en Venezuela y en todo el mundo es denunciar el mantenimiento e intensificación del criminal bloqueo del imperialismo estadounidense contra el pueblo de Venezuela y exigir el levantamiento del mismo. Junto a ello hay que denunciar que los gobiernos de la Unión Europea (incluidos gobiernos que se declaran de izquierdas como el gobierno de coalición PSOE-Unidos Podemos en el Estado español o el gobierno portugués) así como la mayoría de gobiernos latinoamericanos, siguen manteniendo una actitud de complicidad con este bloqueo que, en plena crisis sanitaria, podría provocar un desastre humanitario de grandes proporciones.
Los gobiernos latinoamericanos ante la crisis
Ante este panorama internacional de bancarrota total del sistema capitalista, los gobiernos latinoamericanos, incluidos aquellos que se declaran progresistas o de izquierda pero aceptan el capitalismo como único sistema posible, están reproduciendo las mismas respuestas que han facilitado la extensión de la pandemia. AMLO (presidente de México) decía el domingo “salgan, yo les avisare cuando no se puede salir, yo les voy a decir cuando no salgan”, mostrando toda la irresponsabilidad posible. El reaccionario ultraderechista Bolsonaro, mostrando su desprecio por el sufrimiento de la mayoría de la población considera toda la crisis como "histeria" y habla de "una gripe más". Todo esto cuando Brasil y México tienen el 60% de los casos confirmados en toda la región.
Los gobiernos de Venezuela, Colombia o Argentina han llamado a una cuarentena obligatoria. Pero esto no sirve de nada si se mantienen las condiciones de miseria, explotación laboral, economía informal que obligan a millones de trabajadores a tener que salir a la calle cada día para conseguir el sustento de sus familias. Y si, además, el sistema productivo, incluidas las clínicas privadas y las industrias clave para producir el material necesario para combatir la pandemia, siguen en manos de capitalistas que solo buscan su beneficio.
Bajo este panorama, y con unas cifras y curvas de estimación que dicen que el impacto puede ser muy parecido o incluso peor a lo que está ocurriendo en Europa ¿Como es posible afrontar esta crisis? ¿Bastarán medidas como las que está planteando el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela para contener el virus?
Los precios del petróleo en mínimos históricos
Para la fecha en que se escribe este artículo, el precio del petróleo ha caído a un tercio del valor que tenía hace menos de un mes. Según expertos pudiera caer incluso a menos de 10$ o un barril de “costo cero". El desplome de los precios petroleros es inevitable si tenemos en cuenta que hay "petróleo de sobra”, ya que a nivel internacional el aparato productivo se ha detenido. ¿Esto que nos dice? ¿Será una prioridad las vidas humanas antes que las grandes fortunas?
Viendo el carácter totalmente parasito de la burguesía, como han actuado tanto los empresarios venezolanos como los extranjeros durante los últimos años y décadas en Venezuela, especulando con el sufrimiento y la miseria de los trabajadores y el pueblo, la respuesta es evidente. De hecho, ya en estos momentos vemos a cadenas de distribución como Farmatodo y otras, especulando con los precios de tapabocas, medicinas, productos de higiene personal necesarios para prevenir el contagio, alimentos, etc. Y esos mismos empresarios son los que piden (y reciben) medidas de apoyo del gobierno para mantener sus beneficios mientras se preparan para cargar una vez mas las consecuencias de la crisis sobre los trabajadores.
La crisis del coronavirus se ceba en los trabajadores y el pueblo
La respuesta del gobierno de Nicolás Maduro y de la burocracia del Estado está siendo la misma que ha dado a la crisis económica durante los últimos años: ceder a la presión de los empresarios, buscar acuerdos con ellos abandonando las políticas sociales y medidas progresistas y antiimperialistas que tomaron los gobiernos de Chavez respondiendo a la movilización de las masas.
Ningún trabajador venezolano puede comprar comida para más de una semana, la mayoría lo hace para un par de días. Incluso a pesar que muchas familias se sostienen con la ayuda de remesas, estas se están viendo ya afectadas por la crisis económica mundial y serán aún más golpeadas en los próximos meses, provocando una nueva reducción de ingresos para muchas familias y el retorno de miles de emigrantes, como ya se observa en las fronteras. El sueldo de un trabajador no alcanza, ni en esta crisis ni en la situación previa, para llenar un carrito de compra. Este panorama se ha intentado resolver con las cajas de comida (CLAP), pero estas no llegan al conjunto de la población. Según distintas fuentes apenas lo hacen a un 20% y además no cuentan con proteínas suficientes y carecen totalmente de productos como artículos de higiene personal imprescindibles para afrontar esta crisis sanitaria.
Otra medida anunciada por el Estado, como "absorber” el pago de la nómina, en las condiciones específicas de Venezuela resulta totalmente insuficiente. A causa de la hiperinflación existente, nadie vive del sueldo. Todos los trabajadores y trabajadoras cobramos bonos por asistencia o producción y la fuente principal de ingresos la constituye la economía informal y el “resuelve diario”. Así que no es solución prometer el pago de un salario que a duras penas alcanzará para comprar un tapaboca al mes.
Toda esta situación puede agravar los problemas de desabastecimiento para amplios sectores de la población, ya sea porque falten productos o por la imposibilidad de hacer frente a sus precios, lo que podría provocar motines o saqueos.
Las políticas capitalistas del gobierno empeoraran los efectos de la pandemia
Mientras faltan recursos en la sanidad pública, se obliga a trabajadores de empresas consideradas esenciales como PDVSA, el sector salud, transporte y otras a laborar sin medidas de seguridad suficientes que protejan su salud frente al virus COVID-19.
Como parte de su abandono de cualquier perspectiva socialista y antiimperialista, Maduro anuncio la solicitud de un préstamo al FMI, un camino que solo agravaría el desastre. Contraer una deuda con el FMI significaría someterse a las condiciones draconianas de este organismo imperialista, que son bien conocidas en la región. Como era de esperar, el FMI ha negado este préstamo siguiendo los lineamientos del imperialismo estadounidense de mantener el bloqueo.
A pesar de este resultado, el gobierno sigue buscando la colaboración de la burguesía nacional e internacional, en lugar de abordar las carencias del sector sanitario y del pueblo pobre nacionalizando las clínicas privadas bajo control obrero y nacionalizando la banca y las grandes empresas para destinar los enormes beneficios acumulados por estos parásitos durante años a un plan de emergencia para hacer frente a esta crisis.
Si los millones de dólares acumulados por los banqueros, los grandes grupos empresariales como la Polar y el resto de la clase dominante (tanto los empresarios tradicionales como los burócratas que se han convertido en burgueses durante los últimos años) fuese puesto bajo la gestión directa de los trabajadores sería posible aplicar un plan de emergencia para combatir de manera efectiva la pandemia y defender la vida, la salud, el empleo y los ingresos de los trabajadores y el pueblo.
Mediante un Comité Obrero y Popular de Emergencia estructurado de forma local y regional, con voceros elegibles y revocables inmediatamente de manera democrática en asambleas de trabajadores y comunidades, se podría llevar a cabo un plan de inversión drástico, rígido y disciplinado en la recuperación del sistema sanitario del país y de aquellas industrias que puedan ser reconvertidas para producir bienes esenciales para combatir la enfermedad (tapabocas, guantes, productos de higiene personal, etc), rindiendo cuentas periódicamente ante el pueblo.
Esta acción podría frenar el virus, derrotarlo y prepararnos para próximos acontecimientos como los intentos de cargar los efectos económicos de la crisis sobre los trabajadores. También seria el mejor modo de abordar seriamente y salir de una vez del colapso económico que sufre la economía venezolana.
Pero lo que estamos viendo por parte del gobierno es todo lo contrario. Un discurso aterrador y manipulador que busca aprovechar las intenciones criminales de la derecha y el bloqueo asesino del imperialismo para justificar la concentración de cada vez más poder en manos del ejército y la burocracia estatal. Este poder hoy se justifica contra la violación de la cuarentena, cualquier "foco de violencia", como lo dicen, preparándose para ese posible escenario de motines y saqueos provocados por la miseria, imponiendo una "normalidad vigilada” que también puede ser empleada para reprimir la lucha de los trabajadores y el pueblo cuando se nos intente hacer pagar los platos rotos de esta crisis.
Organización de los trabajadores para luchar por un plan que haga frente a esta crisis
Desde Izquierda Revolucionaria proponemos a las organizaciones de izquierda asumir coordinadamente un plan de acción durante este periodo de cuarentena, tomando los números de teléfonos registrados de todos los trabajadores, líderes campesinos y comunal que se tengan, comenzar a llamar o enviar mensaje que orienten el desarrollo de construir una fuerza física sobre de las plataformas comunicacional que se tienen como Facebook, Twitter, Instagram, correo electrónicos, entre otros, dándolas a conocer y sumando la mayor fuerza obrera posible, que sirva en estos momentos para la formación y organización de una política sindical revolucionaria, con una orientación clasista de cómo enfrentar las agresiones empresarial y burocrática, a continuación presentamos algunas propuestas:
1. Promover por medio de la vanguardia obrera existente en cada organización sindical y centro de trabajo una plataforma unitaria para luchar por una alternativa frente a esta crisis que defienda la vida, la salud y los derechos del pueblo
2. Elaboración de un listado con nombre, teléfonos, dirección y correo electrónico de compañeros de trabajo, invitándolos a crear su propia plataforma local y agregarse a la nacional.
3. Llevar desde estas plataformas un seguimiento de la situación sanitaria, laboral y de seguridad e higiene en el trabajo de las empresas que estén productivas por necesidad comprobada, recopilar denuncias y desarrollar una acción de publicación masiva por las redes para denunciar cualquier ataque a los derechos o seguridad de los trabajadores por parte de capitalistas y burócratas.
4. Brindar orientación en defensa de los derechos contractuales y legales violentados igualmente en materia de salud y seguridad laboral.
5. Organizar desde la plataforma una fuerte campaña de exigencia inmediata de los aumentos de los salarios y bonos por encima del valor de la canasta básica, tomando en consideración el Índice del Precio al Consumidor (IPC) real que existe en la calle.
6. Orientar la creación de comités de lucha en centros de trabajo, por áreas o departamentos junto a directivos sindicales, delegados de prevención no patronales o líderes obreros y coordinen con la plataforma regional y nacional de las organizaciones obreras de izquierda.
7. Exigir al gobierno un verdadero cumplimiento de la cuarentena en todas las empresas públicas y privadas que lo amerite para frenar el virus con efectividad, tomando las medidas de inspección nacional de todos los centros de trabajo, apoyándose de los delegados de prevención y el instituto nacional de prevención de la salud y seguridad en el trabajo, brindando toda la protección necesaria, insumos y herramientas para el abordaje de empresa por empresa y garantizando ingresos suficientes a los trabajadores y el pueblo para poder mantener la cuarentena ¡la Salud y la vida no se negocia!
8. Exigir al gobierno el cumplimiento inmediato de la distribución de alimentos incluyendo proteínas y artículos de limpieza para el pueblo pobre trabajador, organizado con participación directa de los trabajadores, a través de sus áreas de trabajo o domicilios para evitar la corrupción. Ya que la cuarentena traerá consecuencias dramáticas a las finanzas de las familias trabajadoras.
9. Exigir la publicación inmediata de las listas de clínicas privadas que deben recibir a los afectados los cuales deben estar coordinadas por comité de trabajadores (con voceros elegibles y revocables de médicos, enfermeros, personal obrero y delegados de prevención) del centro hospitalario y comunidades organizadas adyacentes a las cuales el estado debe garantizar la protección requerida para el cumplimiento de su funciones en hacer seguimiento y control efectivo en la atención de cualquier caso presentado o el manejo de algún medicamento proporcionado sin costo por el gobierno. Si cualquier clínica o empresa privada se niega a que sus recursos sean utilizados para combatir la pandemia debe ser expropiada sin indemnización y puesta bajo gestión de los trabajadores y el pueblo.
En definitiva, creemos que, desde las plataformas de las diferentes organizaciones, se tienen los medios para presentar un plan drástico y fuerte en beneficio de la población más pobre y trabajadora. Cómo respuesta a las nefastas políticas del gobierno de darle más recursos y privilegios a la burguesía, que es parte de los responsables junto al imperialismo EEUU de la crisis que enfrentamos en el país.
Ahora más que nunca se ve la necesidad de luchar por un sistema público nacional de Salud que cumpla con las condiciones que necesitamos los Trabajadores en Venezuela. Recuperación de las infraestructuras, los equipos técnicos, insumos, la contratación inmediata de personal de salud bien remunerado, no es un lujo es una prioridad. Con un sector farmacéutico socializado al servicio del pueblo y bajo el control de los trabajadores.
¡Debemos alzar la voz y decir no! Ni un dólar para los empresarios ni las mafias burocráticas. Todo el sector financiero debe ser nacionalizado bajo administración directa de los trabajadores y el pueblo para poner esos recursos al servicio de la lucha contra la pandemia, la hiperinflación y el desabastecimiento-. No dejemos que digan, que esta o cualquier otra medida revolucionaria es una “locura”. Al contrario, locura es dejar que el mundo sea gobernado por quienes nos lleva a la ¡barbarie!. Un nuevo orden mundial, es más que un sueño, es una necesidad.