El retroceso en los servicios públicos cada día es peor y los efectos son catastróficos. Un caso muy claro y dramático de esto es el que vemos con el gas doméstico. Los trabajadores vivimos un viacrucis para poder adquirir las bombonas de gas, a través de largas colas en las madrugadas que debemos realizar en los centros de carga y distribución. Nos arriesgamos a trasladar en transporte públicos las bombonas para llegar a los sitios de ventas a pesar del rechazo y peligro que genera en los carros y autobuses. Los transportes de las empresas del gas son insuficientes y presentan ineficiencia con el suministro directo a las casas. Muchas familias obreras tienen meses sin poder comprar el producto y han tenido que optar por volver a cocinar con leña. A toda esta situación se suman los altos costos, incluso en dólares, de las ventas particulares.
Se ha considerado que nuestro país tiene la mayor reserva de petróleo del mundo y se encuentra entre los principales generadores de gas libre. Sabemos que son las dos vías por la cual se puede obtener el vital servicio del gas doméstico. Si el consumo nacional, según PDVSA GAS, asciende a 47 mil barriles diarios (MBD), demanda que para el 2017 era cubierta de la siguiente manera: 4 (MBD) de las refinerías nacionales y refinería de Curazao, 22 MBD que se deducen han sido extraídos del gas asociado a la explotación de petróleo y gas natural de los campos petroleros de la ciudad de Anaco, es incomprensible para nuestra nación que de aproximadamente un siglo de trabajo con este recurso mineral todavía sigamos importando 21 MBD, en las actuales circunstancias en las que estamos sometidos al saboteo de EE.UU. y la escasez.
Para nosotros los trabajadores, es evidente que detrás de todo esto se manejan intereses de sectores privados de capital internos y externos, que históricamente se han enriquecido con el manejo de este recurso mineral, junto a la corrupción de las burocracias que han gobernado. Un ejemplo fue el proyecto GLP que les generó a estos sectores máximas ganancias con mínima inversión, deteriorando el servicio de distribución de gas en la población. Lo cierto es que, durante todo este tiempo, se ha podido desarrollar en el país instalaciones de gas directo y superar lo que hoy en día representa el apenas 10 % de instalación de gas residencial, también conocido como gas directo. Pero ha prevalecido el interés de seguir manteniendo el 90 % del suministro de gas por bombonas, lo que genera mayores gastos al estado en el mantenimiento e importación de insumos, una vía por la cual los sectores corruptos justifican elevadas inversiones en divisas que terminan siendo desviadas a sus cuentas bancarias personales en el exterior.
Los trabajadores petroleros sabemos la importancia de este vital producto para nuestra población y hemos tenido la experiencia histórica desde el año 2002 de gestionar y levantar con nuestras propias fuerzas y capacidades la industria petrolera después del sabotaje petrolero. Lastimosamente, sufrimos un proceso de retroceso fatal, llevado adelante por los traidores, políticos y dirigencias sindicales, que generaron las condiciones para devolver nuestra PDVSA a manos de una administración corrupta y autoritaria. Con una verdadera gestión obrera y democrática de los trabajadores, se le hubiera podido exigir a las trasnacionales imperialistas de EE. UU, Rusia y China los intercambios necesarios para mantener operativas nuestras instalaciones y de forma que no tuviéramos que atravesar por el caos en que estamos viviendo. Por el contrario, con las condiciones actuales, los trabajadores que nos atrevemos a denunciar las irregularidades sufrimos agresiones y acosos constantes.
La política de acabar con el salario, del desconocimiento de los contratos colectivos y la pérdida de calidad de vida de los trabajadores de PDVSA y el pueblo pobre en general, las desmejoras en los servicios de salud, el desconocimiento de los enfermos ocupacionales, los despidos injustificados y jubilaciones arbitrarias contra los trabajadores luchadores, la represión física y el encarcelamiento de líderes revolucionarios, son algunas de las medidas violentas que están llevando a cabo los capitalistas y la burocracia del gobierno contra todos los trabajadores y, en especial, contra el sector de los servicios públicos, con el objetivo de debilitar nuestra moral y llevarnos a la privatización para intentar terminar de aplastarnos como fuerza obrera y política.
No podemos permitirles a estos lacayos corruptos y nuevos capitalistas que continúen con sus agresiones hacia el pueblo trabajador, PDVSA GAS COMUNAL, tiene el 100 % del control de la distribución del gas de bombonas, con un 56 % en forma directa y el otro 44 % a través de empresas privadas regidas mediante contratos de servicio. También poseen 65 plantas de llenado y 9 de manufacturas. Tenemos toda una infraestructura que estando gestionada directamente bajo el control de los trabajadores y no de burócratas, puede recuperar la calidad del servicio nuevamente, con un método de funcionamiento donde los que dirigen (jefes, gerentes, voceros, entre otros) estén sometidos a la elegibilidad y revocabilidad inmediata de las asambleas de trabajadores y comunidades organizadas, debiendo rendir periódicamente informe de su gestión, discutir y aprobar los presupuesto, inversiones, estructura de costo y gastos ante las asambleas de trabajadores. Del mismo modo, deben tener un salario igual al de un trabajador calificado, sin privilegio alguno. Teniendo como principal objetivo levantar y mejorar el servicio, junto con la participación protagónica de los trabajadores y comunidades, el proyecto de gasificación impulsado por el presidente Hugo Chávez Frías, el cual quedó en unos 230 mil hogares, no sólo puede ampliarse, sino llevarse hasta cada hogar de las familias trabajadoras de Venezuela.
Desde FNLCT planteamos el siguiente programa de lucha para la recuperación de nuestra PDVSA GAS COMUNAL:
1) Que el salario de todos y todas las trabajadoras esté por encima de la Canasta Básica y se ajuste automáticamente cada vez que aumenten los precios de los alimentos, el valor del dólar/PETRO o el valor de la inflación, según el Banco Central de Venezuela. En el cálculo de dicha Canasta Básica, se debe incluir el valor sincerado y sin plusvalía de todos los servicios públicos, incluyendo el gas, de tal forma que se les garantice su SUSTENTABILIDAD, tanto en lo ecológico como en lo económico.
2) Que se eliminen todos los CONTRATOS PRIVADOS DE SERVICIO de distribución y venta de gas, y se terminen de adquirir para la Nación las empresas locales restantes que distribuyen el gas para acabar con la anarquía del sector. Prohibir la comercialización del gas doméstico en dólares y en divisas extranjeras.
3) Que cada sector, comunidad, campo y barriada conforme sus comités de lucha autónomos de usuarias y usuarios del gas, compuestos por trabajadoras y trabajadores y la comunidad, de forma independiente de la burocracia, lo cual les permita accionar organizadamente por las mejoras del servicio de gas y logren la reactivación de las mesas técnicas de gas conjuntamente con las y los voceros de los consejos comunales.
4) Que los comités de lucha autónomos de usuarias y usuarios del gas, articulen con los comités de lucha autónomos de vivienda, voceros, consejos comunales y la Gran Misión Vivienda Venezuela para garantizar la reversión absoluta del proyecto gasífero y permita lograr la instalación total del GAS DIRECTO en VENEZUELA
5) Que se reactiven las obras de gasificación directa y los proyectos que sean previamente aprobados por los trabajadores junto a las comunidades. Que se ejecute inmediatamente un plan de empleos generados por tales obras y estos sean postulados y aprobados mediante asambleas de las comunidades organizadas por los comités de lucha autónomos, voceros y consejos comunales, en cada localidad y registrando mediante actas firmadas por todos los ciudadanos y organismos presentes.
6) Que se aprueben recursos especiales de forma inmediata y se discuta públicamente el presupuesto requerido para mejorar el suministro de gas para la población. Que se elimine el secreto político de las partidas presupuestarias, ya que esto se presta a hechos de corrupción, y que se haga pública la estructura de costos de PDVSA, PDVSA GAS y PDVSA GAS COMUNAL.
7) Que PDVSA, PDVSA GAS y PDVSA GAS COMUNAL pasen a ser gestionadas directamente por los trabajadores y las organizaciones comunales, los cuales tengan el poder de elegir y revocar, de forma INMEDIATA a través de Asambleas de Trabajadores, cualquiera de los cargos de dirección incluyendo a quienes estén al frente del Ministro de Energía y Minas y la Junta Directiva de las empresas, los cuales no pueden gozar de privilegios ni tener un salario por encima de un trabajador calificado. Éstos deben rendir públicamente en cada comunidad cuenta de sus trabajos administrativos cada seis meses y sus salarios serán igual al de un trabajador calificado, según el tabulador correspondiente, sin goce de privilegios por encima de los demás trabajadores.
8) Que se NACIONALICE, se DEMOCRATICE y se LIBERE toda la tecnología y el CONOCIMIENTO vinculados a la producción, procesamiento y distribución del GAS NATURAL para romper con la dependencia que sustenta el bloqueo criminal.
¡Solo el pueblo salva al pueblo!
¡Gobierne quien gobierne, los derechos se defienden!