El pasado 29 de abril recibimos la noticia del fallecimiento del camarada Bernardo Navarro Villarreal a causa de la COVID19. Apenas dos días antes su cuadro médico parecía estar mejorando y todos esperábamos su total y plena recuperación. Pero esa mañana recibimos el duro golpe que supone la noticia de este fatídico desenlace. En medio del dolor y la consternación que nos embarga a todos los que lo conocimos, queremos rendir un merecido homenaje a un compañero de lucha.
Bernardo nació en la población de Coloncito, en el fronterizo estado Táchira. Desde temprana edad empezó su militancia en las filas revolucionarias, incluyendo su paso por las JJCC en el estado Táchira. En 2004 inició su contacto con nuestra organización y se comprometió junto a otros compañeros a construir una organización marxista revolucionaria en el estado Táchira. Dentro de las filas del movimiento bolivariano y en medio de la polarización política vivida en este estado fronterizo, Bernardo destacó por levantar las banderas del marxismo y por defender el programa y los métodos del marxismo revolucionario.
Cuando la fundación del PSUV en 2007, Bernardo estuvo también en primera línea en su estado natal para mantener y defender con intransigencia revolucionaria la necesidad de que el naciente partido adoptara las ideas, métodos y programas de un partido marxista revolucionario. Él entendía muy bien, como siempre lo hemos hecho los camaradas de Izquierda Revolucionaria, que el único camino hacia delante para la revolución en Venezuela iba de la mano de las ideas de Marx, Engels, Lenin y Trotsky.
En numerosas ocasiones participó en los foros organizados por la Fundación Federico Engels en la Feria del Libro de Caracas, así como en la Feria Internacional del Libro (FILVEN). Siempre destacaba por su enorme bagaje literario y cultural y que siempre presentaba desde un punto de vista marxista, apelando al materialismo dialéctico, histórico y cultural.
Egresado en 2007 de la Universidad de Los Andes (ULA), núcleo Táchira, en Educación, mención Lengua y Literatura, Bernardo realizó una maestría en Literatura Latinoamericana y del Caribe en la ULA-Táchira entre 2008 y 2013 y actualmente estaba terminando su Doctorado en Letras en la Universidad Simón Bolívar (USB). Durante sus estudios de postgrado fue ayudante académico en la ULA-Táchira y en 2010 se incorporó a la plantilla del Instituto Universitario Monseñor Talavera como docente. Luego de su traslado a Caracas, en 2013 se incorporó como profesor del Departamento de Literatura de la USB al tiempo que iniciaba sus estudios doctorales. En tiempos recientes tuvo que trabajar también en la Facultad de Ciencias de la Comunicación e Información de la Universidad Monteávila.
Como docente y compañero Bernardo dejó una marca imborrable en todos los que lo conocimos: profesores, alumnos y compañeros de lucha. En estos días de duelo, muchos de los que fueron sus estudiantes han compartido anécdotas y experiencias del Profesor Bernardo, el hombre de la sonrisa y la personalidad afable que entusiasmaba a sus estudiantes a leer, a encontrar el placer de la lectura y a desarrollar un pensamiento crítico. Es más que frecuente encontrar la frase “Era un placer asistir a sus clases” entre las notas que hemos leído de sus estudiantes. En un entorno en el que el trabajo político abierto podía significar el fin de su carrera docente, supo aprovechar las ocasiones que se le ofrecían para cuestionar los valores que el capitalismo da por sentado, para denunciar la ineficiencia y podredumbre de este sistema que no ofrece salida alguna a la juventud y a la clase trabajadora.
Y es que Bernardo mantuvo siempre el contacto con sus raíces en la clase obrera y los sectores populares y la mirada puesta en la necesidad del marxismo como herramienta fundamental para la lucha emancipadora de la clase trabajadora. Aunque poseía un profundo conocimiento de la literatura venezolana, latinoamericana y universal nunca hacía ostentación del mismo y si por algo destacaba (además de por su afabilidad e inagotable sentido del humor) era por su capacidad para debatir, escuchar y defender sus posiciones con pasión y convicción pero manteniendo siempre la capacidad para comunicarse con los demás sin la arrogancia y pedantería que caracteriza a muchos intelectuales, incluso a muchos de aquellos que se consideran de izquierda.
En los últimos años, la difícil situación socioeconómica de los profesores universitarios en Venezuela, gravísima como la de todos los trabajadores y trabajadoras de este país, junto a las condiciones de semi clandestinidad en las que se veía obligado a desarrollar su trabajo político, lo habían obligado a dar un paso atrás en su militancia revolucionaria, aunque manteniendo siempre su identificación y solidaridad política con las posiciones que Izquierda Revolucionaria defiende en Venezuela y a nivel internacional. Desde finales del año pasado Bernardo había empezado a retomar las discusiones y los aportes al trabajo marxista. Su inesperada partida deja truncado este regreso a las primeras filas de la lucha revolucionaria.
Nuestro mejor homenaje a Bernardo es mantenernos firmes en la defensa de las ideas, métodos y programa del marxismo revolucionario y ondear en alto la bandera roja de la lucha revolucionaria.