¡La organización y la lucha son el único camino! ¡Construyamos comités de acción y un sindicalismo asambleario, democrático y combativo!
El lunes 1 de Mayo de 2023 el presidente Nicolás Maduro, al cierre de la marcha convocada por los sindicatos oficialistas de la Central Bolivariana de Trabajadores (CBST), anunciaba varias medidas laborales, incluido el salario mínimo vital que no tuvo ningún cambio-130Bs mensuales. En realidad estas medidas suponen una maniobra que significará un recorte en las bonificaciones, lo que provocó indignación entre los y las trabajadoras presentes en la movilización de la CSBT como de los que se movilizaron de manera independiente al gobierno.
El impacto negativo de las medidas también se vio reflejado críticamente en los jubilados y pensionados, incluso en los trabajadores del sector privado, que han quedado a merced de los empresarios con un salario mínimo miserable más una bonificación que no beneficia en nada las prestaciones sociales de los trabajadores.
La proclama presidencial, que significa una desmejora sin precedentes, ratifica los acuerdos entre bastidores con los empresarios y políticos de la derecha, expresado días antes por Jorge Roig y Henrique Capriles. El gobierno ha dado un nuevo paso en la liquidación de las conquistas laborales y la ley orgánica del trabajo conquistadas por el movimiento obrero durante los gobiernos de Hugo Chávez Frías, dando una patada al legado de éste en beneficio de la burguesía y sus ganancias y afianzando las políticas capitalistas de estado que vienen aplicando en detrimento de la clase trabajadora y el pueblo.
Un decreto salarial que solo beneficia a los capitalistas
Nicolás Maduro, sobre la base de las propuestas presentadas por la central CBST, señalaba: “Debemos llevar la cesta ticket más arriba y equilibrar esos 60$. Llevar el Cesta Tickets a 40$ mensuales y el bono de guerra a 20$ redondeando como mínimo 60, además del salario”. Esto va en la línea contraria a lo que esperaban muchos trabajadores: un salario mínimo nacional que estuviera entre 150 y 300$.
La retórica de pedir aún más sacrificios, intentando que los asistentes aprobaran el salario mínimo nacional de 5$ mensual más la desmejora en 50% del bono de guerra y un cesta Ticket de alimentación de 1.3$ por día, lo que apenas alcanzan para medio desayuno de una persona, quedando por fuera el resto de la familia del trabajador, representa una burla y un desprecio a la clase obrera, que hemos visto empeorar dramáticamente nuestros ingresos y condiciones de vida y las de nuestras familias año tras años desde 2015. Y más cuando el mismo gobierno declara que la economía se está recuperando y los empresarios obtienen cuantiosos beneficios.
El decreto presidencial fue rechazado por los trabajadores con fuertes gritos de no estar de acuerdo y muchos de ellos, molestos, se retiraron de la concentración oficialista. Las cámaras de televisión no consiguieron ocultar el malestar y la presión llevó al propio gobierno a realizar un ajuste pírrico de 10$ al bono de guerra, pasándolo de 20$ a 30$, algo que supone mantener la desmejora.
El gobierno también informaba que los jubilados quedaban cobrando un bono de 49$ y los pensionados 20$. Este ajuste mísero para los adultos mayores que durante años han dado su fuerza de trabajo significa que continúan sin la posibilidad de cubrir los gastos de alimentación, salud, vestimenta o recreación. En el caso de los trabajadores del sector privado solo se les otorgó el bono de 40$ del Cesta Tickets de alimentación.
Otros anuncios fueron que las bonificaciones antes identificadas serian indexadas pero el decreto publicado en gaceta no lo expresa exactamente. Y sobre la entrega de una “macolla” de 50 pozos petroleros para el sostenimiento del Fondo Nacional de Prestaciones Sociales del sector público tampoco lo menciona. Como vimos en años pasados con anuncios como el falso anclaje del salario al Petro o la política de “ prosperidad y crecimiento económica”, que en realidad eliminaba conquistas históricas y suspendió los contratos colectivos, estas “promesas” ocultan en realidad nuevos ataques y retrocesos para la clase obrera
La política del gobierno intenta dividir a la clase trabajadora
Después de 14 meses sin aumento salarial y las falsas expectativas creadas por la mesa de diálogo tripartito (OIT, gobierno, empresarios y sindicatos amarillistas) los trabajadores esperaban ser dignificados por el sacrificio y sufrimiento económico que han soportado. Y aún más al ver como la burguesía y burocracia corrupta obtiene gigantescas riquezas. Pero los empresarios y sus reaccionarios medios de comunicación se burlaban al decir que los trabajadores que quedaron “con los crespos hechos”.
La burguesía celebra medidas que le permitirán continuar manipulando las bonificaciones en el sector privado, superiores a las del sector público, sin ningún efecto positivo sobre el salario real y que perjudica las prestaciones sociales, bono de vacaciones, pago de fin de año (utilidades) entre otros beneficios. El empresario, Luigi Pisella, lo dejaba ver claramente en su declaración: “El aumento del bono (de alimentación) afectara muy poco el flujo de caja…”.
Cualquiera de estos empresarios que con anterioridad al decreto otorgaban algo más de dinero en bonos para evitar la emigración laboral ahora podrían ajustarse a la decisión presidencial del cesta ticket en 40$ mensuales – 1,3$ por día – desmejorando así al trabajador. Incluso utilizar este monto mínimo para colocar diferentes opciones al personal y estimular la confrontación, divisiones y competencia entre los trabajadores por obtener el mejor bono mediante el aumento de producción y así debilitar la organización y lucha reivindicativa de la clase obrera, aprovechándose de estas divisiones, la necesidad y condiciones de miseria que vivimos, para aumentar su plusvalía.
Esta política discriminatoria y explotadora de los empresario contra los trabajadores en el sector privado es la misma que está llevando el gobierno nacional y la burocracia en las instituciones del estado y empresas públicas. Un ejemplo es el llamado “bono de corresponsabilidad y formación” de 214$ (5.280Bs al cambio del momento). Este bono beneficia a un reducido sector de funcionarios catalogados como nómina especial y de confianza. Muchos de estos trabajadores son elementos desclasados, conocidos como esquiroles, cuyo trabajo principal es agredir, presionar y tomar acciones de acoso contra otras trabajadoras y trabajadores para conseguir sus renuncias.
Los trabajadores nos preguntamos: ¿Que objetivo tiene este bono como no sea atacar al propio movimiento sindical e impedir que las y los trabajadores protestemos y exijamos nuestros derechos? ¿Por qué hay dinero para “premiar” la “labor especial” y “de confianza” de esos “trabajadores” que actúan como esquiroles y latigueros y en cambio el gobierno niega un salario y bono dignos a las y los trabajadores del sector educación o de la sanidad pública, que desempeñan labores esenciales para el pueblo?; ¿Que pasaría si todos los obreros y empleados que no somos considerados especiales nos paralizamos?
Levantar un sindicalismo de lucha con un programa revolucionario, anticapitalista y antiburocrático
Estamos ante un ataque por parte de la burocracia que busca liquidar las conquistas laborales utilizando de manera nefasta y escandalosa un discurso de izquierda y obrerista que intenta confundir a las masas para continuar imponiendo salvajes medidas capitalistas, brindándole a la nueva y vieja burguesía las mejores condiciones de miseria y explotación de la fuerza de trabajo.
Ante este nuevo ataque las y los trabajadores debemos dar una respuesta contundente impulsando la organización y lucha del movimiento obrero para lograr la reducción de las horas de trabajo como la mejora del salario y otras reivindicaciones. Como hicieron los trabajadores estadounidenses en la histórica batalla de 1886 con las huelgas de Chicago que dieron origen al 1 de Mayo y están haciendo millones en todo el mundo luchando contra las políticas de los gobiernos capitalistas de cargar el peso de la crisis del sistema sobre la clase obrera.
Hay que mejorar la organización de las protestas, movilizaciones, marchas y piquetes, profundizando con asambleas democráticas de trabajadores y demás acciones organizativas necesarias que lleven a la construcción de comités de acción en cada centro de trabajo, universidades, barrios y campos para reconstruir un movimiento sindical clasista y combativo independiente tanto de la burocracia sindical de derechas al servicio del gobierno imperialista estadounidense como de la burocracia del gobierno y sus políticas de capitalismo de estado.
Los comités de acción y lucha son la base orgánica para dar la batalla en cada centro de trabajo por nuestros derechos y salarios garantizando que todas las decisiones se toman en asamblea por los trabajadores y que los dirigentes que nombremos son elegibles y revocables en todo momento, combatiendo cualquier intento de imponeros dirigentes, contratos colectivos o medidas con las que no estemos de acuerdo.
Esos comités de acción debemos extenderlos a otros centros de trabajo, a los barrios, centros de estudio, etc. luchando por reivindicaciones políticas y sociales como: libertad de todos los trabajadores presos, por un salario igual a la canasta básica con ajuste automático, por el cumplimiento, discusión y pago de las deudas de los contratos colectivos, por pensiones y jubilaciones que cubran todas las necesidades, así como por servicios públicos de calidad y dignos para la satisfacción del pueblo.
Solo la clase trabajadora puede garantizar estas reivindicaciones uniéndolas a un programa revolucionario que plantee la confiscación de la banca, los latifundios y las grandes empresas que hoy controlan los empresarios y burócratas corruptos para arrancarlas de sus manos y que sean gestionadas directamente por los trabajadores y el pueblo.
Ese es el camino para acabar con el dominio de los capitalistas y burócratas corruptos y levantar un verdadero estado revolucionario de los trabajadores, una democracia obrera donde todos los cargos públicos tengan el mismo salario, derechos y beneficios laborales que un trabajador calificado, sean elegibles y revocables en todo momento y rindan periódicamente cuentas de su gestión.
¡La lucha es el único camino!
¡Únete a Izquierda Revolucionaria para luchar por estas ideas!