Por la bioseguridad y protección de la salud
Por un salario por encima de la cesta básica
Por la gestión directa de los trabajadores del sistema de salud público, sin burócratas
Izquierda Revolucionaria (IR), organización política que participa en el Frente Nacional de Lucha de la Clase Trabajadora del Estado Anzoátegui (FNLCT-Anz), se solidariza con los trabajadores del sector salud, principalmente con los casos de trabajadores contagiados con la COVID19 a nivel nacional. Mantenemos nuestro respaldo al personal que se encuentra diariamente arriesgando sus vidas en la lucha contra está pandemia.
Es inaceptable la ineficiente actitud del Ejecutivo Nacional y principalmente de los responsables en el Ministerio de Salud. Ha quedado en evidencia que, transcurridos tres meses de la cuarentena, todavía no se han tomado medidas concreta ni llevado acabo la orientación correspondiente para garantizar la seguridad y salud laboral de los trabajadores del sector salud y sus familiares. Ahora se pretende manipular mediáticamente la situación de contagio, trasladando la responsabilidad a los trabajadores, cuando la verdad es que las autoridades (Ministerio y Militares) han limitado los suministros de implementos de protección y bioseguridad a los centros médicos hospitalarios. Igualmente denunciamos el desprecio que tiene el imperialismo, la derecha y ultraderecha hacia la vida de los trabajadores y sus familiares, siendo un obstáculo criminal más, que pueden llevar a riesgos mayores y catastróficos a los trabajadores y al pueblo humilde frente a la pandemia.
En estas últimas semanas hemos visto el aumento de infectados por el virus, mayormente son ciudadanos que emigraron de Venezuela y ahora regresan. A parte también están los casos de transmisión comunitaria, surgidos dentro del país. Este último es alarmante, porque a pesar de que por los momentos siguen siendo pocos, se debe considerar que en muchos casos de trata de pacientes asintomáticos, contagiados en los propios centros de atención de salud y entre los que se encuentran médicos y enfermeros (as). Éstos pudieron haber propagado la enfermedad a sus familiares y a un número considerable de personas en sus comunidades, algo que escapa del seguimiento limitado, y en muchos casos sólo buscando el impacto mediático de la foto, que lleva la burocracia y el cual no ha querido profundizar.
La situación se puede complicar en las próximas, ahora que el gobierno anunció la flexibilización de la cuarentena en nuevos sectores de la economía. Hay que tener muy en cuenta que la que se mantuvo durante estos tres meses fue apenas medianamente restringida. El Ejecutivo Nacional no ha podido brindar una solución real (más allá de las mínimas y limitadas ayudas sociales) en lo económico, generando el aumento de trabajadores informales que se han visto obligados a salir de sus casas en búsqueda del rebusque diario para alimentar a sus familiares. A esta situación se le puede sumar que, con la reactivación de los bancos, muchos adultos mayores intentarán cobrar sus pensiones que no han podido usar para cubrir necesidades durante todo este período por los problemas de la falta de plástico para reponer las tarjetas o tarjetas vencidas, etc. Por otro lado está la asistencia de trabajadores a sus labores desesperadamente (por evitar ser despedido, poder comprar alimentos, pagar alquiler, cubrir gastos de algunos servicios públicos, etc) en búsqueda de obtener aunque sea un miserable salario y preservar el puesto de trabajo.
También está el escenario de la falta de supervisión de los Organismos que deben garantizar la salud y seguridad de los trabajadores por el Estado, como son el INPSASEL o la Inspectoría del Trabajo, los cuales no han estado activos más que en lo propagandístico, mostrándose el Ministro del Trabajo por televisión visitando tres empresas. Con todo esto nos prpreguntamo ¿qué pasará con la nueva apertura de empresas y las inspecciones? El gobierno tampoco habla claro sobre las normas de protocolos y bioseguridad. Se puede ver actualmente que los comercios en la mayoría de los sectores populares así como supermercados, frigoríficos e incluso farmacias ya han relajado las condiciones mínimas de seguridad que tuvieron en algún momento. Esto a pesar de ver como aumenta la aglomeración de ciudadanos para comprar alimentos, gas y agua potable e incluso con el suministro de gasolina.
El Gobierno, en su afán de mostrarle a la burguesía su buena voluntad de gestionar la crisis del capitalismo, permite disimuladamente las irregularidades de los empresarios que obligan a los trabajadores tener que asistir a sus centros de trabajo. La clase trabajadora se encuentra ante un horrible panorama de luchar por su vida. Las condiciones los colocan entre la espada y la pared, entre tener que decidir arriesgarse a la infección de la Covid-19 o salir a la batalla diariamente por conseguir como alimentarse. No nos queda otro camino que organizarnos y luchar contra el imperialismo, la burguesía y la burocracia corrupta.
Por eso hacemos un llamado a los trabajadores de la salud a avanzar en esta batalla impulsando la organización de grupos de trabajadores de este sector en todo el país, elegidos en asambleas de trabajadores y a constituirse en comités de lucha contra la Covid-19 y las condiciones de vida miserable que se sufren. Por una calidad de vida digna y un salario por encima de la canasta básica, ajustado automáticamente cada vez que aumenten la inflación o el precio del dólar. Se puede promover la planificación y coordinación de un gran Tuitazo Nacional y otras actividades exigiendo a la burocracia del Gobierno el cumplimiento con la dotación de los insumos de protección y bioseguridad para los trabajadores del sector salud, entre otras necesidades, y extendiendo el llamado al pueblo de solidaridad con los trabajadores de este sector.
Por eso hacemos un llamado a las y los trabajadores a asumir esta organización en todos los sectores de forma independiente de la burocracia. Ya la lucha no es tan solo contra la miseria salarial y por la alimentación de nuestra familia. Ahora es también por nuestras vidas ante esta pandemia y la precaria atención de la burocracia del Gobierno. Debemos unir nuestras fuerzas y extender estas medidas de Organización y lucha, uniéndolas a un programa de gobierno realmente para los trabajadores y el pueblo humilde:
1. Contratación y capacitación inmediata de profesionales sanitarios (médicos, enfermeros/as, investigadores, técnicos, personal de apoyo, ambulancia,...) para hacer frente a esta crisis. Apertura de todas las instalaciones hospitalarias públicas; refuerzo y ampliación de los CDI, Barrio Adentro y compra de material médico y quirúrgico necesario. Coordinación de los recursos a escala estatal con un plan centralizado, bajo la dirección directa de los trabajadores, en consejos de trabajadores y/o comités de gestión, sin la intervención de la burocracia del Gobierno.
2. Ninguna restricción a la libertad de expresión, manifestación y organización. Formación de comités de personal sanitario, usuarios y delegados sindicales y delegados de prevención de la salud y seguridad laboral en los centros hospitalarios para controlar la calidad de la atención médica y poder reclamar los medios necesarios.
3. Aprobación urgente de un decreto ley para que el Estado tome el control de toda la red de sanidad privada, de sus recursos humanos, infraestructura y equipos técnicos, para que atiendan de forma gratuita a todos los enfermos de la Covid-19 y cualquier otra enfermedad, garantizando todas las pruebas y los medios para su hospitalización y curación.
4. ¡Nacionalización del sector farmacéutico ya! ¡Gratuidad de todas las medicinas necesarias para enfrentar al Covid-19 cualquier otra enfermedad! Ninguna asignación de divisas al negocio de la sanidad privada.
5. Implantación de un monopolio estatal del comercio exterior mediante una empresa gestionada directamente por la población y trabajadores, bajo comités de fábrica elegidos por medios de asamblea generales, sin privilegios y con un salario igual al de un trabajador calificado y que rindan cuenta periódicamente de las compras internacionales, distribución y seguimiento.
6. Ningún despido más en las empresas. Reactivación del aparato productivo. ¡Que los empresarios pongan su parte de todos los beneficios acumulados estos años! ¡Que se devuelva el dinero que se llevaron de la fuga de divisas patronales y bancarios!
7. Reducción por ley de los precios de los productos fundamentales para la vida diaria de las familias trabajadoras y persecución contundente a la especulación. ¡Basta de que las grandes cadenas de supermercados y las multinacionales del sector alimentario se hagan ricos a nuestra costa, tanto por las vías legales como ilegales (especulación de precios, desabastecimiento, etc).
8. Nacionalización de la banca para poner los recursos gigantescos del sector financiero al servicio de las necesidades sanitarias y sociales. Esta es la única forma efectiva de luchar contra el desempleo y la pobreza a la que los responsables de las instituciones económicas internacionales y los Gobiernos a su servicio nos empujan.
9. Debemos prepararnos para impulsar movilizaciones de masas de los trabajadores, la juventud, las comunidades, para defender las reivindicaciones que pueden enfrentar esta crisis sanitaria, social y económica en nuestro favor.