La APR debe apoyar la organización de los trabajadores del sector educación junto a los representantes y estudiantes para acabar con el deterioro continuo de la educación pública
La burguesía y sus gobiernos a nivel mundial han demostrado su hipocresía, menosprecio y la falta de una política responsable y eficaz en el aprendizaje y adaptación de un sistema educativo adecuado para los hijos de los trabajadores y el pueblo pobre frente a la pandemia. Según la UNESCO, unos 100 millones de niños no alcanzarán el nivel mínimo en lectura como consecuencia directa de la crisis sanitaria por la COVID. Según datos de la UNICEF, el cierre de las escuelas por la Covid19 en América Latina y el Caribe afecta aproximadamente a 137 millones de niños y niñas, situación que puede empeorar por las condiciones de desigualdad que ya se arrastraba en la región
Ante el avance la pandemia la respuesta del gobierno venezolano fue paralizar las clases y desarrollar una educación a distancia vía online y teleclase (TV, radio, aparatos móviles, contenido digital y plataformas). Esta medida no fue más que un brindis al sol sin medios, ni recursos que ha pagado la juventud y la clase obrera venezolana. Esa supuesta educación ha distancia se implementó sin considerar la grave crisis económica que se vive y los obstáculos que impiden contar con las herramientas mínimas y los servicios e infraestructura como para poder implementar estas tecnologías en la educación a todos los niveles. A esto también hay que sumar las dificultades propias del desconocimiento y disponibilidades técnicas para los educadores, representantes y estudiantes. El resultado final es empeoramiento generalizado de las condiciones de estudio y aumento del abandono escolar. El gobierno de Chávez impulsó en su momento una serie de medidas progresistas en Venezuela, como las misiones educativas. En la actualidad todas las medidas progresistas que se tomaron en aquel entonces están siendo destruidas.
La educación a distancia con medidas burocráticas frustra a los estudiantes y trabajadores de la enseñanza
El pasado mes de septiembre escuchábamos en cadena nacional al presidente Nicolás Maduro señalar que la "Educación a distancia, sin ninguna duda, es lo mejor", y plantando como programa "Cada familia, una escuela, no se preocupen, vamos a mantener los servicios educativos del país vía online y con teleclases". Una decisión tomada desde el Ministerio de Educación, mostrando contar supuestamente con el apoyo de algunos directores de centros educativos. Sin embargo, como muchos anuncios de la burocracia, se trata de un apoyo frente a los medios, sin que vaya acompañado de recursos y sin la participación del pueblo y los trabajadores del magisterio.
La consulta a la población, para conocer si estaba a favor o en contra de esta medida se realizó por medio del Sistema Patria y que es utilizada por el gobierno nacional para los pagos de bonificaciones y encuestas afines, ha sido también muy limitada. Ésta se realizó sin tocar a fondo los problemas que presenta una educación a distancia para los hijos de los pobres y los trabajadores. El entonces Ministro de Educación, Aristóbulo Istúriz, se jactaba en señalar que el 80% de la población aceptó la educación a distancia. Esto no es ninguna sorpresa, pues indudablemente nadie quiere contagiarse con el virus. El problema en principio es la forma en que fue planteada la pregunta y que la manera en que estaba diseñada la encuesta en la Plataforma Patria no brinda la oportunidad de escuchar propuestas. A esto hay que sumar las complicaciones que implica la actual crisis económica y el desosiego de trabajadores y padres por obtener las bonificaciones mensuales que asigna el gobierno por medio de esta página web. Adicionalmente, la falta de herramientas tecnológicas obliga a las personas a acudir a locales privados de comunicación para que terceras personas le den aceptar y así poder cobrar dichas bonificaciones.
Durante el periodo académico se han utilizado los canales de televisión y redes sociales del estado con programaciones ridículas de 1 hora y temas de 5 a 10 minutos para la educación a distancia, medida que el gobierno nacional está aplicando a pesar de estar generado una carga inhumana adicional a los educadores, padres y estudiantes que se refleja en presión social y problemas de salud mental. Las zonas indígenas, rurales y fronterizas sufren un aumento mayor de la deserción escolar empujados por la pobreza, actividades educativas sin contar con la debida orientación y los instrumentos apropiados, así como renuncias de educadores por ser obligados a trabajar con las uñas sin considerar sus paupérrimas condiciones de vida.
El problema está causando graves daños que pueden ser irreparables tanto en la educación infantil, educación especial (niños con problemas físicos y/o psiquiátricos) y los jóvenes universitarios que requieren una importante atención profesional. Evidentemente, la situación socioeconómica actual ha impactado negativamente el aprendizaje de nuestros hijos y éste se ha deteriorado extraordinariamente. Muchos jóvenes han tenido que optar por abandonar los estudios para incorporarse al trabajo informal. Esta situación es doblemente grave para las niñas y mujeres jóvenes, quienes adicionalmente están expuestas a la explotación sexual, con las cifras del embarazo precoz y trabajo infantil al alza. Parar frenar esta catástrofe se necesita que los trabajadores y el pueblo pobre se organicen para exigir inversión en verdaderos y efectivos protocolos de bioseguridad contra el virus, garantizar una educación gratuita de calidad bajo condiciones dignas y con un personal, tanto obrera, administrativo como docente con un salario por encima de la canasta básica.
La educación de los hijos de los trabajadores y pobres resiente las sanciones y sufren la desinversión burocrática mientras se beneficia a la burguesía
Mientras tanto Los recintos de educación pública muestran un total abandono de sus aulas de clase. El gobierno señaló que ha impulsado planes de desinfección, mantenimiento y dotación con apoyo de las comunas, pero hasta la presente fecha la limpieza sólo ha llegado a muy pocas escuelas y principalmente a las áreas comunes como pañitos de agua tibia. Para colmo, se les exige a los representantes que hagan aportes con artículos de limpieza o reparaciones, algo que dada la actual situación económica es muy difícil, por no decir imposible, de cubrir para una familia trabajadora. Esta mala política burocrática es la que también frena la organización de los trabajadores como delegados de prevención de la salud y seguridad laboral.
Ciertamente los gobiernos de EEUU y los partidos de la ultra derecha venezolana han mantenido una feroz agresión económica contra el pueblo, secuestrando y robando los recursos de empresas que contribuían con el financiamiento de la educación en el país. Pero así como la burguesía sostiene el sabotaje y la parálisis de las empresas, el gobierno nacional continúa ofreciéndoles condiciones fiscales favorables, al igual que importantes recursos económicos. Con esta aparente paradoja, la burocracia está demostrando en la práctica el poco interés social que tiene en la educación manipulando a sectores de la población con un falso discurso revolucionario. A día de hoy se sigue desconociendo cuál es el presupuesto asignado para la enseñanza, así como los resultados del programa educativo a distancia.
Ante tanta desidia y corrupción por parte de la burocracia, los empresarios de la educación privada se están aprovechando de la clase media para cobrarles matrículas exageradamente costosas sin estar impartiendo clases presenciales, no tener gastos operativos de los centros educativos y pagar un mísero salario a sus educadores y demás trabajadores.
Los trabajadores del sector educación todavía se mantienen a la espera de la discusión del contrato colectivo marco, percibiendo el peor de los salarios del sector público. Supuestamente se preparan acuerdos decididos entre las cúpulas parecido a los contratos del sector petrolero, metro de caracas y construcción, con salarios y beneficios valorados en petros y sin la participación de los trabajadores. Tal cual como lo han hecho con el mísero pago del salario imponiéndolo por la vía del sistema “Patria”.
El ministro Aristóbulo , recientemente fallecido, reconocía cínicamente que: “si alguien es víctima de la guerra y destrucción de la moneda son los maestros. Sin embargo, sabemos quiénes son los culpables y en ese sentido la educación se ha declarado en resistencia. Resistir y luchar porque no podemos dejar a los muchachos sin derecho a la educación”. Vergonzosamente quien señalaba lo antes dicho fue educador y dirigente luchador del magisterio. Al igual que la burocracia politiquera, prefieren entregar celulares con planes corporativos o llamadas sin límites a dirigentes para promover las campañas electorales, mientras que a los educadores le exigen resistencia, pudiendo desarrollar un plan de recuperación o asignación de herramientas tecnológicas así como el beneficio de internet libre para fortalecer el período escolar con todo y que tienen el control burocrático de las empresas públicas como Venezolana de Industria Tecnológica (VIT) y la CANTV.
Los maestros somos conscientes de la importante labor que tenemos con la sociedad. Por eso mantenemos la lucha y protestas sin darle la espalda a los estudiantes, intentando hacer lo mejor que podemos, pero se necesita de sindicatos que sepan organizar las lucha junto a los representantes y estudiantes, contra a las medidas de desmantelamiento y falta de inversión de la educación pública.
El pueblo pobre y los trabajadores del sector educación deben organizarse y luchar por un programa de reivindicaciones que garantice calidad, salarios y condiciones dignas
Este contexto plantea a los trabajadores de la educación y de otros sectores, así como a los jóvenes, estudiantes, padres y representantes, permanecer organizándose como se ha venido intentando durante estos últimos siete años. Un ejemplo de las acciones que se deben seguir tomando es la movilización obrera organizada el año pasado por Alternativa Popular Revolucionaria del municipio Bolívar contra el incumplimiento salarial que mantiene el gobernador del estado Anzoátegui, que agrupándose para la entrega de un amparo constitucional, el cual sabíamos que posiblemente no se iba a aceptar, pero que sirvió para intentar movilizar a la clase obrera y pueblo de Anzoategui.
Para extender la lucha es necesario crear nuestras propias formas organizativas, impulsando comités unitarios de estudiantes, maestros, padres y representantes que no tenga frenos de la burocracia política y sindical para poder defender un programa que parta de lo que es necesario para los y las estudiantes, profesores y el conjunto de la clase obrera y el pueblo y no de lo que es aceptable o conveniente para los capitalistas o los burócratas. Este programa debe incluir, en nuestra opinión, al menos los siguientes puntos:
1. Plan de inversión en educación que garantice la recuperación de las infraestructuras educativas, incluido el acceso a Internet, computadoras, etc. y condiciones laborales y salariales dignas para profesores, empleados y obreros. Plan de inversión para que la empresa estatal VIT fabrique, recupere, repotencie y entregue nuevas Tablet y computadoras Canaima a los estudiantes y maestros.
2. ¡Internet debe ser un derecho, no un privilegio! Luchemos por la reactivación de todas las redes de internet, wifi y la extensión de ésta de forma gratuita y de calidad en todo el país. Plan de inversión en CANTV para renovar toda su estructura tecnológica.
3. CANTV, VIT y el resto de empresas públicas deben ser gestionadas democráticamente por los trabajadores para acabar con el desastre que está suponiendo para el pueblo la gestión capitalista y burocrática.
4. No debe reprobarse o aplazar a ningún estudiante, en ninguno de los niveles educativos. Suspensión de los exámenes y pruebas académicas pendientes y recuperación de materias y contenidos no vistos este año durante los próximos cursos con una inversión de medios suficientes para ello
5. No a la saturación y exigencias de actividades y tareas incumplibles en estas condiciones para jóvenes, profesores o padres y madres, colocando en riesgo su salud ante el virus o afectaciones psicológicas.
6. Aumentos de los salarios y bonos por encima del valor de la canasta básica para los trabajadores del sector educativo tomando en consideración los precios existentes en la calle.
7. Exigir al gobierno el cumplimiento inmediato de la distribución de alimentos, incluyendo proteínas y artículos de limpieza para el pueblo pobre trabajador, los estudiantes, padres y representantes, organizado con la participación directa de los trabajadores, a través de los centros educativos de manera planificada que garantice la protección y seguridad contra la pandemia, ya que la cuarentena presenta consecuencias dramáticas a las finanzas de las familias trabajadoras.
8. Para disponer de recursos suficientes para aplicar todas estas medidas es necesario que desde la izquierda combativa y las bases del movimiento estudiantil, obrero y popular exijamos la nacionalización de la banca bajo gestión directa de los trabajadores y el pueblo para poner todos estos recursos al servicio de las necesidades sociales.
La Alternativa Popular Revolucionaria (APR) debe continuar interviniendo, apoyando y ayudar a levantar un movimiento de trabajadores del sector educación que luche por este programa. El primer paso es reconstruir las fuerzas de la izquierda revolucionaria consecuente, antiimperialista, anticapitalista y antiburocrática, en los liceos y universidades, dentro del movimiento sindical magisterial, el movimiento estudiantil y las asociaciones de padres y madres.
Únete a Izquierda Revolucionaria para luchar por estas ideas.