Las mentiras de la prensa burguesa
Como siempre la burguesía internacional miente descaradamente para salvaguardar sus intereses y confundir a los trabajadores. Las noticias que aparecen en los medios de comunicación de masas insisten de forma machacona y reiterativa en destacar “la convocatoria de huelga general contra el gobierno de Chávez”. Nada más lejos de la verdad.
En Venezuela no existe, ni ahora ni en las anteriores ocasiones desde la llegada de Chávez al poder, ni una huelga ni un paro general. Lo que hay es un cierre patronal apoyado por la pequeña burguesía y el sector más corrupto y mafioso de la burocracia sindical que dirige la CTV, que ya apoyó el anterior golpe de estado el 11 de abril que intentaba poner al jefe de los empresarios, Pedro Carmona, al frente del gobierno. Golpe de estado que ¾ hay que recordar ¾ los trabajadores y sectores oprimidos de Venezuela hicieron fracasar con su movilización. Así pues, la tan cacareada huelga general es simplemente un lock out (cierre patronal).
No debemos olvidar que la huelga es un arma de los trabajadores contra la patronal y el gobierno. En el caso de Venezuela no son los trabajadores los que han convocado y están realizando el paro, sino la patronal y los pequeños comerciantes. Por supuesto, la cuestión es que si los medios de comunicación burgueses insisten en utilizar la palabra huelga general no es por ignorancia gramatical sino porque quieren evitar la solidaridad activa del movimiento obrero internacional con la clase obrera y los oprimidos de Venezuela.
Igualmente mienten cuando dicen que el “paro” es “seguido masivamente”.
Las noticias que hemos podido recabar a través de compañeros de Venezuela de distintas zonas del país y en diferentes páginas webs que apoyan el proceso revolucionario, como Aporrea o Antiescualidos, es que realmente el cierre patronal está teniendo un seguimiento muy desigual. Incluso hay empresarios que aunque mantienen las puertas cerradas para dar impresión de inactividad, en realidad obligan a sus empleados a trabajar a puerta cerrada. Asimismo el seguimiento de este cierre patronal es bastante desigual en el comercio. Mientras las grandes superficies comerciales han cerrado sus puertas, al igual que los pequeños comercios de las zonas más ricas de las ciudades, en los barrios obreros la mayoría de las tiendas están abiertas.
La situación actual
Ahora nuevamente la burguesía prepara el golpe intentando crear una situación de caos, desabastecimiento y desorden, con el fin de alimentar la histeria y la locura de las clases medias.
Esta táctica no es nueva para la burguesía. La han utilizado en diferentes ocasiones y en diferente países (todos recordamos Chile) y también la utilizaron el 11 de abril, cuando dispararon contra la manifestación convocada por el movimiento bolivariano, mintiendo sobre la autoría de los disparos para “justificar” la intervención de los militares, que ya tenían preparado el golpe.
En esta ocasión han lanzado sus hordas a la calle que al grito de “guerra, guerra” intentan provocar una situación de pánico y descontrol en las calles de las ciudades más importantes, así como en las puertas de las refinerías de PdVSA.
Parece evidente que el ejército está dividido. Chávez ha cesado a varios mandos golpistas en los últimos días, pero aún así no hay que descartar que un sector de los mandos actuales, que en principio parecen fieles al gobierno, puedan intentar un nuevo golpe (también Pinochet decía que era leal al gobierno de Allende). De cualquier manera sí parece bastante fiable que la mayoría de los soldados apoyan el proceso revolucionario y ante un movimiento decidido de la clase obrera no es muy seguro que siguieran a los mandos golpistas, como ocurrió el 13-A.
La respuesta de los trabajadores
Pero es entre los trabajadores donde se está organizando la respuesta a los golpistas. Diferentes sindicatos han manifestado ya su oposición activa al cierre patronal. Son ya cientos de sindicatos los que no reconocen a la actual dirección reaccionaria de la CTV, encabezada por el golpista Carlos Ortega. Pero es necesario dar un paso más en la línea de organizar un auténtico movimiento sindical revolucionario, una CTV de base, revolucionaria, que represente y se base en las mejores y más combativas tradiciones de la CTV, coordinando y organizando el movimiento sindical, dejando claro ante la clase obrera venezolana, latinoamericana y del resto del mundo, que el auténtico movimiento sindical en Venezuela no es Carlos Ortega y su pandilla de burócratas reaccionarios.
Hay que tener en cuenta que los únicos aliados del proceso revolucionario en Venezuela son los trabajadores y oprimidos del resto del mundo y la burguesía y los reformistas están transmitiendo a nivel internacional la idea de que el movimiento sindical, a través de la CTV, apoya a los golpistas, creando una enorme confusión entre los sindicalistas y activistas obreros en Europa. Por tanto, es muy importante que los sindicalistas venezolanos se dirijan directamente al movimiento obrero organizado del resto del mundo para pedir su solidaridad activa.
Desde EL MILITANTE , estamos dispuestos a apoyar esta iniciativa y organizar una campaña internacional de solidaridad con el auténtico movimiento sindical venezolano que lucha contra la reacción como demuestran los ejemplos que citamos a continuación.
El presidente del Sindicato de Transporte de Caracas se ha entrevistado con el vicepresidente Rangel para garantizar el normal funcionamiento del metro y las líneas del metrobús. “No estamos sumados al paro, ni nos vamos a sumar. Continuaremos contra el paro activo, trabajo activo” (www.Aporrrea.org).
También el Sindicato de Trabajadores de la Siderúrgica del Orinoco ha emitido un comunicado para explicar que “han ingresado a la planta 4.000 trabajadores ... No acatamos el paro realizado por las cúpulas de Fedecámaras y de la CTV, a los cuales no reconocemos como dirigentes de los trabajadores venezolanos ... (es necesario) rescatar el instrumento de lucha que es la CTV para ponerlo al servicio de los trabajadores del país”.
Asimismo, el Colegio Nacional de Periodistas en Caracas ha denunciado a los dueños de los medios de comunicación impresos por el cierre de las rotativas, haciendo un llamamiento a los periodistas a “reunirse en asamblea permanente en las redacciones”. Además la Organización de los Pueblos Indígenas del Amazonas, en representación de 19 etnias ha condenado en rueda de prensa “el paro golpista” ratificando su apoyo “al actual proceso revolucionario”.
Igualmente las noticias que nos llegan es que los trabajadores de PdVSA están acudiendo a las refinerías a pesar del boicot y el sabotaje de la directiva y administrativos de la empresa. Este es un extracto de la carta enviada por un trabajador de PdVSA a la página de Aporrea: “Aquí con estas acciones queda demostrado que algunos gerentes, superintendentes, jefes de áreas y supervisores siguen pensando que PDVSA es de ellos y pueden hacer con ella lo que les dé la gana y se olvidan que el socio mayoritario es el pueblo, luego no me pregunten por que la arremetida del pueblo contra los estos señores, de todas maneras pienso
que esto es parecido a un dolor de muela, sáquesela que no le va a doler más.”
Pero lo más importante son las conclusiones que están sacando sectores del movimiento con relación a lo que está pasando actualmente, sobre la necesidad de tomar la iniciativa y el proceso en sus manos.
Así, la asamblea de trabajadores de Correos ha enviado una carta al presidente Chávez, donde dan no sólo el apoyo de los trabajadores al proceso revolucionario, sino que plantean, y es lo más importante, la necesidad de tomar en sus manos el proceso “...hoy descubrimos en nosotros mismos, la fuerza y el espíritu de la Constitución y de tus mensajes en tus alocuciones, que nos invitan a ser protagonistas en la construcción de nuestro propio porvenir, a través de la participación y ejerciendo el PODER POPULAR (...) por lo que te solicitamos, como parte de ese ejercicio del poder popular, que nos permitas continuar practicando a través de las Asambleas de Trabajadores, la designación de nuestras autoridades dentro de IPOSTEL, de manera que los trabajadores supervisemos y podamos darle un seguimiento a quienes elegimos y a quienes comprometimos con los intereses de los trabajadores (...) Sin más a que hacer referencia y seguros de tu identificación con la participación de las bases trabajadoras, en la construcción y profundización del proceso revolucionario a través del protagonismo del pueblo trabajador... ” (www.Antiescualidos.com).
La página de Aporrea informa también “En la madrugada de hoy martes los trabajadores del pueblo de Aragua iniciaron el control de las fábricas apoyados por sus familias. La empresa Pepsi Cola fue tomada por sus obreros en una acción contundente (...) Los patronos no podrán seguir manipulando y jugando con los dignos trabajadores de Venezuela”.
Estos ejemplos de participación e iniciativa del movimiento obrero son todavía hechos aislados. Sin embargo es evidente que si la clase obrera quiere acabar de una vez por todas con el peligro de un nuevo golpe de estado ha de dirigir la enorme fuerza del movimiento hacia un objetivo claro y concreto: la expropiación económica y política de la burguesía.
Contra el cierre patronal no queda otro camino que tomar las empresas, organizando la producción bajo el control de los trabajadores. Es necesario organizar asambleas que eligan democráticamente a sus representantes que debe ser elegibles y revocables en todo momento. Es preciso que estos representantes coordinen y planifiquen todos los sectores de la producción en función de las necesidades de la mayoría de la sociedad y que para garantizar los recursos económicos que necesiten las fábricas es necesario expropiar la banca, sin indemnización y bajo control obrero con el fin de evitar la fuga de capitales y recuperar los miles de millones de dólares que han huido de Venezuela.
Los trabajadores de PdVSA han de seguir el camino que han marcado sus hermanos de clase de IPOSTEL, organizando la producción y eligiendo directamente bajo su control a los responsables administrativos y gerentes.
Los campesinos sin tierra apoyan el proceso bolivariano, pero no pueden seguir esperando mientras son asesinados por los matones de los terratenientes, cada vez que intentan llevar adelante las leyes de la Habilitante. Nacionalizar ya, sin indemnización, los latifundios bajo control de los trabajadores, planificando la producción en función de las necesidades de la población, es una prioridad urgente para el movimiento revolucionario. Esta es la única manera de garantizar el abastecimiento de los productos agrícolas en las ciudades.
Los golpistas están saliendo ahora a la calle para provocar el caos, incluso están organizando batallones armados contra los revolucionarios. La respuesta ha de ser contundente. Es necesario organizar milicias obreras armadas para responder a estas agresiones y garantizar la paz y la tranquilidad de los trabajadores y sus familias. Estas milicias, que deben estar bajo el control de las asambleas de los trabajadores, tienen que llamar a los soldados para que formen comités revolucionarios en los cuarteles que estén coordinados con los trabajadores, con el fin de deponer a los mandos golpistas y garantizar la normalidad en los cuarteles.
Poner las empresas, la tierra y la banca al servicio de los trabajadores, campesinos y oprimidos es la única alternativa que tiene el movimiento obrero si no quiere ser aplastado por la reacción golpista.
La clase obrera y los oprimidos de Venezuela son los que hacen funcionar la economía. Los patronos pueden cerrar las fábricas, pero si los trabajadores las abren y las hacen funcionar se demostrará en la práctica lo que todos sabemos: es la clase obrera con su trabajo, la que hace funcionar la economía, la única clase que genera riqueza.
¡Es hora de actuar! El movimiento revolucionario tiene que tomar la iniciativa. Los trabajadores tienen que tomar su destino en sus manos, construyendo una nueva sociedad donde el paro, la miseria y el hambre sean pesadillas del pasado. Una sociedad socialista donde los medios de producción sean puestos al servicio de la mayoría de la población. Esta nueva sociedad marcará el camino a seguir a los millones de oprimidos de América Latina y del resto del mundo.
En este proceso de la revolución, como dijo Marx, los trabajadores no tienen nada que perder, salvo sus cadenas, y tienen un mundo que ganar.